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Pequeñas mentiras sin importancia

Pequeñas mentiras sin importancia

Les petits mouchoirs
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2011
  • Dirección: Guillaume Canet

Contenidos: Imágenes (varias V, X)

Reseña:

Año de producción: 2010
País: Francia
Dirección: Guillaume Canet
Intérpretes: François Cluzet, Marion Cotillard, Benoît Magimel, Gilles Lellouche, Jean Dujardin, Laurent Lafitte, Valérie Bonneton, Pascale Arbillot
Guión: Guillaume Canet
Fotografía: Christophe Offenstein
Distribuye en Cine: A Contracorriente
Duración: 154 min.
Género: Comedia, Drama

Los amigos de Max
Guillaume Canet abrió la Mostra de Valencia con esta lúcida radiografía de una generación, que es además la suya.

   La historia nos presenta a un grupo de amigos que tiene la costumbre de reunirse durante las vacaciones de verano. Este año deciden no romper la tradición a pesar de que uno de ellos ha sufrido un accidente en París unos días antes de partir. Ya en la playa, sus contradicciones afloran y su amistad se pone a prueba. Juntos se verán obligados a convivir con esas pequeñas mentiras sin importancia que se dicen cada día.

   Canet ha reunido a un privilegiado grupo de actores, entre los que destaca la oscarizada Marion Cotillard, su pareja en la vida real. Aunque todos están a un alto nivel, destaca François-Cluzet (conocido por su papel de padre en Olivier, Olivier), en un buen registro cómico-dramático como empresario desbordado y desquiciado lleno de contradicciones.

   A Canet se le puede reprochar que se excede en metraje, pues le lleva 154 minutos desarrollar una historia que habría funcionado mejor en hora y media. Pero su principal acierto es que ha sabido retratar a un conjunto de personajes desorientados, muy representativos de la sociedad moderna, a los que mira con una enorme distancia crítica. El hombre de negocios que lo tiene todo, pero aún así está estresado y no consigue ser feliz, la treintañera incapaz de comprometerse, aunque aparezca el hombre absolutamente ideal, etc. son bastante reconocibles, y no sólo en Francia, sino en toda la sociedad occidental. En general es implacable con su cinismo, pues a pesar de la amistad incondicional del grupo, apenas parecen preocuparse por su amigo accidentado. A la hora de preocuparse unos de otros son tremendamente superficiales (Decine21 / Almudí JD). LEER MÁS