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Somos gente honrada
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Somos gente honrada

Somos gente honrada
  • Público apropiado: Jóvenes
  • Valoración moral: Desaconsejable
  • Año: 2013
  • Dirección: Alejandro Marzoa.
Contenidos: Diálogos (frecuentes D+)


Dirección: Alejandro Marzoa. Países: España y Portugal. Año: 2013. Duración: 85 min. Género: Comedia dramática. Interpretación: Paco Tous (Suso), Miguel de Lira (Manuel), Unax Ugalde (Luis), Manuela Vellés (Julia), Marisol Membrillo (Carmen), Manuel Lozano (Chema). Guion: Alejandro Marzoa y Miguel Ángel Blanca; con la colaboración de Juan Cruz y Jaume Ripoll. Producción: Emma Lustres y Jose Corbacho. Música: Sergio Moure. Fotografía: Arnau Valls Colomer. Montaje: Sofía Escudé y David Gallart. Diseño de producción: Curru Garabal. Vestuario: Eva Camino. Distribuidora: Filmax. Estreno en España: 14 Junio 2013.

 

 

Reseña:

 

 

   El viudo Suso (Paco Tous) y el felizmente casado Manuel (Miguel de Lira) son dos padres de familia coruñeses, amigos de toda la vida, que no pasan por su mejor momento. Tras haber llegado a la cincuentena, se ven sin trabajo ni dinero, y cada vez más alejados de sus familias: Suso, de su hija Julia (Manuela Vellés) y de su yerno Luis (Unax Ugalde), que es policía; y Manuel, de su cariñosa esposa Carmen (Marisol Membrillo), que cocina muy bien, y de Chema (Manuel Lozano), su hijo adolescente y pasota. Cuando la situación es prácticamente insostenible, sucede el milagro: en un día de pesca, los dos amigos se encuentran en la ría un paquete con diez kilos de cocaína. Suso y Manuel deciden comenzar a vender la droga para conseguir salir de la miseria. Pero el dilema moral no es su único problema: ¿Qué saben ellos de cocaína?.

 

 

   El premiado cortometrajista vigués Alejandro Marzoa (“Temporada 92-93”, “Amistad”) debuta en el largometraje con esta astracanada de enredo, producida por José Corbacho y Andreu Buenafuente. La película es un poco deslavazada y demasiado malhablada —esas constantes irreverencias…—, pero acaba resultando divertida y positiva en su denuncia del tráfico de drogas, la corrupción policial y la fascinación por el dinero, aun a costa de la propia felicidad, certeramente delimitada aquí por dos coordenadas: la familia y la amistad. Todo esto se articula en una factura realista, sencilla pero fluida, y en un notable trabajo interpretativo, en el que sobresale el jugoso juego entre Paco Tous y Miguel de Lira. Peor aprovechadas están la joven Manuela Vellés y la veterana Marisol Membrillo, cuyos personajes tienen poco vuelo. Marzoa debe limar aristas —sobre todo, verbales—, ajustar mejor la progresión dramática y cómica de las tramas, y profundizar un poco más en los interesantes temas que trata. De todas formas, aquí demuestra que puede llegar a ser un buen director de comedia, algo que el cine español necesita con urgencia. (Cope J. J. M.)