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Pussy Riot: Una plegaria punk

Pussy Riot: Una plegaria punk

Pokazatelnyy protsess: Istoriya Pussy Riot

Contenidos: Imágenes (varias X), Ideas (discursivo panfleto contra el cristianismo, fomenta el odio religioso F+)

Reseña:

   Premio Especial del Jurado en la sección World Cinema – Documentales del Festival de Sundance 2013, esta producción de la HBO relata la historia de las jóvenes NadiaMasha y Katia, tres de las componentes del colectivo ruso Pussy Riot, un grupo punk de feministas radicales que luchan contra el régimen de Vladimir Putin, según ellas, tiránico y represor. Después de realizar en Moscú diversas performances callejeras con llamativos pasamontañas multicolores, en 2012 las tres protagonistas entraron con ese atuendo en la catedral de Cristo Salvador e interpretaron en su altar mayor una canción irreverente, denominada por ellas “plegaria punk”. Los 40 segundos de su actuación dieron la vuelta al mundo y desataron las protestas de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Tras ser detenidas y juzgadas, Nadia, Masha y Katia cumplen en la actualidad una condena de dos años de prisión por odio religioso, mientras las componentes de Pussy Riot en libertad realizan y preparan nuevas acciones de guerrilla para acrecentar el movimiento de protesta en todo el mundo.

   El documentalista y productor británico Mike Lerner (“Hell and Back Again”) y el cineasta ruso Maxim Pozdorovkin (“The Notorious Mr. Bout”, “Capital”) reconstruyen con agilidad el convulso periplo del grupo punk ruso y todo el proceso contra Nadia, Masha y Katia, entrelazando imágenes exclusivas y de archivo con declaraciones de sus familiares, seguidores y detractores. Aparentan así un tono neutral que, en realidad, no lo es, pues toda la película muestra a las protagonistas como unas luchadoras por la libertad contra un régimen autoritario, supuestamente aliado y amparado por la poderosa Iglesia Ortodoxa Rusa, a la que también acusan de machismo y homofobia. Todo ello, sin demasiados matices, con una visión simplificadora de la situación y muy complaciente con el agresivo hedonismo libertario de las Pussy Riot, explicitado hasta lo pornográfico en alguna de sus performances, como la que hicieron en el Museo de Historia Natural.

   Nadie duda de que el régimen de Vladimir Putin no es precisamente modélico, ni de que es merecedor de airadas protestas ciudadanas. En este sentido, el documental de Lerner y Pozdorovkin resulta valioso en su constatación de las principales preocupaciones e inquietudes de la sociedad rusa actual. Pero padece una grave falta de ponderación al tratar el papel de la Iglesia Ortodoxa en esta situación, sobre todo teniendo en cuenta la dura persecución que sufrió durante la dictadura bolchevique. Hasta el punto de que, a ratos, la película parece más un discursivo panfleto contra el cristianismo que una denuncia razonable contra el Primer Ministro Ruso. Todo ello, claro, a la mayor gloria del arte —sin una verdadera mirada crítica— y con una tendenciosa insensibilidad hacia los profundos sentimientos religiosos de millones de rusos y de cristianos de todo el mundo. Una insensibilidad peligrosa, pues alienta los actos de vandalismo y odio religioso de las propias Pussy Riot y de otros grupos similares, como las Femen, que llevan meses protagonizando agresiones similares en otros países, como España.(Cope  J. J. M.) (Decine21 / Almudí JD) LEER MÁS