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Stockholm

Stockholm

Stockholm
  • Público apropiado: Jóvenes-adultos
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2014
  • Dirección: Rodrigo Sorogoyen
Contenidos: Imágenes (algunas S), Diálogos (varios D)

Dirección: Rodrigo Sorogoyen. País: España. Año: 2013. Duración: 85 min. Género: Drama, romance. Interpretación: Javier Pereira, Aura Garrido. Guion: Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen. Producción ejecutiva: Borja Soler, Pedro Martín-Calero, Alberto del Campo y Rodrigo Sorogoyen. Fotografía: Alejandro de Pablo. Montaje: Alberto del Campo. Estreno en España: 8 Noviembre 2013.

Reseña:

La noche y el día

   En una discoteca un chico se fija en una joven de cara triste, y sobre la marcha queda prendado de ella. A la salida él la espera y comienza entonces un continuo tira y afloja, una lucha por ligar con ella. La chica se niega a dar coba a ese extraño caradura, un ligón con alucinante desparpajo, pero el tipo no se dará por vencido.

   A primera vista, no se puede decir que la propuesta de Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña sea lo que se dice original, pues responde a la premisa más vieja del mundo: chico conoce chica una noche, parlotean, ligan, se acuestan... y por la mañana el hechizo se ha esfumado. Sin embargo, la apuesta se convierte en arriesgada cuando consideramos los mínimos elementos con los que han contado. En primer lugar se trata de una película de dos únicos personajes, interpretados excelentemente por Javier Pereira (Heroína, No tengas miedo) y Aura Garrido (Planes para mañana, El cuerpo), dos actores que en un "tête à tête" continuo demuestran un gran dominio del oficio, un aguante magnífico de la cámara; la puesta en escena es de sencillez apabullante, realista, cotidiana; y la estructura responde a lo que pudiera ser una obra en cuatro actos –o escenas– separadas por sendos fundidos en negro.

   Que algo así no aburra sino que interese tiene mucho que ver con la frescura y naturalidad que emanan de los diálogos y las miradas, el juego del cortejo, con silencios, risas, etc., que suenan verosímiles, aunque algunas situaciones resulten forzadas. El caso es que el espectador no sabe nada de los personajes y poco a poco sus mundos, sus intenciones, interesan. De fondo Stockholm nos interpela duramente por el mal y el bien que hacemos jugando frívolamente con el corazón y los sentimientos de las personas. La gente no es de usar y tirar. Al fin y al cabo el amor no es un juego y equivocarse puede causar daños permanentes.(Decine 21 / Almudí JD) LEER MÁS