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Seda

Seda

Silk
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Desaconsejable
  • Año: 2008
  • Dirección: François Girard
Dirección: François Girard
Intérpretes: Michael Pitt, Keira Knightley, Kenneth Welsh, Martha Burns, Alfred Molina, Koji Yakusho.
Guión: François Girard, Michael Golding
Música: Ryuichi Sakamoto
Fotografía: Alain Dostie
Distribuye en Cine: Tri Pictures
Duración: 110 min.
Género: Romántico, Drama

El país del sol naciente 

    El canadiense François Girard llevaba una década sin dirigir, tras El violín rojo, de 1998. El cineasta regresa como productor, director y guionista de esta adaptación de una de las mejores novelas del italiano Alessandro Baricco, autor de títulos como 'Novecento', en la que se basó La leyenda del pianista en el océano. 

    1860. Baldablou, un empresario francés que se dedica a fabricar tejidos, tiene dificultades para seguir con su negocio, por una enfermedad que ataca a los gusanos de seda. Para remediar su situación, Baldablou envía a Herve Joncour, el hijo del alcalde, a Japón, en busca de huevos de gusanos de seda. Joncour debe separarse unos meses de Helen, una maestra de escuela, con la que acaba de contraer matrimonio.
 
    Para llegar a su destino, debe atravesar Europa en trenes, hasta Kiev, y allí cruzará la estepa rusa con una caravana para llegar a un barco que le lleva a Japón. Una vez en el país del sol naciente, encontrará un aliado que le ayuda a conseguir los huevos que necesita, pero también se sentirá atraído por una bella y enigmática mujer. 

    Girard busca reproducir el lirismo de la novela, a través de una fotografía muy cuidada, de Alain Dostie, su colaborador habitual, que realiza un trabajo muy superior al conjunto. Por lo demás, se trata de un drama bastante decepcionante. El cineasta tenía todos los elementos para dar lugar a una producción de empaque, como un presupuesto amplio que permite una convincente reproducción de la época, y una historia que era eficaz y sugerente en manos de Baricco, gracias a su estilo evocador y suave -como la seda-, y a sus sutiles reflexiones sobre la infidelidad. 

    La traslación a la gran pantalla es mucho más hueca, no acaba de estar del todo bien narrada, y se resiente de una voz en off que trata de compensar lo que las imágenes son incapaces de explicar. Contaba también Girard con un reparto con posibilidades que desaprovecha. 

    Michael Pitt (Last Days) ha estado mejor en otras ocasiones, pero aquí se muestra impasible, incapaz de comunicar nada. Keira Knightley y Alfred Molina cumplen con profesionalidad, pero sus personajes apenas tienen cancha para expresar alguna emoción, por lo que su trabajo queda bastante deslucido.  (decine21 / Almudí JD-AC)