Almudi.org
  • Inicio
  • Libros
  • Películas
    • Estrenos de CINE
    • Estrenos de DVD - Streaming
    • Series de TV
  • Recursos
    • Oración y predicación
    • La voz del Papa
    • Infantil
    • Documentos y libros
    • Opus Dei
    • Virtudes
    • Kid's Corner
  • Liturgia
    • Misal Romano
    • Liturgia Horarum
    • Otros Misales Romanos
    • Liturgia de las Horas
    • Calendario Liturgico
    • Homilías de Santa Marta
  • Noticias
  • Almudi
    • Quiénes somos
    • Enlaces
    • Voluntariado
    • Diálogos de Teología
    • Biblioteca Almudí
  • Contacto
    • Consultas
    • Colabora
    • Suscripciones
    • Contactar
  • Buscador
  • Noticias antiguas
  • La clonación humana conseguida por los investigadores coreanos. Justo Aznar.

Noticias antiguas

La clonación humana conseguida por los investigadores coreanos. Justo Aznar.

  • Imprimir
  • PDF
Con la perspectiva que dan los casi cuatro meses transcurridos desde que  un  equipo  dirigido  por  Woo  Suk  Hwang,  en  el  que  intervinieron investigadores  de  las  universidades  de  Seúl  (Corea)  y Pittsburg (EEUU), publicó en la edición electrónica de la prestigiosa    revista    Science    (Science    2005;    DOI: 10.1126...

Con la perspectiva que dan los casi cuatro meses transcurridos desde que  un  equipo  dirigido  por  Woo  Suk  Hwang,  en  el  que  intervinieron investigadores  de  las  universidades  de  Seúl  (Corea)  y Pittsburg (EEUU), publicó en la edición electrónica de la prestigiosa    revista    Science    (Science    2005;    DOI: 10.1126/science 1112286) el 19 de mayo de 2005, sus experiencias sobre la clonación de un embrión humano obtenido por transferencia  nuclear somática (clonación terapéutica),  a  partir  de  material  genético  extraído  de células de tejidos adultos de varios pacientes, merece la pena realizar una sosegada  reflexión  sobre  lo  que,  a  nuestro  juicio,  representan  para  el concierto científico internacional tales experiencias.

 

En primer lugar creo de justicia resaltar el respeto científico que el equipo dirigido por el doctor Hwang merece. No es inhabitual que a la vista de experiencias tan llamativas y con tan amplia repercusión mediática, la tendencia   natural   tienda   a   valorar   con   excesivas   cautelas   tales investigaciones, poniendo en tela de juicio la seriedad científica de las mismas, especialmente cuando estas proceden de un país asiático. Pues bien,  creo  que  este  temor  hay  que  descartarlo,  y  que  las  experiencias coreanas y norteamericanas merecen pleno respeto científico.

 

En efecto, no fueron estas experiencias la sinfonía casual de una súbita, y probablemente, irrepetible genialidad científica, ya que, el equipo coreano ya   consiguió   en   febrero   de    2004   (ver   Provida   Press   nº   155; www.provida.es/valencia) la clonación del primer embrión humano (antes se habían publicado un par de experiencias previas, pero carentes de las cautelas científicas que cualquier investigación seria requiere) obtenido por transferencia nuclear somática. Ya aquel avance experimental despertó un interés inusitado, con amplia repercusión en los medios  de comunicación, tanto científicos como de carácter general. En esa ocasión el doctor Hwang y sus colegas consiguieron  generar  un embrión humano,  al que se le permitió desarrollarse hasta la fase de blastocisto (embrión de 64 a 200 células), obteniéndolo tras introducir  el núcleo de unas células obtenidas del ovario de una mujer, células de carácter bastante similar al embrionario (el corpus ooforus), en un ovocito de esa misma mujer, al que previamente se le había extraído el núcleo. Posteriormente este ovocito, con el  nuevo núcleo injertado, fue activado y se consiguió iniciar el desarrollo de un embrión, al que como se ha comentado, se le permitió desarrollarse hasta blastocisto. De él, de su capa granula interna, se obtuvieron  las células madre  a  partir  de  las  cuales  se  consiguieron  cultivar  diversas  líneas celulares de las que teóricamente se podían derivar células de varios tejidos que, posteriormente, podrían ser transplantados a la propia mujer.

 

Pero, a pesar de su interés, estas  primeras experiencias, tenían aún grandes  limitaciones:  a)  la  primera,  su  escasa  eficiencia,  pues  para conseguir generar el primer embrión se requirió utilizar 242 óvulos. Esto presuponía  la  no  posibilidad  de  poder  aplicar  la  técnica  en  la  clínica humana, pues no es factible conseguir 242 óvulos, por el elevado número de mujeres que para ello se requieren, para conseguir un solo embrión del cual se pudieran extraer las células madre, de las que podrían derivarse las células   de   los   distintos   tejidos   que   podrían   ser   hipotéticamente trasplantados a la mujer que había donado el núcleo necesario para generar el embrión clonado; b)  la segunda  y más importante dificultad era la naturaleza de las células que donaron el material genético,  ya que estas eran células de por sí muy indiferenciadas, es decir, células en las que su genoma se encuentra en un estado de indiferenciación muy parecido al de las células embrionarias, pues  fueron obtenidas del corpus ooforus de la propia paciente. El utilizar material genético de células muy indiferenciales se hizo porque para que el embrión pueda desarrollarse se requiere que el núcleo de la célula que proporciona el material genético esté en un estado evolutivo similar al embrionario; c) la tercera dificultad era en esta primera experiencia  óvulos    y  material  genético  transplantados  procedían  de  la misma persona. Una mujer sana, por lo que  ella no requería directamente que se le realizara ningún transplante celular. Por tanto, en este caso, las células  conseguidas  no  se  podrían  trasplantar  a  ningún  otro  enfermo distinto de la mujer que donó el material genético. Es decir, ésta fue una experiencia realizada únicamente para demostrar la posibilidad de generar embriones humanos por transferencia nuclear somática, pero no orientada a producir células útiles para trasplantes celulares a pacientes con algún tipo de enfermedad degenerativa o traumática;  d) la cuarta limitación era que las  células  obtenidas  con  este  método,  solo  podrían  ser  utilizadas  por mujeres, por lo que en caso de querer aplicarlas clínicamente no servirían para varones.

 

Por tanto, en ese momento no se podía aún realizar la clonación de un embrión humano utilizando el genoma  de células de tejidos adultos, pues  estas  están  muy  diferenciadas,  es  decir  prácticamente  sólo  tienen capacidad  de  generar  células  de  su  propio tejido. Por ello, los autores coreanos  debían  intentar  reproducir  sus  experiencias,  pero  utilizando material genómico extraído de células  adultas, ya que éste es el único camino para que la técnica pudiera tener aplicación clínica.

 

Esto ya se había conseguido anteriormente en mamíferos, distintos de los primates, pues como bien se sabe,  el gran avance del equipo de Ian Wilmut, el que consiguió  generar la oveja Dolly, fue precisamente que consiguieron desdiferenciar el núcleo de células de la ubre de la oveja, es decir células adultas, hasta un estadio de indeferenciación similar al de las células  embrionarias  y  entonces  fue  cuando  se  hizo  posible  activar  el genoma trasplantado y que se iniciara el desarrollo de la oveja Dolly. Esto, que, como se ha referido, se había conseguido en mamíferos, como la oveja Dolly y posteriormente en otros, no se había conseguido en el hombre, y tampoco fueron capaces  de conseguirlo Kwang y sus colaboradores en sus experiencias de febrero de 2004. Por eso, en esa fecha, se veía muy lejana, incluso por los propios coreanos, la posibilidad de poder utilizar células somáticas adultas como donantes del material genético  a transferir al óvulo enucleado, para generar el embrión clónico, y  esto, es lo que en un año escaso ha logrado el mismo equipo coreano, al conseguir desdiferenciar células de tejidos adultos de donantes de ambos sexos, para poder transferir su  material  nuclear  a  ovocitos  obtenidos  de  mujeres  sanas,  lo  que  ha permitido  dar un paso de gigante de cara a la posible aplicación de estas técnicas al campo de la medicina regenerativa y reparadora.

 

En efecto, este espectacular adelanto es lo que ha permitido al grupo del doctor Hwang, que el material genético necesario para producir los nuevos embriones fuera obtenido de células adultas de 11 pacientes con distintos tipos de enfermedades metabólicas o degenerativas. Un avance científico de gran importancia.

 

Así pues pasemos a comentar  lo que a nuestro juicio han significado estas últimas experiencias.

 

Un primer aspecto es la gran mejora en la eficacia de la técnica. En efecto, en este trabajo se utilizaron 185 ovocitos procedentes de 18 mujeres distintas y para donar el material genético se utilizaron células de la piel de 11 pacientes (mujeres y hombres, que tenían entre 2 y 56 años). Entre estos 11 pacientes había 9 con trastornos traumáticos de la médula espinal, 1 con diabetes  juvenil  y  otro  con  una  grave  enfermedad  inmunológica,  una hipogamaglobulinemia.  A  partir  de  los  185  ovocitos  se  generaron  31 blastocistos de los que se consiguieron derivar 11 líneas de células madre embrionarias.  Es decir, que se requirieron 17 óvulos para cada línea celular conseguida, cuando en las experiencias del año anterior, como ya se ha comentado,  fueron  necesarios  242  óvulos. Además los autores también pudieron comprobar que cuando los ovocitos procedían de mujeres más jóvenes se conseguía una mayor tasa de éxitos. Así, con mujeres de menos de 30 años se precisó una media de 14 ovocitos para conseguir una línea celular.  Esto  hace  que  la  posibilidad  de  su  aplicación  clínica  sea  más factible, aunque todavía habrá que mejorar los rendimientos técnicos, para que su uso en el campo de la terapia celular pueda ser factible, aunque como más adelante se comentará siempre existirán para su aplicabilidad clínica las dificultades éticas que estas técnicas conllevan. En efecto, el equipo ha empezado a probar estas líneas celulares en  modelos animales con traumas en su médula espinal, pero advierten que harán falta años para que estas experiencias puedan ser aplicables en seres humanos.

 

Pero el avance fundamental conseguido por el grupo del Dr. Hwang ha sido poder utilizar para la transferencia nuclear material genético de células de tejidos adultos, y en este caso concreto, de 11 pacientes que sufrían  distintas  enfermedades.  Ello  les  permitió  crear  11  embriones clónicos de los 11 pacientes en cuestión, lo que significa que a partir de estos embriones se pueden obtener líneas celulares de los tejidos que estos 11 pacientes tienen lesionados. Esto,  desde un punto de vista científico, permitiría empezar a poder pensar en la aplicabilidad de una terapia celular con evidentes objetivos clínicos.

 

Pero además de la experiencia coreana, también en Europa y en las mismas fechas se ha conseguido la  clonación de otro embrión  humano (Reproductive   Medicine   Online,   RB   2005/1872,   may   05,   sent   for refereeing 18 may 05, on web 19 may 05) por  un equipo de la universidad de  Newcastle,  dirigido  por  Mjodrag  Stojkovic,  a  partir  de  36  ovocitos donados por 11 mujeres. Tras su enucleación los ovocitos se fusionaron con células madre embrionarias, comprobándose su división y desarrollo hasta la fase de blastocisto. Sin embargo, en estas experiencias, a diferencia de las del equipo  coreano, las células donantes del material genético eran embrionarias, es decir, parecidas a las que el propio equipo de Corea del Sur utilizó en sus experiencias de febrero de 2004. En este trabajo, los investigadores  ingleses  demuestran  que el tiempo transcurrido desde la obtención de los ovocitos hasta su enucleación parece ser importante para el   éxito   de   la   experiencia,   ya   que   solo   consiguieron   realizar   sus experiencias cuando los ovocitos fueron enucleados  1 hora después de su obtención.

 

Sin embargo, a pesar de estos avances, la aplicabilidad clínica de estas experiencias parece aún lejana. En este sentido, Peter Braude, Stephen L Minger y Rut Warwick, comentaban  en la prestigiosa revista British Medical Journal (21 de mayo de 2005), que las células madre embrionarias obtenidas no tienen las condiciones de seguridad necesarias para poder ser utilizadas  en  la  clínica  humana  sin  el  riesgo  de  trasmitir  algunas enfermedades,  especialmente  priónicas  (causa  de  la  enfermedad  de  las vacas locas). Además de  esto,  la gran indeferenciación de estas células hace que el riesgo de generar tumores en los pacientes transplantados sea de un 30% aproximadamente, un riesgo que excluye su posible uso clínico. Esto  ha  hecho  que,  en  recientes  declaraciones, el prestigioso científico español  Cesar  Nombela,  haya  manifestando  que,  a  su  juicio,  no  se  ha conseguido  una  clonación  que  permita  terapia  celular  alguna,  sino  que simplemente se han clonado embriones para investigar (DM, 24-V-2005).

 

Pero con independencia  de los avances científicos conseguidos, la valoración ética de estas experiencias sigue teniendo grandes dificultades morales, pues no hay que olvidar que en cada ocasión se crea un embrión humano que hay que destruir para  obtener las correspondientes células madre a partir de su masa granulosa interna. Todo ello significa que por el momento el único camino éticamente aceptable para conseguir células  que puedan ser usadas  en la terapéutica regenerativa  o reparadora es el que pasa por el uso de células madre de  tejidos adultos. Esto hace que en el momento actual este tipo de experiencias, las que requieren células madre embrionarias,  sólo  estén  legalmente  autorizadas  en  5  países  asiáticos (Corea, India, China, Japón y Singapur), 3 europeos (Reino Unido, Suecia y Bélgica), y en Israel. En nuestro país se piensa que estas prácticas puedan legalizarse a finales de este año 2005 o principios de 2006, ya que para los actuales legisladores, el camino de su legalización no parece que deba pasar por los senderos que las más elementales normas morales exigen.

 

Justo Aznar.

 

 P R O V I D A   P R E S S, Nº  198       9  DE  SEPTIEMBRE  DE 2005

Colabora con Almudi

Quiero ayudar
ARTÍCULOS
  • Eucaristía y sacerdocio
    Fernando Ocáriz
  • La Pedagogía del Amor y la Ternura: Una Práctica Humana del Docente de Educación Primaria
    César Enrique López Arrillaga
  • Mons. Álvaro del Portillo y el Concilio Vaticano
    Card. Julián Herranz
  • Una nueva primavera para la Iglesia
    Benedictus.XVI
  • El mensaje y legado social de san Josemaría a 50 años de su paso por América
    Mariano Fazio
  • El pecado: Negación consciente, libre y responsable al o(O)tro una interpretación desde la filosofía de Byung-Chul Han
    Juan Pablo Espinosa Arce
  • El culto a la Virgen, santa María
    Gaspar Calvo Moralejo
  • Ecumenismo y paz
    José Carlos Martín de la Hoz
  • Verdad y libertad I
    Eudaldo Forment
  • La razón, bajo sospecha. Panorámica de las corrientes ideológicas dominantes
    Benigno Blanco
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis IV
    Mª Dolores Odero
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis III
    Mª Dolores Odero
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis II
    Mª Dolores Odero
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis I
    Mª Dolores Odero
  • En torno a la ideología de género
    Benigno Blanco
MÁS ARTÍCULOS

Copyright © Almudí 2014
Asociación Almudí, Pza. Mariano Benlliure 5, entresuelo, 46002, Valencia. España

  • Aviso legal
  • Política de privacidad