Almudí.org. Busch contará más con las iglesias en la asistencia social<br />7/2/2001.- El presidente de Estados Unidos, George Bush, ha<br />anunciado un plan para financiar con fondos federales los programas de<br />asistencia social de las organizaciones de inspiración religiosa. Aunque los<br />críticos dicen que viola la separación entre Iglesia y Estado (Primera<br />Enmienda a la Constitución), el plan de Bush no es tan original: Clinton<br />aprobó en 1996 una reforma del sistema del welfar... 
7/2/2001.- El presidente de Estados Unidos, George Bush, ha         anunciado un plan para financiar con fondos federales los programas de         asistencia social de las organizaciones de inspiración religiosa. Aunque los         críticos dicen que viola la separación entre Iglesia y Estado (Primera         Enmienda a la Constitución), el plan de Bush no es tan original: Clinton         aprobó en 1996 una reforma del sistema del welfare (asistencia pública) que         introdujo esta financiación; es la legislación vigente y, hasta ahora, nadie         la ha llevado a los tribunales.
La reforma del welfare aprobada en 1996 incluía una sección         (llamada luego "Charitable Choice") que permitía a las organizaciones         de inspiración religiosa competir en igualdad de condiciones con las que no lo         son para conseguir la financiación pública aneja a una serie de servicios         sociales, como la Temporary Assistance for Needy Families, el Supplemental         Security Income, cupones de comida, etc. (cfr. servicio 117/97).
La ley aseguraba que la recepción de fondos no afectaría al         gobierno interno de la organización ni a su carácter religioso (por ejemplo,         no tendrían por qué ocultar los símbolos religiosos en el desempeño de su         actividad). Para evitar violaciones de la Primera Enmienda, la ley prohibió que         con los fondos públicos se realizaran actividades específicamente religiosas,         como ceremonias litúrgicas o cursos de formación en la fe; prohibió también         discriminar a los beneficiarios de los programas asistenciales por razón de sus         creencias; y exigió que hubiera alternativas seculares para quienes no         quisieran recibir servicios de ningún "proveedor" religioso.
La reforma incluyó a las organizaciones de inspiración         religiosa por los buenos resultados que cosechaban en diversos sectores         asistenciales. De ahí que Clinton no dudara en firmar una ley que aseguraba la         neutralidad de la financiación pública. A partir de entonces, la         "oferta" asistencial creció con la incorporación de las         organizaciones religiosas.
Desde este punto de partida, el plan de Bush no aporta nada         nuevo ni es fruto de la euforia del que estrena cargo. Es más, tanto el ex         vicepresidente Al Gore como el senador Joe Lieberman creen necesario que las         organizaciones religiosas puedan acceder a subvenciones públicas.
Pero Bush tiene ya experiencia en este campo. En 1996, cuando         era gobernador de Texas, organizó un grupo de estudio llamado Faith-Based Task         Force -compuesto por personas de diversas creencias- para analizar los         obstáculos legales que encontraban las organizaciones religiosas. De ahí         nació un informe llamado Faith in Action y diversas recomendaciones que Bush         convirtió, en algunos casos, en leyes estatales.
(Aceprensa)