Don Josemaría tiene un gran cariño a la Santísima Virgen. Sobre la mesa del despacho ha colocado una imagen de nuestra Madre del Cielo. La llama la Virgen de los Besos porque siempre que sale y entra en casa le da un beso lleno de cariño. Y con el beso, le pide lo que necesita.
Cuando camina por las calles de Madrid, la busca y habla con Ella. En lo alto de una casa hay una Purísima pintada sobre azulejos y la saluda al pasar. En un monumento ha descubierto una Virgen del Pilar, a la que le reza.
También le gusta visitarla en sus santuarios o ermitas. La primera vez que acude como romero, va a un santuario cerca de ávila. Desde esa romería de don Josemaría muchos millones de personas tienen costumbre de visitar los santuarios marianos.
Don Josemaría visitó a Nuestra Madre del Cielo en muchos santuarios construidos por todo el mundo: Guadalupe, en México; Luján, en Argentina; Fátima, en Portugal; Lourdes, en Francia; Loreto, en Italia; El Pilar, en España... Acude a ellos para mostrarle su cariño y para pedirle, entre otras cosas, por la Iglesia, por el Papa, por la Obra y por la paz.
él mismo, quiso que se edificase un nuevo santuario en honor de la Virgen, en Torreciudad.
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