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Sólo el viento

Sólo el viento

Csak a szél
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Adecuada
  • Año: 2013
  • Dirección: Benedek Fliegauf
Contenidos: Imágenes (algunas V)

Dirección y guion: Benedek Fliegauf. Países: Hungría, Alemania y Francia. Año: 2012. Duración: 86 min. Género: Drama. Interpretación: Katalin Toldi (Mari), Gyöngy Lendvai (Anna), Lajos Sárkany (Rio), Gyorgy Toldi (abuelo), Gyula Horváth (Ali), Gergó Kaszás (padre). Producción: Mónika Mécs, Amdrás Muhi y Ernö Mesterházy. Música: Bence Fliegauf y Támas Beke. Fotografía: Zoltán Lovasi. Montaje: Xavier Box. Diseño de producción: Benedek Fliegauf. Vestuario: Sosa Juristovszky. Distribuidora: Vértigo Films. Estreno en Hungría: 5 Abril 2012. Estreno en España: 2 Agosto 2013.

Reseña:

Sobrevivir

   Mari vive con su padre inválido y dos hijos en un cobertizo fuera de una ciudad húngara, en los bosques. Sus condiciones de vida son modestas, como las de sus otros vecinos gitanos. Recientemente, más que nunca, deben vivir a escondidas: cinco familias completas han sido asesinadas en la zona, tiroteadas en sus propias casas. La comunidad gitana lucha por continuar con su sencilla rutina diaria entre la ansiedad por los crímenes presuntamente racistas. Mari alterna dos trabajos. La adolescente Anna intenta concentrarse en el colegio y en sus dibujos. Pero el joven Rio está preocupado con otras cosas. Se está preparando…

   Dura película en un doble sentido: por el destino con el que parecen estar marcados los protagonistas, que ha endurecido sus corazones ante la hostilidad del entorno, sólo les queda el afecto propio del núcleo familiar; y por el estilo narrativo tipo "cine verité", cámara en mano, desesperadamente lento, prolijo en los detalles.

   Dirige y firma el guión de Sólo el viento el húngaro Benedek Fliegauf, que ganó en Berlín el Gran Premio del Jurado. Su cinta trata de objetivar una situación extrema, sin concesiones al sentimentalismo, pero se antoja su mirada fría en exceso, y la condena a las "personas normales" es casi total –el diálogo de los policías es de una brutalidad tremenda–, si exceptuamos a la mujer que entrega ropa usada a Mari. De todos modos hay que reconocer su dominio del "tempo" fílmico, Fiegauf logra seguramente el efecto deseado, aunque éste no es apto para todos los paladares.
(Decine21 / Almudí JD) LEER MÁS