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       Reproducimos a continuación un documento que
      consideramos de sumo interés: la lectura de los 27 consejos nos hace
      reflexionar sobre el uso de la televisión. Si los seguimos, lograremos
      que la televisión esté a nuestro servicio y no ser esclavos de ese medio
      de comunicación 27 Consejos para ver la Televisión Pedro Pérez
      de la Blanca
      www.PiensaUnPoco.com Tomado de Valores Humanos Nro 13  El documento ha sido elaborado por FEDEPADRE,
      asociación que reúne a 150 mil familias chilenas  | 
  
 
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       Una
      responsabilidad importante de los padres  | 
    
       1. Los padres debemos enseñar a nuestros hijos,
      tanto a ver espacios televisivos enriquecedores, como a no ver aquellos
      que puedan ser inconvenientes o que puedan afectarlos en su desarrollo
      integral como personas. Si los padres no enseñamos a ver televisión a
      nuestros hijos, ¿quién lo hará por nosotros?  2. Podemos enseñar a los hijos a que no hay que
      “ver televisión”, sino que ver programas de televisión. Así
      podremos desarrollar la capacidad de selección y de discriminación, que
      los habilitará para ver aquello que nos conviene y no mirar aquello que
      no nos conviene ver. Debemos preguntar a nuestros hijos ¿Qué programa
      quieren ver?, en lugar de ¿Quieren ver televisión?. No olvidemos que la
      televisión utilizada con el criterio de ayudar a la educación de los
      hijos puede ser una herramienta muy eficaz. 3. Para crear un criterio de selección al momento
      de ver televisión, es preciso evitar tener prendida la televisión cuando
      no hay nadie viendo un programa determinado. Siempre es positivo
      preguntarse: ¿Es necesario que en este momento esté prendido el
      televisor?. Cuantas veces la televisión permanece horas funcionando sin
      que nadie esté realmente viendo un programa determinado. Si la apagamos,
      cuando no es necesario que esté prendida, no solo ahorramos energía y
      dinero, sino que lo más importante, ganamos silencio y tiempo para
      nosotros mismos y para la familia.  | 
  
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       Para
      que no se imponga el capricho del momento  | 
    
       4. Un buen modo de afirmar las ideas anteriores, es
      no tener a mano el control remoto. El “zapping”, o la costumbre de
      cambiar permanentemente de canal de televisión, es contrario al criterio
      de selección que debemos desarrollar en nuestros hijos. Por otro lado,
      “la lucha” por el control remoto muchas veces es injusta e
      inconveniente, ¿no sería preferible acordar de antemano el programa que
      queremos ver, para no ser esclavos del control remoto, que nos lleva por
      un vagabundeo interminable que no permite concentrarse ni entender ningún
      programa?. Si el “zapping” con el control remoto es inevitable, por
      que se está buscando qué ver, al menos es conveniente enseñar que todos
      tienen derecho a opinión, y que la selección del programa no es
      monopolio del mayor, el más fuerte o el dueño de la televisión, para así
      enseñarles a respetar los derechos y los gustos de cada uno de los
      miembros de la familia. 5. No es conveniente que nuestros hijos tengan un
      aparato de televisión en su habitación. Esta costumbre incentiva el
      aislamiento de nuestros hijos, provoca una adicción a la televisión y es
      contrario a la vida de familia. Tengamos presente que una adicción
      desordenada a la televisión impide el juego de nuestros hijos, el
      crecimiento de su creatividad y afecta inevitablemente la convivencia
      familiar.  6. Es siempre conveniente tener un horario
      preestablecido para ver programas de televisión. Como todas las cosas, la
      televisión tiene “su lugar” en la vida familiar, junto a otras
      actividades. En este punto debemos tomar conciencia que nuestro día sólo
      tiene 24 horas, y si le restamos el tiempo en que dormimos y trabajamos o
      estudiamos ¿cuánto tiempo libre nos queda?. ¿Es necesario dedicar el
      escaso tiempo libre que tenemos sólo a la televisión?. ¡Donde queda el
      tiempo para el juego, la amistad, la cultura, la imaginación y la
      convivencia familiar!  | 
  
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       Cuándo
      no conviene  | 
    
       7. No usemos la televisión como una “niñera
      electrónica”, dado que ella no cuida verdaderamente a nuestros hijos,
      especialmente si los dejamos ver “lo que están dando”. Recordemos que
      la televisión, no puede dar cariño, ni es capaz de advertir a los niños
      de un eventual peligro. Cuando ambos padres trabajan, este criterio es
      especialmente importante. 8. No tengamos prendida la televisión cuando
      almorcemos o comamos en familia. Cuando se está juntos en familia,
      durante las comidas, toda nuestra atención debemos ponerla en compartir
      con nuestros hijos y cónyuge, cuidando ese verdadero tesoro que es estar
      juntos y con tiempo para conversar y conocernos mejor. No arruinemos o
      desperdiciemos los mejores momentos en familia “metiendo al medio” una
      intrusa como invitada principal, que obliga a ser vista y escuchada.  | 
  
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       Con
      los hijos para que aprendan a enjuiciar  | 
    
       9. La capacidad de imitación que tiene el niño
      debemos orientarla hacia el conocimiento de personajes reales y
      ejemplares, por ejemplo deportistas, hombres ilustres, héroes de nuestra
      historia, personas destacadas en la ayuda a los demás, poetas, etcétera,
      y no hacia “héroes imaginarios”, “monstruos”, o personajes
      inexistentes. De esta forma, pondremos a su alcance las vidas de personas
      que han pasado haciendo el bien, y que merecen ser imitadas. 10. Los padres debemos tratar de acompañar a
      nuestros hijos a ver televisión. De esta forma podremos conocer
      verdaderamente los contenidos de los programas para tener juicios más
      apropiados al momento de emitir nuestra opinión sobre la televisión.
      Mirando televisión con ellos nos podremos dar cuenta de sus gustos o
      preferencias, y los efectos que los distintos programas pueden producir en
      cada uno de ellos.  11. Echarle la culpa a la televisión es la salida
      fácil. No conviene que los padres renunciemos a la posibilidad de que en
      la casa se vea siempre buena televisión, teniendo presente que en la
      programación de la televisión, si buscamos, podremos encontrar casi
      siempre buenos programas, y que nos corresponde a nosotros el deber y la
      responsabilidad de ser los principales formadores de nuestros hijos.  | 
  
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       Ir
      por delante para seleccionar con criterio  | 
    
       12.
      La experiencia demuestra que no es conveniente que los niños y jóvenes
      puedan ver el programa que se les antoje, sobre todo los más pequeños.
      Tampoco conviene dar por sentado que todos los programas llamados
      infantiles o de dibujos animados tienen un contenido adecuado para su
      edad. 13.
      Los padres debemos informarnos del contenido de los programas de televisión.
      Cualquier espacio que incluya sexualidad, violencia, maldad, permisividad,
      delincuencia, racismo, etcétera, no es apto para niños. Y los padres
      deben saberlo, y evitar que sus hijos los vean. Para lograr esto, se
      pueden consultar las guías de calificación de la programación de la
      televisión que se publican a instancias del Ministerio de Educación, del
      Consejo Nacional de la Televisión, y en revistas especializadas de
      educación de los hijos, como por ejemplo Hacer Familia o Educar. 14.
      Una vez informados del contenido de los programas de televisión
      respetemos la señalización de los programas infantiles: - para todo niño;
      - para niños mayores de 7 años; y para niños mayores de 12 años,
      establecida por los canales de televisión, y difundida tanto por el
      Ministerio de Educación como por el Consejo Nacional de Televisión, para
      el cuidado de los niños. 15. Hay que tener presente que los hijos deben aprender valores antes que nada en el ámbito de la familia. Cuidemos de explicar a nuestros hijos que los principios e ideales de los héroes o heroínas de la televisión son la mayoría de las veces son difíciles de aplicar en la vida diaria, donde a diferencia de la televisión, cada acto tiene un costo y una consecuencia positiva o negativa para ellos mismos.  | 
  
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       Las
      alternativas son imprescindibles  | 
    
       16.
      Con imaginación y creatividad los padres de familia podemos esforzarnos
      en buscar alternativas a la televisión, fomentando el deporte, las
      visitas a museos y parques naturales, las sesiones de teatro, la proyección
      de videos, las conversaciones familiares, las prácticas de acciones
      solidarias a favor de los demás, etcétera.  17.
      La “cultura de la imagen” debe llegar a los niños por medios que no
      sea exclusivamente la televisión. Enseñémosles a nuestros hijos que
      fuera de la pantalla existen los paisajes, las puestas de sol, los
      jardines, los museos y exposiciones, los libros, etcétera, que son
      infinitamente más bonitos y reales que lo que puedan ver en la televisión.
      En este mundo hay tanto que ver y que mirar, pero, es necesario que como
      padres lideremos este esfuerzo, no perdiendo la capacidad de admiración,
      para que nuestros niños sigan nuestro ejemplo.  | 
  
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       Educar
      en los criterios válidos y comprobar  | 
    
       18.
      Inevitablemente, y no obstante nuestros esfuerzos, habrá contenidos
      televisivos contrarios a nuestros valores, que nos parezcan inconvenientes
      o negativos para nosotros o nuestros hijos. Por ello fomentemos en familia
      el análisis crítico del contenido de los programas de la televisión.
      Para eso, acostumbremos a nuestros hijos a saber ver y distinguir lo bueno
      y lo malo que pueda contener un determinado programa de televisión. 19.
      Los padres tenemos que fomentar que los programas sean analizados y
      materia de conversación en reuniones de familia, por ejemplo en las
      comidas. Esto no solo enriquece la comunicación familiar, sino que es una
      excelente manera de conocer y dar un apoyo concreto a la educación de los
      valores de nuestros hijos. 20.
      Las familias, de a poco, pueden crear una videoteca con películas y
      documentales de interés para los niños, que contengan temas variados y
      entretenidos. Esta práctica no solo fomentará el gusto por la cultura y
      la entretención en familia, sino que les servirá para ir creando un
      criterio selectivo al momento de ver televisión. 21.
      Algunos comerciales pueden ser tan peligrosos como los malos programas de
      televisión. Los padres debemos estar muy atentos para que la televisión
      no convierta a nuestros hijos en personas superficiales o consumidoras de
      todo lo que se anuncia. La gran oferta de bienes que existe en la televisión
      puede ayudarnos a educar a nuestros hijos en un “consumo inteligente”,
      basado en la satisfacción de las reales necesidades, mas que la de los
      gustos. Nunca hay que hacer caso de la publicidad de juegos que inciten a
      la violencia, a la discriminación, y al racismo.  | 
  
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       Pues
      afecta mucho en el desarrollo  | 
    
       22.
      Los padres de familia, tenemos el derecho y el deber de iniciar a nuestros
      hijos en una positiva y prudente educación sexual, que evite que una
      imagen distorsionada del amor humano y del sexo les sea trasmitida a través
      de cualquier medio, y en particular los programas o avisos de la televisión. 23.
      No podemos dejar que nuestros hijos vean televisión de mala calidad. Si
      estos programas de televisión son vistos por nuestros hijos, confundirán
      la realidad con la ficción, se desorientarán y equivocarán al
      comprender y valorar el sentido de la vida. Transigir con la mala calidad
      de aquellos programas de televisión inadecuados para los niños, dejando
      que los vean, equivale a hacerse cómplice de lo que sabemos distorsiona
      los valores que le servirán de fundamento para el resto de su vida, y
      atenta contra los derechos de la infancia.  | 
  
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       Medio
      formativo no premio o castigo  | 
    
       24.
      Hay que evitar a toda costa que el ver o no ver televisión se convierta
      para los niños en un premio o castigo. 25.
      Los padres de familia podemos organizarnos para exigir una televisión de
      calidad, especialmente en horarios infantiles. Las actitudes groseras, los
      hábitos y comportamientos antisociales, las obscenidades del lenguaje, la
      pérdida del sentido de la autoridad, la vulgaridad y la frivolidad, la
      apología subliminal o directa de conductas reprochables, la discriminación
      de la mujer o su utilización como objeto sexual y cualquier menosprecio a
      la vida humana, deben ser erradicados, especialmente de los espacios que
      tengan a los niños como destinatarios.  | 
  
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       Puede
      ser un buen medio pero trabajando  | 
    
       26.
      Ante una programación infantil con baja, discutible y reprobable calidad,
      los padres de familia tenemos la ineludible responsabilidad de poner en
      marcha una crítica constructiva, ejerciendo así nuestros derechos
      ciudadanos. Asimismo, y como contrapartida al esfuerzo realizado por
      muchos de quienes trabajan en el ámbito de la televisión, es conveniente
      incentivar una buena televisión, resaltando y difundiendo entre nuestros
      amigos los buenos programas de televisión. 27.
      El ejemplo es la herramienta más eficaz que tenemos los padres en
      nuestras manos. Si vemos mucha televisión, o postergamos nuestros deberes
      o actividades familiares o recreativas con nuestros hijos por ver televisión,
      o vemos televisión de mala calidad, ¿con qué criterio vamos a evitar
      que nuestros hijos vean aquellos programas negativos para ellos?   | 
  
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