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Una vida mejor
Une vie meilleure
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Dirección: Cédric Kahn. País: Francia. Año: 2011. Duración: 110 min. Género: Drama. Interpretación: Guillaume Canet (Yann), Leïla Bekhti (Nadia), Slimane Khettabi, Abraham Belaga. Guion: Cédric Kahn y Catherine Paillé. Producción: Kristina Larsen y Gilles Sandoz. Música: Akido. Fotografía: Pascal Marti. Montaje: Simon Jacquet. Diseño de producción: Olivier Puyrenier. Distribuidora: Golem. Estreno en Francia: 4 Enero 2012. Estreno en España: 28 Septiembre 2012.
Reseña:
Qué difícil es todo...
Yann, cocinero, y Nadia, camarera y madre de un niño de 9 años, deciden arriesgarlo todo y comprar un restaurante. Tienen talento, energía, amor y sueños de sobra, solo les falta dinero. Pronto se dan cuenta de que no pueden hacer frente a los préstamos que han pedido. Nadia se ve obligada a irse a trabajar a Canadá para sacarlos a todos de apuros, y Yann se queda en un intento desesperado por salvar el restaurante. Ambos se enfrentan a una avalancha de acreedores, a un sistema ciego, sin piedad, y a un trabajo agotador. Por fin, Yann entiende que su única posibilidad es reunirse con ella, y que la madre y el hijo estén juntos. Decide seguir a Nadia para encontrar una vida mejor.
La película está interpretada con mucha fuerza por el actor de moda en Francia, Guillaume Canet, y respaldada con solvencia por Leila Bekhti y el niño Slimane Khettabi, que no hizo demasiado fácil el rodaje. Está rodada con convicción, ritmo y con ese aire pseudo-documental que recuerda al citado Ken Loach. La cinta tiene una indudable lectura económico-social, muy crítica con el capitalismo salvaje y con la cultura del vivir de préstamos bancarios; pero es su nivel antropológico el más interesante. Yann creció en familias de acogida, y por ello, cuando Nadia le pide que se quede con su hijo, es incapaz de decirle que no. La relación no es fácil, y ni siquiera el niño es hijastro de Yann, ya que esté no ha formalizado su relación con Nadia. Y, sin embargo, en seguida se va a ir forjando un vínculo paterno-filial, por el que el chaval va a reconocer públicamente a Yann como “padre”. Por eso, cuando la situación económica es insostenible, el nuevo objetivo del protagonista es la reunificación” familiar, cueste lo que cueste. Así, la película reivindica la acogida y la vida familiar como lugares donde preservar la dignidad de ser hombre cuando parece que se ha perdido todo lo demás. (Cartelera de la Cope J. O)
(Almudí JD)
Dirección: Cédric Kahn. País: Francia. Año: 2011. Duración: 110 min. Género: Drama. Interpretación: Guillaume Canet (Yann), Leïla Bekhti (Nadia), Slimane Khettabi, Abraham Belaga. Guion: Cédric Kahn y Catherine Paillé. Producción: Kristina Larsen y Gilles Sandoz. Música: Akido. Fotografía: Pascal Marti. Montaje: Simon Jacquet. Diseño de producción: Olivier Puyrenier. Distribuidora: Golem. Estreno en Francia: 4 Enero 2012. Estreno en España: 28 Septiembre 2012.
Reseña:
Qué difícil es todo...
Yann, cocinero, y Nadia, camarera y madre de un niño de 9 años, deciden arriesgarlo todo y comprar un restaurante. Tienen talento, energía, amor y sueños de sobra, solo les falta dinero. Pronto se dan cuenta de que no pueden hacer frente a los préstamos que han pedido. Nadia se ve obligada a irse a trabajar a Canadá para sacarlos a todos de apuros, y Yann se queda en un intento desesperado por salvar el restaurante. Ambos se enfrentan a una avalancha de acreedores, a un sistema ciego, sin piedad, y a un trabajo agotador. Por fin, Yann entiende que su única posibilidad es reunirse con ella, y que la madre y el hijo estén juntos. Decide seguir a Nadia para encontrar una vida mejor.
La película está interpretada con mucha fuerza por el actor de moda en Francia, Guillaume Canet, y respaldada con solvencia por Leila Bekhti y el niño Slimane Khettabi, que no hizo demasiado fácil el rodaje. Está rodada con convicción, ritmo y con ese aire pseudo-documental que recuerda al citado Ken Loach. La cinta tiene una indudable lectura económico-social, muy crítica con el capitalismo salvaje y con la cultura del vivir de préstamos bancarios; pero es su nivel antropológico el más interesante. Yann creció en familias de acogida, y por ello, cuando Nadia le pide que se quede con su hijo, es incapaz de decirle que no. La relación no es fácil, y ni siquiera el niño es hijastro de Yann, ya que esté no ha formalizado su relación con Nadia. Y, sin embargo, en seguida se va a ir forjando un vínculo paterno-filial, por el que el chaval va a reconocer públicamente a Yann como “padre”. Por eso, cuando la situación económica es insostenible, el nuevo objetivo del protagonista es la reunificación” familiar, cueste lo que cueste. Así, la película reivindica la acogida y la vida familiar como lugares donde preservar la dignidad de ser hombre cuando parece que se ha perdido todo lo demás. (Cartelera de la Cope J. O)
(Almudí JD)
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