Almudi.org
  • Inicio
  • Libros
  • Películas
    • Estrenos de CINE
    • Estrenos de DVD - Streaming
    • Series de TV
  • Recursos
    • Oración y predicación
    • La voz del Papa
    • Infantil
    • Documentos y libros
    • Opus Dei
    • Virtudes
    • Kid's Corner
  • Liturgia
    • Misal Romano
    • Liturgia Horarum
    • Otros Misales Romanos
    • Liturgia de las Horas
    • Calendario Liturgico
    • Homilías de Santa Marta
  • Noticias
  • Almudi
    • Quiénes somos
    • Enlaces
    • Voluntariado
    • Diálogos de Teología
    • Biblioteca Almudí
  • Contacto
    • Consultas
    • Colabora
    • Suscripciones
    • Contactar
  • Buscador
  • Noticias antiguas
  • Vaya, Santidad

Noticias antiguas

Vaya, Santidad

  • Imprimir
  • PDF
"La inminente visita del Papa al Reino Unido es seguramente la prueba más dura y comprometida…"

PaginasDigital.es

Llevo veinte años siguiendo viajes del Papa, primero del llorado Juan Pablo II y ahora de Benedicto XVI. Y sé hasta qué punto podemos abusar los periodistas de frases hechas, brillantes y lapidarias, para dar lustre a nuestras crónicas. Pero no creo exagerar si digo que la inminente visita del Papa Ratzinger al Reino Unido es seguramente la prueba más dura y comprometida a la que se ha Almudi.org - José Luis Restánsometido un Pontífice a la hora de abandonar voluntariamente Roma para realizar el oficio de confirmar en la fe a sus hermanos.

Empecemos por lo más próximo. Quizás nunca la grácil Inglaterra y la melancólica Escocia hayan preparado un recibimiento tan poco gentil a un invitado de semejante rango como el Obispo de Roma. Y conste que no hablo de sus autoridades, que han colaborado ejemplarmente en la organización, sino de agentes y grupos sociales relevantes, periódicos y televisiones, intelectuales y lobbys varios, que se han empeñado con saña patética en una especie de gran pitada previa a la llegada de Benedicto XVI.

Dan ganas de decir: "sí, ya sabemos que no le queréis y lo entendemos demasiado bien, pero por favor, no os comportéis como matones de taberna". La Inglaterra de Beckett y Churchill, de Chesterton y Shakespeare debe llorar por esta burda representación en la que caben libelos que propalan la supuesta homosexualidad del Papa, anuncios hostiles en los autobuses y hasta intentos de sentar en el banquillo al Sucesor de Pedro. ¿Hubiera disfrutado Enrique VIII?, yo creo que ni siquiera.

Pero hay temas de mayor calado. La sociedad británica experimenta una desazón paradigmática para Occidente. Apenas puede reconocerse en un espacio de convicciones comunes, está lacerada por el nihilismo y la ingeniería social, ha jugado al multiculturalismo con desastrosas consecuencias, y sus reservas de vitalidad espiritual se han visto dramáticamente menguadas en los últimos decenios.

La crisis de la Comunión Anglicana es devastadora, y la minoritaria Iglesia católica (aunque con una historia gloriosa de mártires y confesores) ha estado más pendiente de hacerse aceptar que de proponer con inteligencia y libertad su propuesta en los últimos tiempos. Aunque es verdad que algunos gestos y palabras del nuevo arzobispo de Westminster, Vincent Nichols, permiten albergar la esperanza de un nuevo estilo de presencia. Falta hace, porque en la gran isla la hostilidad y acritud hacia la fe cristiana, y más aún hacia la Iglesia Católica, alcanza cotas de verdadero histerismo.

Y en éstas llega Benedicto. Llega porque quiere, porque así lo ha decidido, bien consciente de lo que está en juego. Habría sido muy fácil evitarlo y otros países más gratos celebrarían con alborozo su visita. Además, él mismo estableció la norma de que el Papa no presida las ceremonias de beatificación y sin embargo...

Por supuesto, quiere ir por Newman (al que considera un padre espiritual, más aún, casi un hermano) pero no sólo. Quiere ir por el tesoro de la fe que amenaza extinguirse como una débil llama en tantos lugares de la tierra. Y allí especialmente. Quiere ir para mostrar que el cristianismo tiene futuro, que no teme estar en medio de los padecimientos y oscuridades de la época, que es el verdadero garante de la razón, de la tan invocada tolerancia, de la verdadera justicia. Otra vez el susurro de siempre, "Santidad, no vaya".

Y debe pensar: "pero si para esto me han elegido". Para entrar en el barro de esta hora de gran rechazo, en algunos casos hasta de odio... pero también de sed, de necesidad inmensa de una palabra de auténtica esperanza. ¿Qué sería del mundo si la Iglesia se retirase ante el gran rechazo? Recordemos al genial inglés T.S. Eliot, aunque resulte duro: "Si la sangre de los Mártires ha de correr sobre los peldaños, primero debemos construir los peldaños; si el Templo ha de ser demolido, primero debemos construir el Templo". Para eso va, para construir los peldaños, para levantar el Templo. Después la libertad de los hombres, y sobre todo la libertad de Dios, decidirán.

Va también por el pequeño resto que vive su fe con alegría, para alentarle a permanecer, para decirle que Pedro puede parece frágil, poca cosa en medio de la tormenta, pero es una roca firme que ni la BBC ni The Guardian, ni los vendedores de literatura basura pueden remover. Y va por los abandonados, los solitarios, los anegados en la marea de esta nada. Los que extienden los brazos como la multitud hambrienta que seguía a Jesús. Vaya Santidad, por favor. Le seguiremos.

Colabora con Almudi

Quiero ayudar
ARTÍCULOS
  • EL VALOR DE LA AMISTAD EN LA VIDA DEL HOMBRE La libertad de ser uno mismo con el otro
    Melisa Brioso, Blanca Llamas, Teresa Ozcáriz, Arantxa Pérez-Miranda Alejandra Serrano
  • La guerra de Rusia contra Ucrania: ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
    Javier Morales Hernández
  • El deseo en la cultura de la seducción
    Manuel Cruz Ortiz de Landázuri
  • Tolkien, maestro de la esperanza
    Benigno Blanco Rodríguez
  • La educación democrática en el contexto de la deliberación y el agonismo político
    Sergio Luis Caro Arroyo
  • La Virgen María y el culto mariano en el arte y la literatura de la España de la edad de plata
    Javier García-Luengo Manchado
  • La Asunción de María
    José Ignacio Munilla
  • La familia de Dios padre: la fraternidad de los hijos de Dios
    Jean-Louis Brugues
  • La educación emocional, el auto-concepto, la autoestima y su importancia en la infancia
    Ana Roa García
  • El problema de la prohibición en la ética
    Roberto Gutiérrez Laboy
  • Legalidad y legitimidad
    Luis Legaz Lacambra
  • Eficacia de la Sagrada Escritura en la configuración de la vida cristiana
    Bernardo Estrada
  • Aprender a amar: amor y libertad
    Teresa Cid
  • Cristo hombre perfecto. Naturaleza y gracia en la Persona Divina de Cristo
    Ignacio Andereggen
  • Revolución de la ternura: un nuevo paradigma eclesial en el pontificado de Francisco
    Amparo Alvarado Palacios
MÁS ARTÍCULOS

Copyright © Almudí 2014
Asociación Almudí, Pza. Mariano Benlliure 5, entresuelo, 46002, Valencia. España

  • Aviso legal
  • Política de privacidad