Almudi.org. La ley de parejas de hecho en Francia<br />7/2/2001.-En noviembre de 1999 entró en vigor en Francia el<br />Pacto civil de solidaridad (PACS), que puede ser suscrito por parejas no<br />casadas, del mismo o distinto sexo, para acceder a derechos hasta entonces<br />reservados a los matrimonios. En medio de la polémica que rodeó su<br />aprobación, se dijo que el PACS respondía a una fuerte demanda social, que<br />reclamaba la regulación de las parejas de hecho. Pero las cifras ahora<br />... 
7/2/2001.-En noviembre de 1999 entró en vigor en Francia el         Pacto civil de solidaridad (PACS), que puede ser suscrito por parejas no         casadas, del mismo o distinto sexo, para acceder a derechos hasta entonces         reservados a los matrimonios. En medio de la polémica que rodeó su         aprobación, se dijo que el PACS respondía a una fuerte demanda social, que         reclamaba la regulación de las parejas de hecho. Pero las cifras ahora         publicadas sobre el primer año de aplicación muestran que el número de PACS         firmados es sensiblemente inferior a las previsiones.
En poco más de un año se han registrado 29.855 contratos de         este tipo, unas diez veces menos que los matrimonios (285.000 en 1999). Esa         cifra se considera baja, en relación con el número total de parejas que         podrían sentirse atraídas por esta solución jurídica para su vida en común.         El Instituto Nacional de Estudios Demográficos (INED), en un informe publicado         en diciembre de 1999, hacía algunas hipótesis. Cada año se forman en Francia         unas 450.000 parejas. La hipótesis de que la tercera parte de las uniones diera         lugar a un PACS llevaría a 150.000 contratos al año. Pero, habida cuenta de         las formalidades jurídicas del PACS, el INED preveía que el número anual         podría estar en torno a los 40.000.
En teoría, en el primer año de vigencia de la ley se         firmarían más PACS, al dar salida a todas las parejas de hecho que esperaban         desde hacía tiempo una solución. Así que ahora los expertos prevén que el         número anual podría estabilizarse en torno a los 12.000, lo cual es un nivel         muy bajo.
Hay que tener en cuenta que, según el INED, en Francia hay         4,8 millones de parejas no casadas (el 16,2% del total). La cohabitación previa         al matrimonio es cada vez más frecuente y más larga: entre las parejas no         casadas que se formaron en 1990, el 30% seguían sin contraer matrimonio en         1998. Y el 53% de las mujeres que tienen su primer hijo no están casadas.
Pero, a juzgar por el balance de este primer año, la gran         mayoría de las parejas que conviven al margen del derecho no ven tampoco la         necesidad de regular su vida con el PACS. Aunque las estadísticas sobre los         PACS firmados no permiten distinguir entre los establecidos por parejas del         mismo o de distinto sexo, la impresión de los expertos consultados es que ha         interesado fundamentalmente a homosexuales, y no a todos.
El PACS da a los firmantes una serie de beneficios de         carácter fiscal, de subrogación en el contrato de alquiler de vivienda y de         prestaciones sociales, antes reservadas a los matrimonios (cfr. servicio         146/99). Los firmantes se obligan a prestarse "ayuda mutua y         material", cuyas modalidades se estipulan en el contrato. Y responden         solidariamente de las deudas contraídas para las necesidades de la vida         corriente y de los gastos relativos a la vivienda común.
Para explicar el escaso atractivo del PACS, ahora se afirma         que todavía está sometido a demasiadas formalidades; pues, aunque basta         firmarlo en el juzgado, parece bastante aconsejable ir antes al notario para         redactar bien el contrato. Pero siempre que se busca la protección del Derecho,         es inevitable el aumento de la complejidad formal.
También se dice que, al someter a los contratantes al         régimen de indivisión de bienes, puede hacer conflictiva la separación. El         PACS puede romperse de mutuo acuerdo o por decisión unilateral, sin que la ley         diga nada sobre la posibilidad de indemnización en caso de ruptura. Por otra         parte, el PACS es un contrato de pareja, que no trata de la familia, y no cambia         en nada el estatuto de los hijos nacidos de parejas no casadas, a los que la ley         ya protege suficientemente.
Quizá los que recurren al PACS buscan fundamentalmente una         forma de reconocimiento público de su vida en común. Pero, en este plano, el         matrimonio sigue siendo mucho más atractivo. Y, al resto de parejas de hecho,         le trae sin cuidado este aspecto.
(ACEPRENSA)