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Vicky el vikingo

Vicky el vikingo

Wickie und die starken Männer
  • Público apropiado: Todos
  • Valoración moral: Adecuada
  • Año: 2010
  • Dirección: Michael Herbig
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Reseña:

Dirección: Michael Herbig
Intérpretes: Jonas Hämmerle, Waldemar Kobus, Nic Romm, Christian Koch, Olaf Krätke, Mike Maas, Patrick Reichel, Jörg Moukaddam
Argumento: Runer Jonsson (libro infantil)
Guión: Michael Herbig, Alfons Biedermann
Música: Ralf Wengenmayr
Fotografía: Gerhard Schirlo
Distribuye en Cine: Aurum
Duración: 85 min.
Género: Aventuras

Hey, Vicky, Vicky...

    
Adaptación del conocido libro infantil del alemán Runer Jonsson, que ya tuvo una popular versión en forma de serie de animación japonesa. De hecho, dicha serie ha sido un referente esencial, tanto en la concepción de los personajes como en el uso y adecuación a los nuevos tiempos de los temas musicales de antaño. 

    El film describe la vida en un poblado vikingo desde el punto de vista de uno de sus más jóvenes habitantes, el pequeño Vicky, hijo del jefe Halvar. Éste está un poco decepcionado con su retoño, pues a pesar de su inteligencia, no tiene demasiada fuerza y sale huyendo despavorido cuando le toca enfrentarse a un lobo. Tras el secuestro que perpetra Sven el Terrible de todos los niños de la aldea, excepto Vicky, se organiza una expedición de rescate. 

    Entretenida película familiar, que seguramente captará a los que vieron la serie animada siendo niños, pues ha habido un esfuerzo por reconstruir muchos momentos que quedan en el imaginario, sin tampoco abusar de ellos: la frase "estoy entusiasmado", la eterna rivalidad entre Snorre y Tjure, el gesto en la nariz cuando Vicky tiene una idea, Sven con su bola metálica, etcétera, despertarán sin duda la nostalgia. 

    El planteamiento de producción puede recordar a Los Picapiedra o Astérix y Obélix contra César y secuelas, o sea mucho colorido para hacer un 'cartoon' realista que no deja de sonar a falsete, y la inevitable comparación entre dibujos y personas de carne y hueso, que llevan a la conclusión de que 'no es lo mismo'. 

    Con buen sentido el director Michael Herbig ha mantenido una mirada blanca, quizá excesivamente infantil, pero con el suficiente gancho para que un adulto no se aburra. Están bien resueltos pasajes como la prueba que afrontan padre e hijo, la improvisada tirolina, el esquí acuático con delfines o el barco volador, donde se utilizan con inteligencia los espectaculares efectos especiales. Y hay buenos momentos humorísticos, con gags en torno lo bárbaros y brutos que pueden llegar a ser los vikingos (Decine21 / Almudí)