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“La Iglesia en África al servicio de la reconciliación, de la justicia y de la paz”
Mientras el mundo está ya en espera de los viajes a México y a Cuba que el Papa Benedicto XVI tiene todavía en preparación, Ratzinger parte por segunda vez con destino a África. Esta vez es Benín quien lo acoge. Juan Pablo II había estado en el país africano en 1993, mientras todavía estaba en marcha el paso a la democracia después del colonialismo y la fase marxista. Del 18 al 20 de noviembre el Papa Benedicto estará en una nación que puede ser considerada un modelo para todo el continente. Y esto también gracias a la Iglesia católica.
Una iglesia fresca de anuncio: el cristianismo llegó a Benín sólo 150 años atrás gracias a los misioneros. Es una iglesia extraordinariamente viva, que siempre ha sabido interpretar un rol de primer plano en los momentos más significativos de la historia del país. Cuando en el 2009 Benedicto XVI visitó Camerún y Angola, había entregado a los obispos del continente el Instrumentum laboris de la Segunda Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos, celebrada en el Vaticano del 4 al 25 de octubre de 2009. Ahora vuelve para llevar el fruto del Sínodo, la Exhortación que es también el compromiso de África: Africae munus.
Las etapas son pocas pero significativas: el Papa parte el viernes 18 de noviembre y llega al Aeropuerto Internacional “Bernardin Gantin”, de Cotonou en seis horas de vuelo. No es casualidad que el aeropuerto esté dedicado a este cardenal beninés, fallecido en el año 2008 después de muchos años de servicio a la Curia Romana. Para Benín es un verdadero héroe nacional. Fue él quien insistió desde Roma para que se le permitiera a su sucesor como obispo de Cotonou, Isidore de Souza, asumir el rol de guía para la conferencia de la reconciliación del país. El Papa rezará frente a las tumbas de ambos y también de todos los otros obispos que han hecho tanto por el país. Benedicto llevará, por lo tanto, un agradecimiento para la Iglesia de este Estado, que es un don para todo el continente, y firmará simbólicamente el documento del Sínodo en la Basílica histórica de la Región del África Occidental, la de la Inmaculada Concepción de María, de Ouidah.
En 1993 Juan Pablo II se dirigió al país que desde hacía poco tiempo había emprendido una nueva fase política. Salía del marxismo para ir hacia el capitalismo. Respondiendo a un periodista en el avión que lo llevaba a Cotonou, en febrero de 1993, dijo: «Se debe abandonar el modo de pensar europeo, sobre todo porque Benín es un país africano. Pienso que el marxismo fue algo importado y superficial, que no afectó profundamente la estructura nacional, social y económica. Y luego, también el capitalismo. Ciertamente una diferencia debe haber, pero siempre con una referencia sustancial, no accidental, a África, a la mentalidad, a la tradición y a las realidades africanas. Vemos que todos estos proyectos, todos estos conceptos, que surgen de la tradición occidental, euro-americana, como también el marxismo, son aplicados, impuestos a la realidad africana. Es equivocado. Pienso que en África el marxismo ha sido sobre todo un método para llegar al poder y mantenerlo. Ha funcionado hasta un cierto momento pero ahora no funciona más. Por otra parte, tampoco se deben imponer demasiado pronto, demasiado rápidamente, brutalmente, los modelos occidentales, democráticos. Los pueblos africanos son democráticos, entre otras cosas, y esta democracia conserva en sí todavía muy fuerte la realidad tradicional: familia y tribu. Y éstas no son cosas retrógradas, tienen valor todavía hoy. Tal vez tienen aquellos valores que nosotros, occidentales, hemos perdido, y es una verdadera pérdida, no un progreso».
Dieciocho años después Benedicto XVI lleva a África una nueva esperanza de paz. La segunda asamblea sinodal para el continente ha puesto de relieve las dificultades de la paz, pero también la gran riqueza espiritual que debe ser conservada y redescubierta por un Occidente cada vez más secularizado. África es «un pulmón espiritual para una humanidad en crisis de esperanza y de fe», recordó el Papa. Dos serán los grandes discursos de Benedicto XVI. Uno a la comunidad civil y a las otras religiones en el Palacio presidencial el sábado por la mañana, y la homilía de la Misa para la entrega del documento sinodal. En el programa hay también muchos encuentros, con los niños, con los enfermos, con los religiosos en una región rica en vocaciones. Y a la llegada un gesto simbólico: el canto del Te Deum en la catedral Notre Dame de Miséricorde, de Cotonou, primer momento mariano del viaje. El sábado 19 de noviembre se inicia con la visita al presidente de la República y a todas las autoridades del gobierno beninés. Se llevará a cabo en el palacio presidencial, en presencia también de los miembros del cuerpo diplomático y de los líderes de las religiones más importantes. Hay mucha expectativa por el discurso que Benedicto XVI pronunciará en esta circunstancia. La presencia de personalidades políticas de las naciones africanas y otras, de hecho, permitirá al Pontífice afrontar una serie de temáticas que, partiendo de África, concernirán a toda la comunidad internacional.
Luego la etapa en Ouidah, ciudad costera a 45 kilómetros de Cotonou, cuna de la evangelización no sólo de Benín sino también de gran parte de la región africana. Es la sede del seminario San Gall, el más importante de toda el área. Lleva el nombre del cantón suizo que financió su construcción. El seminario San Gall, fundado en 1914, es el más antiguo del África occidental y ha acogido estudiantes de Togo, Nigeria, Costa de Marfil, República Centroafricana, el Congo y Camerún. Desde entonces contribuye a la formación del clero para toda la región. Forman actualmente a 142 seminaristas. Aquí está sepultado el “padre de la nación” Bernardin Gantin, colaborador cercano de tres Papas (Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II), en el mismo período que el entonces Cardenal Joseph Ratzinger, del cual fue gran amigo.
Estará luego la firma de la Exhortación Apostólica Post-sinodal Africae munus: en francés, inglés, portugués e italiano. La expectativa es grande. Entre los temas surgidos de la Asamblea está el compromiso político por el bien común, pero se trata de entender cuáles son los lugares y modos de la reconciliación en tierra africana y cuál es el rol apostólico de la Iglesia hoy. En la tarde del sábado 19 de noviembre el Papa visita una parroquia y un centro de asistencia a los niños enfermos. Un momento especialísimo dedicado a todos los niños de África. Es, en cierto sentido, una novedad en el curso del pontificado de Benedicto XVI. La atención del Papa a los niños toca uno de los puntos clave de la historia de las luchas emprendidas por los africanos por la independencia y el desarrollo de sus países. El deseo es que la visita pueda dar nuevamente sentido, vigor y medida al compromiso de hoy e invitar a los africanos a mirar al mañana con más conocimiento de causa, con más sentido de responsabilidad y con mayor esperanza.
Está previsto también un encuentro con un grupo de leprosos, por la mañana, en la Capilla del Seminario. Según la Organización mundial de la Salud, Benín estaba en el elenco de los países en que la lepra era un problema muy serio. Hoy la lepra casi ha desaparecido de todo el territorio de Benín. Lo ha anunciado, el 4 de febrero de 2010, el representante de la Organización mundial de la Salud (OMS), Akpa Raphael Gbary, que ha explicado los buenos resultados de la lucha contra esta enfermedad infecciosa por la competencia con la cual se han movido los dirigentes de la política sanitaria de Benín.
El domingo, la gran celebración en el Stade de l’Amitié, en Cotonou, con la entrega oficial a los representantes de la Iglesia africana de la Exhortación Apostólica Post-Sinodal Africae munus al final de la Concelebración Eucarística. Para no olvidar el logo elegido para este viaje: el continente africano representado bajo forma de paloma, símbolo de la paz, que mira hacia oriente; sobre el fondo azul, color referido a María Santísima, resalta, en blanco, Benín; la cruz de color amarillo simboliza el color de la bandera pontificia; sobre los colores de la bandera beninesa dispuestos en arco están escritas en francés las tres palabras “Reconciliación, justicia y paz”, que se refieren a la primera parte del tema de la Segunda Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos (4 al 25 de octubre de 2009): “La Iglesia en África al servicio de la reconciliación, de la justicia y de la paz”.
Acompañando al Papa estarán los cardenales africanos. Desde el nigeriano Francis Arinze, presidente emérito de la Congregación para el Culto Divino, al ghanés Peter Turkson, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, y Robert Sarah, presidente del Pontificio Consejo Cor Unum. Estará también Giuseppe Bertello, por años nuncio en Benín, y Barthélemy Adoukonou, secretario del Pontificio Consejo para la Cultura. El regreso a Roma está previsto para el domingo por la tarde, al final del vigésimo segundo viaje internacional de un pontificado que todavía no deja de sorprendernos.
Angela Ambrogetti
(*) Publicado originariamente en: Tempi.it
Traducción: La Buhardilla de Jerónimo
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