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Quiero tener una ferretería en Andalucía

Quiero tener una ferretería en Andalucía

Quiero tener una ferretería en Andalucía
  • Público apropiado: Jóvenes-adultos
  • Valoración moral: Adecuada
  • Año: 2012
  • Dirección: Carles Prats
Contenidos: ---

Reseña:

   Diez años después del fallecimiento del músico inglés Joe Strummer en 2002, un grupo de amigos, familiares y admiradores fueron convocados por el barcelonés Carles Prats (“Llámale Jess”, “Loquillo leyenda urbana”) para realizar este sencillo documental, centrado en los “años perdidos” en que el mítico líder de la banda The Clash, harto de la oscura Inglaterra, decidió emigrar a Granada y Almería para montar su “corraliyo”. Todo comenzó a mediados de los 70, cuando las hermanas españolas Esperanza y Paloma —Palmolive, del grupo The Slits— introdujeron al músico en la cultura andaluza, desencadenando un enamoramiento inmediato y voraz.

   Con abundantes entrevistas, vídeos caseros, fotos e imágenes de archivo, la película es un afectuoso homenaje, más bien hagiográfico y poco crítico, pero rico en anécdotas cotidianas y humanas en torno a aquel famoso joven inglés, visto por todos como un señor normal, que chapurreaba castellano tirando a mal, conducía sin carnet y con una cinta de Manolo Escobar —por si le paraba la Guardia Civil—, se apalancaba en bares a tomar copitas y buscaba la senda de García Lorca. La historia oculta, pues, de un hombre real, “cantaor de rock”, construido con sombrita, ron pálido, espagueti western y mucha camaradería local. Todo ello, acompañado por unas cuantas versiones de canciones suyas y de otros —interpretadas por El Doghouse— y por algún que otro homenaje al flamenco, que tanto admiraba Strummer. “Llevo siempre una chaqueta de motero, pero voy andando a todos los sitios”, decía de sí mismo el músico inglés, desmitificando así su imagen pública de rebelde antisistema, tan de pose como la de esas fans que —como se dice en la película—, tras asistir a sus conciertos, volvían a trabajar a los supermercados, pues no podían permitirse el lujo de ser nihilistas. (Cope, Jerónimo José Martín)