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Terraferma
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Terraferma

Terraferma
  • Público apropiado: Jóvenes
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2012
Contenidos: Imágenes (algunas V, alguna S)

Dirección: Emanuele Crialese. Países: Italia y Francia. Año: 2011. Duración: 88 min. Género: Drama. Interpretación: Filippo Pucillo (Filippo), Donatella Finocchiaro (Giulietta), Giuseppe Fiorello (Nino), Mimmo Cuticchio (Ernesto), Martina Codecasa (Maura). Guion: Vittorio Moroni y Emanuele Crialese; basado en un argumento de Emanuele Crialese. Producción: Marco Chimenz, Fabio Conversi, Giovanni Stabilini y Riccardo Tozzi. Música: Franco Piersanti. Fotografía: Fabio Cianchetti. Montaje: Simona Paggi. Diseño de producción: Paolo Bonfini. Vestuario: Eva Coen. Distribuidora: Vértigo Films. Estreno en Italia: 7 Septiembre 2011. Estreno en España: 27 Julio 2012.

Reseña:

La ley del mar

   “Terraferma”
es la historia de una Sicilia sin contaminar, fundamentalmente habitada por pescadores. Aunque prácticamente no conocen el turismo, los isleños están empezando a cambiar de mentalidad al darse cuenta del potencial de esta nueva industria. Al mismo tiempo tienen que enfrentarse a extranjeros sin papeles y a una nueva ley que les obliga a rechazar a aquellos que buscan ayuda. Esta política choca directamente con la ley del mar que obliga a rescatar a cualquiera que esté en apuros.

   Terraferma contrapone la mentalidad tradicional en extinción de la zona, un auténtico paraíso, con la globalización emergente, que lo invade todo. También expone el contraste entre los turistas, en busca de asueto, y los inmigrantes que no tienen nada en busca de una oportunidad. Crialese se decanta por imágenes sencillas, sin grandes despliegues técnicos, pero de enorme efectividad, sobre todo los planos acuáticos. Se trata de una película vocacionalmente sencilla, pero sus personajes rebosan autenticidad y alma, y están bien interpretados por un buen reparto (Decine21 / Almudí JD). LEER MÁS

   Terraferma tiene su propia mirada, muy interesante, que no se limita a criticar una dura política antiinmigración, sino que aprovecha para contraponer una tradición humanista, de raíz cristiana —simbolizada por la imagen de la Virgen hundida en el mar—, que ve al inmigrante como un náufrago al que es obligado salvar, frente a una ley fría y deshumanizada. Su tono ligero, muy italiano, costumbrista, recrea la Sicilia profunda y tradicional, y la pone en contraste con la Italia industrializada representada por los turistas, una Italia más frívola y superficial. El resultado es una película muy cercana, fresca y muy humana (Juan Orellana, Pantalla 90)