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Un castillo en Italia

Un castillo en Italia

Un château en Italie
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2014
  • Dirección: Valeria Bruni Tedeschi

Contenidos: Imágenes (algunas X), Diálogos (varios D), Ideas (tratamiento irreverente del catolicismo F)

Dirección: Valeria Bruni Tedeschi. País: FranciaAño: 2013. Duración: 104 min. Género: Comedia dramáticaInterpretación: Valeria Bruni Tedeschi (Louise), Louis Garrel (Nathan), Filippo Timi (Ludovic), Marisa Borini (la madre), Xavier Beauvois (Serge), Céline Sallette (Jeanne), André Wilms (padre de Nathan), Marie Riviere (madre de Nathan), Gérar Falce (Gérard), Pippo Delbono (cura). Guion: Valeria Bruni Tedeschi, Agnès De Sacy y Noémie Lvovsky. Producción: Saïd Ben Saïd. Fotografía: Jeanne Lapoirie. Montaje: Laure Gardette y Francesca Calvelli. Diseño de producción: Emmanuelle Duplay.Vestuario: Caroline De Vivaise. Distribuidora: Paco Poch CinemaEstreno en Francia: 30 Octubre 2013. Estreno en España: 9 Mayo 2014.

Reseña:

   El emergente y conflictivo actor Nathan (Louis Garrel) se enamora de Louisa (Valeria Bruni Tedeschi), una compleja mujer cuya aristocrática familia pasa por una grave crisis económica. De hecho, su madre (Marisa Borini) se ha planteado vender el castillo que posee en el campo, o alquilarlo para actividades lúdicas. Pero se opone a ello su hijo Ludovic (Filipo Timi), que padece sida y prepara su posible boda con su novia Jeanne (Céline Sallette).

   Esta tercera película como directora de la actriz turinesa Valeria Bruni Tedeschi —hermana de Carla Bruni, la tercera esposa del ex presidente francés Nicolas Sarkozy— completa la trilogía sobre su propia familia, que inició con “Es más fácil para un camello...” (2003) y “Actrices” (2007). Tan autobiográfica es “Un castillo en Italia”, que se rodó en la propia finca que perteneció hace tiempo a los Bruni Tedeschi, y está protagonizada por la propia actriz, su propia madre, Marisa Borini, y su pareja en la vida real: el actor parisino Louis Garrel, casi veinte años más joven que ella. Además, también es cierto que un hermano suyo padeció sida.

   En cualquier caso, a pesar de esta apabullante base real, al guión de Noémie Lvovsky, Agnes de Sacy y la propia directora le falta autenticidad y emoción, quizás porque fragmenta demasiado su desarrollo y, sobre todo, porque extrema hasta lo grotesco los melodramas que lo impulsan, especialmente durante las angustiosas crisis de ansiedad de Louisa, obsesionada con ser madre. Estos excesos también afectan a las traumáticas relaciones de Louisa y su madre con el catolicismo, expresadas a veces con un tono esperpéntico y hasta irreverente. Desde luego, la película dibuja con honestidad los profundos desconciertos afectivos y vitales de sus personajes. Pero, a la postre, resulta demasiado sofisticada, distante y perpleja para el común de los mortales.(Cope J. J. M.)

(Decine21 / Almudí JD) LEER MÁS