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Hysteria

Hysteria

Hysteria
Contenidos: Imágenes (varias X), Diálogos (varios D), Ideas (erotismo, frivolidad, hedonismo F)

Dirección: Tanya Wexler. País: Reino Unido. Año: 2011. Duración: 103 min. Género: Comedia romántica. Interpretación: Maggie Gyllenhaal (Charlotte Dalrymple), Hugh Dancy (Mortimer Granville), Rupert Everett (Edmund St. John-Smythe), Jonathan Pryce (Dr. Robert Dalrymple), Felicity Jones (Emily), Gemma Jones (Lady St. John-Smyhte), Sheridan Smith (Molly), Ashley Jensen (Fannie). Guion: Jonah Lisa Dyer y Stephen Dyer; basado en un argumento de Jonah Lisa Dyer, Stephen Dyer y Howard Gensler. Producción: Tracey Becker, Judy Cairo y Sarah Curtis. Música: Cast Waltzing. Fotografía: Sean Bobbitt. Montaje: Jon Gregory. Diseño de producción: Sophie Becher. Vestuario: Nic Ede. Distribuidora: Vértigo Films. Estreno en Reino Unido: 21 Septiembre 2012. Estreno en España: 15 Junio 2012.

Reseña:

El padre del vibrador

   La película “Hysteria” nos lleva a la Inglaterra del siglo XIX para contarnos la historia de cómo el doctor Joseph Mortimer Granville inventó el primer vibrador eléctrico para tratar lo que entonces se llamaba “histeria femenina”. Los síntomas eran insomnio, retención de líquidos, espasmos musculares, irritabilidad o pérdida de apetito.

   El film presenta a Granville como un joven y prometedor doctor, desesperado porque en los hospitales de la época no se presta la debida atención a las nuevas teorías, sobre todo la relativa a proteger a los pacientes de los gérmenes. Acaba consiguiendo trabajo junto con Robert Dalrymple, el más prestigioso especialista en medicina femenina de Londres, que aplica a sus pacientes diagnosticados con histeria un masaje pélvico que consiste en masajear sus genitales. Granville se compromete con Emily, la menor de las hijas de su nuevo jefe, pero se siente deslumbrado por su brillante y díscola hermana mayor, Charlotte, luchadora por los derechos de las mujeres, que ayuda a desfavorecidas y prostitutas.

   La cineasta americana Tanya Wexler, hasta ahora autora de las poco conocidas Finding North y Ball in the House, consigue una convincente ambientación victoriana. También demuestra que tiene talento para dirigir a un reparto de altura. También resalta en cierta medida a pesar de la brevedad de su intervención Rupert Everett, como pragmático amigo del personaje de Dancy.

   Recuerda en cierta medida a El balneario de Battle Creek, también protagonizada por un médico real, Harvey Kellogg (le encarnaba Anthony Hopkins), e igual de hedonista y frívola en su tratamiento del sexo. Aquí, la visión antropológica de Wexler resulta bastante limitada en su elogio del vibrador, que se presenta como una conquista social, al tiempo que se desvirtúa la práctica de la medicina. Todo esto, unido a un desarrollo excesivamente convencional y previsible, da al traste con las pretensiones del film (Decine21 / Almudí JD). LEER MÁS