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Templario

Templario

Ironclad
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2011
  • Dirección: Jonathan English

Contenidos: Imágenes (frecuentes V), Imágenes (algunas X), Ideas (visión anticristiana de la época)

Reseña:

Año de producción: 2011
País: EE.UU., Reino Unido
Dirección: Jonathan English
Intérpretes: Charles Dance, Kate Mara, Jason Flemyng, Paul Giamatti, Brian Cox, James Purefoy, Derek Jacobi, Mackenzie Crook, Vladimir Kulich, Jamie Foreman
Argumento: Jonathan English (Historia)
Guión: Stephen McDool, Jonathan English, Erick Kastel
Música: Lorne Balfe
Fotografía: David Eggby
Distribuye en Cine: DeAPlaneta
Duración: 121 min.
Género: Acción, Aventuras

Asedio
Los combates se suceden en un relato que no va a ninguna parte, con Giamatti desgañitándose y Purefoy poniendo ceño.

   Corre el año 1215. El rey Juan I de Inglaterra se ha visto obligado a firmar la Carta Magna. Furioso, recluta un despiadado ejército de mercenarios que empieza a arrasar el país para restaurar la monarquía absoluta. Tan solo un grupo de caballeros reunidos por el barón Abany y atrincherados en el castillo de Rochester se interpone entre él y la victoria. Junto a ellos, Marshall, un caballero templario atormentado por la culpa ante las atrocidades que cometió durante las cruzadas, y unos mercenarios entre los que se encuentran Beckett y el joven Guy. En medio de la batalla, Marshall deberá lidiar además con sus florecientes sentimientos hacia Isabel, la hermosa señora del castillo y esposa de Reginald de Cornhill.

   Templario se apunta a la última onda de películas revisionistas en relación al tema de las Cruzadas, como En tiempo de brujas, El reino de los cielos, Solomon Kane, etc., con una visión simplista en la que los Cruzados son los malos absolutos de la película y están arrepentidos por haber partido a la guerra contra unos idealizados musulmanes. Su visión de la época resulta un tanto tópica y claramente anticristiana.

   Por otro lado, su tratamiento de uno de los temas principales, la castidad, podría haber dado más juego, pero acaba resultando excesivamente simplista. También llama la atención su descarnado recurso a la violencia, a veces repetitiva e innecesaria, como en la sucesión de mutilaciones que sobreviene hacia el final. Las actuaciones son buenas (Decine21 / Almudí JD). LEER MÁS