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Stars Wars. El ataque de los clones,

Stars Wars. El ataque de los clones,

  • Valoración moral: Adecuada
  • Año: 2003
  • Dirección: George Lucas
Aventuras. Violencia. Jóvenes. Muchos criticaron La amenaza fantasma, el arriesgado retorno de George Lucas a la dirección de cine y a la saga fílmica más popular de la historia. Le reprocharon sobre todo dos cosas: el tono infantiloide que destilaba Jar Jar Binks y la torpe desmitificación de la Fuerza al asignarle un irrisorio origen biológico. Pues bien, en El ataque de los clones Lucas ha corregido esos dos defectos y ha sacado partido a la espiral hacia el mal que definió en el primer episodio: “El miedo es el camino hacia el Lado Oscuro. El miedo conduce a la ira, la ira al odio, y del odio surge el sufrimiento”. Por ese tenebroso sendero discurre el guión de esta nueva entrega. Ha transcurrido una década. Anakin Skywalker tiene 19 años y es un caballero jedi rebelde y presumido. Él y su paciente maestro Obi-wan Kenobi son asignados como guardaespaldas de la ahora senadora Padmé Amidala, que abdicó como reina de Naboo para consagrarse a la consolidación de la República. Durante sus viajes por toda la galaxia, Amidala y Anakin viven un intenso idilio, que se verá trágicamente marcado por las conspiraciones del siniestro Conde Dooku y el cazarrecompensas Jango Fett y su hijo Boba, que fabrican un poderoso ejército de clones. Esta vez, Lucas ha sabido controlar el ritmo narrativo y dosificar el espectáculo épico, el drama romántico, los contrapuntos terroríficos y la tragedia con profundas connotaciones morales. En este sentido, aquí se aprecia más claramente el recurso de Lucas a las grandes tradiciones religiosas y míticas. En este episodio, la Fuerza –y su lado oscuro– recuperan su valor religioso, y apunta de modo superficial, la idea de una vocación superior que el hombre ha de realizar contando con su libertad y su fragilidad. Esta perspectiva agranda a los personajes, especialmente a Anakin, interpretado con gran riqueza de matices por el joven actor canadiense Hayden Christensen. De este modo, la historia de amor adquiere un hondo sentido dramático, al igual que las abundantísimas secuencias de acción, las más espectaculares de la saga. En este punto, hay que considerar El ataque de los clones como un hito de las nuevas tecnologías, tanto por los excelentes efectos visuales y de sonido como –sobre todo– porque ha sido íntegramente rodada con cámaras digitales, sin celuloide. Sin inconvenientes.