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Red road

Red road

Red road
Dirección: Andrea Arnold Guión: A. Arnold Fotografía: Robbie Ryan Montaje: Nicolas Chaudeurge Intérpretes: Kate Dickie, Tony Curran, Martin Compston, Natalie Press, Andrew Armour Distribuidora: Golem Duración: 113 minutos

Otro tortuoso ejercicio dogma

    Primera entrega de un proyecto titulado The Advance Partie y nacido en el seno de la Zentropa de Von Trier, que ha propuesto a tres directores noveles escribir y dirigir tres películas con un grupo de personajes ideados por Lone Scherfig (Italiano para principiantes) y Anders Thomas Jensen, interpretados por los mismos actores. 
    
    A las conocidas reglas del dogma se han unido otras como son la obligatoriedad de que la grabación tenga lugar en Escocia, en un tiempo que no supere las seis semanas y con un presupuesto por debajo de 1,45 millones de euros. 

    En este contexto se ha gestado la opera prima de Andrea Arnold (Inglaterra, 1961), premio del jurado en Cannes 2006, que cosechó -a partes iguales- aplausos y abucheos. Red road nace con vocación de estilo, sin música, con una como casi siempre mareante cámara en mano y con algunos presupuestos estéticos interesantes aunque poco novedosos. 

    Jackie trabaja en el centro de seguridad de Glasgow. Su jornada consiste en observar las imágenes de las cámaras de los vídeos de seguridad repartidos por toda la ciudad. Curiosa profesión que convierte a la protagonista en una especie de voyeur a lo gran hermano y que da un buen juego cinematográfico hecho de texturas a través de las imágenes mudas que pasan ante sus ojos y los nuestros. 

    La protagonista, indiferente, solitaria y deprimida, despierta de su particular letargo el día que descubre, en uno de los monitores, a alguien que debería estar en la cárcel. Aquí comienza el descenso, el particular de Jackie a sus infiernos, y el de la propia cinta. 

    El uso dramático de la luz, la agresiva planificación y las conseguidas localizaciones (elementos habituales en el cine dogma) no disimulan la previsibilidad de un guión endeble, moroso, morboso -con un tratamiento pornográfico de la sexualidad- y, a ratos, decididamente tramposo. (Filasiete / Almudí JR-JM)