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Séraphine
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Séraphine

Séraphine
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2009
  • Dirección: Martin Provost
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Reseña:

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Dirección: Martin Provost
Intérpretes: Yolande Moreau, Ulrich Tukur, Anne Bennent, Geneviève Mnich, Nico Rogner, Adélaïde Leroux, Serge Larivière.
Guión: Martin Provost, Marc Abdelnour
Música: Michael Galasso
Fotografía: Laurent Brunet
Distribuye en Cine: Golem
Duración: 125 min.
Género: Drama, Biográfico

Un espíritu simple 

    Séraphine Louis es una sencilla mujer de pueblo, nacida en Senlis, Francia. De condición humilde, la han educado en una sencilla piedad cristiana sus padres y las monjas con las que estudió. Pero su destino, desde la adolescencia, fue siempre trabajar como sirvienta, en un convento y en distintas casas. Sin embargo Séraphine, en su simplicidad, es una mujer muy especial. 

    Tiene una enorme sensibilidad, profesa un gran cariño a la Virgen María, y se siente en comunión con la naturaleza, el viento, los árboles, las flores, los insectos, le comunican cosas que nadie más puede oír. En su escaso rato libre Séraphine pinta cuadros, según explica, por indicación de su ángel de la guarda. 

    Nadie presta atención a sus pinturas hasta que Winhelm Uhde, un marchante alemán al que sirve, descubre una de sus obras. Uhde está seguro de haber dado con una gran artista. Y se pone a promocionarla, pero el estallido de la Primera Guerra Mundial le obliga a abandonar Senlis. Pasarán los años sin contacto entre Séraphine y Winhelm, pero ella seguirá pintando, y él entretanto ocupará una buena posición en el mercado del arte. 

    Sorprendente película basada en hechos reales, y que arrasó en los premios César al hacerse con 8 estatuillas, incluidas las de mejor película y actriz, una soberbia Yolande Moreau. El director y coguionista Martin Provost maneja la historia con exquisita sensibilidad y sin prejuicios. 

    Conmueven los pequeños detalles -el modo en que Séraphine fabrica sus colores, cómo detecta y ayuda a quien lo pasa mal, la paciencia infinita con el tendero o una señora a la que sirve...-, la película acierta en no convertirse en una serie de hitos más o menos hilvanados. 

    Se llega al alma del personaje brusco, simple y sensible -no nos cansaremos de alabar el trabajo de la Moreau, transfigurada en Séraphine, con una autenticidad que impresiona-, y está muy bien perfilada la evolución de su relación con Uhde, que huye del tópico: allí conviven el distante trato inicial, con la admiración, y las crecientes y originales exigencias de Séraphine, en un engrase perfecto y rebosante de humanidad. 

    Escenas como aquélla en que Séraphine se siente ofendida por haber malinterpretado a Uhde sirven a Provost para hacer un paralelismo entre personas diferentes, ella con un don que nadie es capaz de detectar, él con una inclinación homosexual apuntada con agradecible elegancia. 

    La estructura narrativa, que abraza varias décadas, funciona, aunque la llegada de la locura resulta algo brusca e inesperada, está teñida de cierta fatalidad. Y hay imágenes muy bellas, como la de la silla del jardín y la protagonista abrazada a un árbol. 

    Martin Prevost alarga demasiado la historia y se excede en un par de detalles groseros. Pero, en general, mantiene un atractivo equilibrio entre la exuberancia colorista de los parajes en que ha rodado —maravillosamente fotografiados por Laurent Brunet— y el sobrio retrato de la pintora y su mecenas, interpretados magistralmente por Yolande Moreau y Ulrich Tukur. 

    En este sentido, se agradece el escaso énfasis del filme en la homosexualidad de Uhde, y el respeto con que muestra la profunda religiosidad de Séraphine, a veces con resultados emocionantes, como cuanta canta el Veni Creator. Elogio especial merece la original banda sonora de Michael Galasso.
Solo la aguantarán espíritus selectos y artísticos, sobre todo enamorados de la pintura.(Decine21 / La Gaceta JJM / Almudi JMV-JMM)