películas
Paraíso: Amor

Paraíso: Amor

Paradies: Liebe

Contenidos: Imágenes (muchas S, X+), Diálogos (muchos D), Ideas (erotismo, prostitución F)


Dirección: Ulrich Seidl. Países: Austria, Alemania y Francia. Año: 2012. Duración: 120 min. Género: Drama. Interpretación: Margarete Tiesel (Teresa), Peter Kazungu (Munga), Inge Maux, Dunja Sowinetz, Helen Brugat, Gabriel Mwarua, Carlos Mkutano. Guion: Ulrich Seidl y Veronika Franz. Producción: Ulrich Seidl, Philippe Bober y Christine Ruppert. Fotografía: Ed Lachman y Wolfgang Thaler. Montaje: Christof Schertenleib. Diseño de producción: Andreas Donhauser y Renate Martin. Vestuario: Tanja Hausner. Distribuidora: Golem. Estreno en Alemania: 3 Enero 2013. Estreno en España: 16 Agosto 2013

Reseña:

Búsqueda inútil


   Teresa es una mujer que ha pasado la cincuentena. Es austríaca, madre de una adolescente que no le hace mucho caso. Viajará a Kenia con otras paisanas, mujeres maduras, solas, para pasar unos días de vacaciones en hoteles paradisiacos, junto a la playa. Allí Teresa buscará desesperadamente el amor de los hombres, africanos dispuestos a tener sexo por dinero.

   Paraíso: Amor es la primera película de la trilogía "Paraíso" –que se completa con Paraíso: Fe y Paraíso: Esperanza–, del controvertido director austriaco Ulrich Seidl. La historia, terriblemente triste, dibuja unas vidas llenas de soledad, sin más asidero que la búsqueda de una compañía que no puede ir más allá del placer. La protagonista de Seidl es una mujer frágil, poco atractiva, que anhela ser amada, y de una ingenuidad al confundir amor y sexo que provocaría compasión si no fuera porque, en realidad, el personaje tampoco deja en ningún momento de ser distante al espectador.

   Todo en este film es realista. Los diálogos, a menudo frívolos o soeces, son improvisados, sin guión previo, y la cámara filma dentro de la escena, al modo casi documental. Este crudo naturalismo se acentúa al mostrar la morbidez y obesidad de las mujeres –muy alejadas de los cánones de belleza–, y en las escenas de sexo, nada preparadas, pero a menudo molestamente explícitas, como en las ridículas lecciones de tocamientos de pecho o la interminable orgía del hotel. Poco más ofrece el director que esta vacuidad de vida y de corazones. Estamos, en fin, ante una película que desprende una absoluta carencia de horizonte, de sentido más allá de los sentidos.(Decine21 / Almudí JD) LEER MÁS