Almudi.org
  • Inicio
  • Libros
  • Películas
    • Estrenos de CINE
    • Estrenos de DVD - Streaming
    • Series de TV
  • Recursos
    • Oración y predicación
    • La voz del Papa
    • Infantil
    • Documentos y libros
    • Opus Dei
    • Virtudes
    • Kid's Corner
  • Liturgia
    • Misal Romano
    • Liturgia Horarum
    • Otros Misales Romanos
    • Liturgia de las Horas
    • Calendario Liturgico
    • Homilías de Santa Marta
  • Noticias
  • Almudi
    • Quiénes somos
    • Enlaces
    • Voluntariado
    • Diálogos de Teología
    • Biblioteca Almudí
  • Contacto
    • Consultas
    • Colabora
    • Suscripciones
    • Contactar
  • Buscador
  • Articulos antiguos
  • Juan Pablo II, el Papa de la Familia y de la Vida (Estanislao Dziwisz)

Articulos antiguos

Juan Pablo II, el Papa de la Familia y de la Vida (Estanislao Dziwisz)

  • Imprimir
  • PDF

Juan Pablo II, el Papa de la Familia y de la Vida

Stanislaw Dziwisz

El Cardenal Dziwisz es Arzobispo Metropolitano de Cracovia y fue seceretario personal de Juan Pablo II.

Sumario

1. Introducción.- 2. La reflexión que acompaña a la acción.- 3. La fuente de la oración.- 4. Comenzar sin medios.- 5. Santidad del Matrimonio.- 6. Hay que apoyar el matrimonio y la familia.- 7. Santidad de la vida humana.- 8. Defensa de cada vida.- 9. Honor a la vida.- 10. La buena nueva sobre la familia.- 11. Conclusión.

 

1. Introducción

Con mucha alegría he aceptado la invitación a participar en el Congreso. Igualmente acepté la propuesta de pronunciar esta conferencia cuyo objetivo será presentar la figura del Siervo de Dios Juan Pablo II como Papa de la Familia y, en general, como Papa de la Vida.

Mientras preparaba el texto de esta conferencia me di cuenta de la amplitud, con la que es tratado el tema en la vida y los escritos de Juan Pablo II, por lo que os ruego que tratéis mi intervención, solamente como un esquema sintético de sus enseñanzas. Hablar de Juan Pablo II como Papa de la Familia y de la Vida, capítulo al que dedicó toda su capacidad intelectual y todo su corazón, significa tratar de un tema amplísimo en su trabajo pastoral. Así era el Papa que llegó a Roma "desde un país lejano": dedicado por entero a la familia y a defender la vida. El que haya tenido la oportunidad de convivir de cerca con él lo ha podido comprobar.

Acompañé al Cardenal Karol Wojtyla y después a Juan Pablo II, durante casi cuarenta años. Por tanto entiendo muy bien lo que, como Pastor de la Iglesia universal, escribió a los sacerdotes en la carta del Jueves Santo del año 1994: la pastoral familiar es la quinta esencia de toda labor con las almas y a todos los niveles.

Teniendo en cuenta la historia de su vida sacerdotal se puede definir a Juan Pablo II como uno de los más grandes Pastores de la Familia en la historia de la Iglesia Católica del siglo veinte y comienzos del veintiuno. Todo su pensamiento teológico-filosófico, al igual que su servicio pastoral a la familia y la vida no ha tenido su comienzo con su elección al Primado de Pedro, sino que ha ido madurando a lo largo de su vida y de su servicio pastoral como sacerdote, obispo y, por fin, como Papa. Por tanto intentaré presentar los puntos esenciales del modo cómo, siendo Papa, ha concebido la familia, teniendo en cuenta su experiencia anterior. A la vez intentaré ilustrar sus enseñanzas con ejemplos tomados de su actividad bien como Karol Wojtyla, bien como Papa Juan Pablo II

2. La reflexión que acompaña a la acción

La primera característica de su labor pastoral con la familia es la profunda reflexión que siempre acompañada a lo que realizaba, proponía o aconsejaba a las personas que, como sacerdote, trataba. Gracia a lo cual en su actividad nunca dominó el caos. Por otra parte, y esto es también importante señalarlo, se encontró siempre lejos de la tentación de convertirse en el llamado "activista".

Todas las personas con las que se encontraba o conocía -jóvenes, novios, padres e hijos. ancianos, y sobre todo enfermos- nunca eran tratados como objetos de "atención pastoral". Siempre eran personas que se quedaban grababas en su corazón y en su memoria. Era frecuente que el trato con esas personas durara hasta el final de su vida. Sencillamente hablando, la gente encontrada se convertía en su gran familia, su comunidad de vida y servicio.

El entonces Cardenal Karol Wojtyla preparó las líneas fundamentales de la pastoral familiar (1975). Hemos de tener cuenta la situación polaca en esos años el régimen comunista propagaba el llamado "modelo socialista de familia". Quisiera recordarlas ahora por que pueden sernos útiles también en estos momentos. En primer lugar hay que resaltar que el trabajo pastoral con las familias ha de contar con una participación activa de los fieles laicos. En segundo lugar este trabajo no puede dirigirse exclusivamente al un grupo determinado de personas, digamos familias elegidas. Tercero: la actividad ha de desarrollarse por medio de adecuados instrumentos, incluido el desarrollo de programas de estudios teórico-prácticos en la materia. Y, por último, todo lo anteriormente señalado ha de manifestar claramente su relación con la fe y la moral cristianas.

3. La fuente de la oración

Según todo lo dicho, la principal actividad en la pastoral familiar es la oración. Como se puede leer en la Carta a la Familias, publicada en el Año de la Familia (1994), la oración será la constante dominante de la Iglesia en su preocupación por la familia. Se trata de rezar por la familia, de rezar en familia y, también, de la oración del sacerdote con la familia.

Muchos testigos de los tiempos en los que fue coadjutor en parroquias de Niegowici y Cracovia, cuentan cómo realizaba su trabajo con los monaguillos y con sus familias. Algo característico suyo era que no hacía diferencias de trato entre las familias, intelectuales o trabajadores manuales, mejor o peor situados económicamente en la vida, etc. Ante Dios todos somos iguales. Todos somos hijos de un mismo Padre. Todos somos hermanos.

Sus fuentes de inspiración en esas reuniones con familias y con monaguillos eran la Sagrada Escritura y el Magisterio de la Iglesia sobre la familia. Sabemos cómo le gustaba citar y meditar textos del Génesis y del Himno sobre el Amor de San Pablo (1 Cor 13, 1-13). Fruto de esas meditaciones y de muchas conversaciones con la gente, surgió su libro Amor y responsabilidad. Muchos años después nos encontramos con el ciclo de catequesis de los miércoles bajo el título "Hombre y mujer los creo".

Entre los textos del Magisterio de la Iglesia mas citados, tenemos la Constitución Apostólica "Gaudium el Spes" del Concilio Vaticano II y la Encíclica "Humanae vitae" del Papa Pablo VI. Como continuador de este Papa publicó sobre el tema la encíclica "Evangelium vitae", y la Exhortación Sinodal Familiaris consortio, la cual definió como "la Carta Magna del apostolado y de la pastoral familiar".

Karol Wojtyla aprovechó también sus cualidades literarias para hacer llegar al mayor número de gente la visión cristiana de la familia. Gracias a lo cual tenemos la posibilidad de leer obras como Ante la tienda del joyero. "Meditación sobre el sacramento del Matrimonio" o bien, La luz de la paternidad. Curiosidad que vale la pena tener en cuenta es que las dos obras vieron la luz, por primera vez, bajo pseudónimo.

4. Comenzar sin medios

Juan Pablo II, y antes Karol Wojtyla, siempre pensó que la pastoral familiar es un campo enorme y, por tanto, siempre es posible realizarla aún no contando con medios para ello. Solamente es necesario tener cierta sensibilidad y clara convicción respecto al importante papel que la familia ocupa en la Iglesia: es el camino de la Iglesia. De lo que se deduce que una de las esenciales tareas de la Iglesia se concreta en el servicio a la familia. Las iniciativas concretas proceden de la inspiración Divina, que descubrimos en nuestro interior -ya nos hemos referido a ello- cuando perseveramos en la oración, en la doctrina de los apóstoles y en la comunión.

La primera actividad siempre tendrá como objeto aquellas familias que nos son más cercanas. Por lo tanto hemos de comenzar siendo agradecidos con nuestros propios padres y hermanos por el hogar que nos han preparado y por la fe que nos han transmitido. "El trato que tienes con tus padres (....), te acompaña y se convierte en el que tus hijos tendrán contigo". Juan Pablo II habló de ellos en muchas ocasiones. Aún más, nos ha dejado un buen ejemplo de lo importante que es tener conciencia de las propias raíces.

En segundo lugar: si estamos en condiciones de realizar algo por cuenta propia no esperemos a las decisiones que vengan de arriba. Sirvamos discretamente y con gran respeto a la dignidad de las personas que ayudemos. Me refiero en estos momentos a las familias que pasan por situaciones difícil es: indigencia, pobreza, paro, falta de unidad o bien problemas relacionados con alguna adicción (alcohol, narcóticos, etc.). De esta manera se recuerda a Karol Wojtyla, como sacerdote y como obispo, en la archidiócesis de Cracovia. Por ejemplo en su primera parroquia en encontró con la muerte de una madre de familia que dejaba a tres niños pequeños. Sin necesidad de hacer ruido sobre el tema, se ocupó de su atención. Puedo personalmente confirmar la alegría que Le daba saber ya siendo Papa, que en el Vaticano funcionaba un centro de ayuda a personas abandonadas o sin domicilio.

5. Santidad del Matrimonio

Karol Wojtyla estaba convencido de que el modelo de familia depende de la educación que reciban los jóvenes. Por este motivo dedicó mucho tiempo a la pastoral con la juventud. Les explicaba que el matrimonio no es cuestión de casuahdado sino real y, para muchos cristianos, fundamental vocación a la santidad. Les animaba a alejarse del dualismo entre el cuerpo y el alma, que si es puesto en práctica, conduce a fatales resultados. Les encarecía con entusiasmo para encender en sus jóvenes corazones y cabezas, la idea de ir por el camino que conduce a construir la civilización del amor, en el cual la cultura del amor vence a la civilización del egoísmo y utilitarismo, también el egoísmo de la pareja

Antes de proponer, en 1959, a la Conferencia Episcopal la idea de organizar cursos preparatorios para el matrimonio, él mismo organizó para tos estudiantes con los que tenía contacto, decenas de cursos preparatorios informales. Con frecuencia aprovechaba las vacaciones y las excursiones por las montañas o en canoa. Como resultado de todo ello, con frecuencia se encontraba con nuevos y simpáticos "problemas": le invitaban continuamente a casarles. En círculo de los amigos del "tío Carlos", corría la opinión de que las parejas que habían sido preparadas y casadas por él, perseveraban en su fidelidad matrimonial a pesar de las dificultades de la vida.

Es un hecho que Juan Pablo II quiso estar cerca de las familias conocidas durante los acontecimientos más importantes de su vida. Al comienzo de la vida matrimonial los visitaba en su nueva casa. Después les organizaba reuniones formativas. Ocasión para ello podía ser, por ejemplo, la espera de un nuevo hijo en unos cuantos matrimonios. Si se lo permitían sus actividades asistía al Bautismo y a la Primera Comunión de los pequeños. Mas tarde sucedía que esos mismos hijos le invitaban a sus bodas. Siempre se daba prisa en manifestar sus condolencias o acompañar a los que suman por la perdida de alguien de la familia.

He visto lo mucho que le interesaba mostrar a través de la labor pastoral el amor que la Iglesia manifiesta a cada familia y, juntamente con ello, ayudarlas a profundizar en la confianza que la familia misma debería tener con la Iglesia. Sin embargo nunca he tenido la sensación de que Juan Pablo II, y antes Karol Wojtyla, haya querido atraer hacia su persona a ninguna de esas familias. Era un hombre libre y transparente. Se alegraba con la felicidad de los demás. Su actitud para con todos era siempre abierta y franca. Era, sencillamente, vivo ejemplo de lo que enseñaba y de aquello que aconsejaba a otros.

En este momento viene bien recordar que Juan Pablo II, siendo obispo de Cracovia, en sus visitas a las parroquias, tenía habitualmente la costumbre de bendecir a los matrimonios. En la ceremonia prevista para ello participaban también los hijos y, en la medida de lo posible, toda la familia. Por otra parte el Cardenal Wojtyla con mucha alegría participaba en la renovación de las promesas matrimoniales que se organizaban en las distintas parroquias. Sabemos que esta práctica la conservó, siempre que tubo ocasión, durante sus viajes montañas o en canoa. Como resultado de todo ello, con frecuencia se encontraba con nuevos y simpáticos "problemas": le invitaban continuamente a casarles. En circulo de los amigos del ''tío Carlos", corría la opinión de que las parejas que habían sido preparadas y casadas por él, perseveraban en su fidelidad matrimonial a pesar de las dificultades de la vida.

Con ocasión de los distintos aniversarios de boda, animó siempre a celebrar y a participar en la Eucaristía. En una ocasión quiso celebrar personalmente la Santa Misa con motivo de las bodas de oro de un matrimonio conocido. Pero el interesado no aceptó, ante la perplejidad de todos, afirmando que no se merecía semejante tratamiento pues, según afirmaba "no soy ningún príncipe para que el Señor Cardenal me celebre la Santa Misa". Cuando el Cardenal Wojtyla se enteró de lo sucedido, indicó que se le contestara diciendo que también ha casado a trabajadores y que, por otra parte, la solemnidad de unas bodas de oro no es fiesta solamente para el matrimonio, sino para toda la familia. El argumento dió resultado y aceptaron.

6. Hay que apoyar el matrimonio y la familia

Juan Pablo Ir siempre apoyó todas las iniciativas de Movimientos y medios de formación dirigidos a la familia. Con frecuencia hacía visitas a los lugares y en las ocasiones en las estas iniciativas se llevaban a término, sobre todo durante la vacaciones. Participaba en las peregrinaciones organizadas para las familias. Eran famosas sus homilías dirigida a las madres o padres que acudían en peregrinación a Santuarios, por ejemplo en los Santuarios polacos de Jasna Góra, Kalwaria Zabrzydowska y Piekary Sl~kie. En este último cada año le escuchaban una gran multitud de hombre y muchachos jóvenes. Karol Wojtyla siempre animó a que en cada parroquia se organizaran consultorios para las familias y, concretamente, consultorios especiales para ayuda en el terreno psicológico y pedagógico.

En el caso del Cardenal Wojtyla nunca este asunto se terminaba en lo hablado o aconsejado como posibles iniciativas. Juntamente con todo ello se preocupó de preparar trabajos y compendios sobre la teología de la familia. Todo ello constituiría la base científica de las prácticas pastorales. Gracias al obispo Wojtyla dió comienzo el "Instituto para la Familia" (1960), que con el tiempo se transforma en autónomo, como "Studium" dentro de la Universidad Pontificia de Teología en Cracovia, abierto a alumnos de todo tipo: laicos, sacerdotes y religiosos. De forma similar Juan Pablo II apoyo el desarrollo de la Academia Pontificia "Pro vita".

Desde el principio de su pontificado, comenzó a poner en marcha el Pontificio Consejo para la familia. Tenía mucho interés en ello. Vale la pena recordar en este momento que el modo propio "Familia a Deo instituta", por el que se erigía este Consejo Pontificio, debería haber sido hecho público durante la audiencia del 13 de mayo de 1981, es decir el día del atentado a su persona en la plaza de San Pedro. ¿No es esto una señal clara de que el Consejo para la Familia era algo de Dios? El verdadero bien nace con dolor, es fruto de grandes sacrificios.

7. Santidad de la vida humana

Mirando a Juan Pablo II he podido descubrir que tenía una gran facilidad para unir a mucha gente de buena voluntad en tomo al Evangelio de la vida. Así fue también durante su estancia en Cracovia. Tuvo siempre mucho interés en que trabajaran, junto a los teólogos, médicos y personal médico, maestros y educadores, autoridades locales y diferentes organismos. Por este mismo motivo siempre aceptaba las buenas ideas que se le proponían. Por ejemplo: el Año de la familia, el Año del Niño, la Carta de los Derechos de la Familia. Igualmente muchos Símposium, reuniones y distintas iniciativas en el campo del derecho normativo.

Concretamente, su trabajo pastoral fue muy estimado en el mundo de la medicina. Sistemáticamente organizaba encuentros formativos para médicos. Les transmitía sobre todo la convicción de que su profesión es una verdadera misión. Gracias a lo cual muchos especialistas en medicina adquirían una motivación más para darse cuenta de su papel especial en la Iglesia, consistente en mantenerse alerta para defender la vida. Igualmente consiguió extender la conciencia y la convicción de que el verdadero médico no puede dejar de estar unido a la Iglesia defendiendo la santidad de la vida desde su concepción hasta su natural fin.

Para Juan Pablo II la familia es -según su forma de decir- "el Santuario de la vida". La persona, en esta primera célula de la sociedad existe por si misma, es querida, es "alguien". El hijo, fruto de la cooperación de los padres con el Creador, siempre es recibido en esta comunidad de personas, communio personarum. La Paternidad, por tanto, tiene su modelo original en la Communio Personarum Divina en la Santísima Trinidad. Esta visión de las relaciones entre el hombre y la mujer, permitió al Papa reflexionar siempre desde el punto de vista Divino y contemplar así la vida en común de la pareja, sus relaciones sexuales, la maternidad y paternidad, nacimiento y educación de la prole.

¿Que más podría añadir? La gente descubría enseguida el gran corazón de Juan Pablo II. Todos querían acercarse a él. Incluso los grandes dignatarios de las distintas naciones eran muy bien recibidos junto con sus familias. Los niños, casi instintivamente, eran los primeros en descubrir su corazón paternal, abierto y magnánimo.

8. Defensa de cada vida

Puedo afirmar con todo el convencimiento que precisamente los niños, los ancianos y enfermos han sido como la "niña de sus ojos" para el Siervo de Dios Juan Pablo II. No recuerdo ninguna visita suya como Obispo de Cracovia, ni ningún viaje como Papa, en los que no haya tenido algún encuentro con los niños o con los enfermos, programados o fuera de programa; con frecuencia en casas. escuelas, hospitales, centros asistenciales, hospicios, o sencillamente en las Iglesias o plazas. Juan Pablo II se dirigía hacia los niños y ancianos no porque quedara bien cara a la opinión pública, sino por que de este modo manifestaba su cariño humano y su caridad sacerdotal.

Una de las asistentes sociales que acompañó en cierta ocasión al Cardenal Wojtyla a visitar a unas personas enfermas, comentó: "Ese día, dió la casualidad que al final del programa de visitas nos encontramos con una madre de dos hijas, de 42 años y operada de cáncer de cerebro. La enferma ese día se encontraba peor y no tenía fuerzas para sentarse. El Señor Cardenal se inclinó sobre la cama y con gran afabilidad escuchaba cómo la mujer le contaba sus sufrimientos. Estaba muy conmovido por la situación y los sufrimientos de esa mujer. Me di cuenta -comentaba- que por su frente corrían gotas de sudor y la venas del cuello se veían pulsar. Con su mano secaba las lágrimas que corren por la cara de la enferma y besaba su frente". Después de la conversación con la madre, se detuvo con una de las hijas que también estaba enferma, paralítica como consecuencia de la enfermedad de Heine-Medina.

Entre los problemas que al Santo Padre le dolían de forma especial era la cuestión de la anticoncepción y del triste pecado que clama al cielo, asesinato de niños o es decir del aborto. El Papa hablaba de esto con valentía. Además. tomó decisiones concretas sobre este asunto. Como ejemplo puedo citar que organizó en las Diócesis las llamadas "Residencias de madres solas" o en las que cada mujer que espera un hijo y se encuentra en difícil situación (sin tener en cuenta su manera de pensar o su religión) puede encontrar ayuda adecuada.

9. Honor a la vida

Juan Pablo II manifestó la misma preocupación por la familia en cada una de las naciones que tubo ocasión de visitar. Según su pensamiento cada nación vive en la familia y agradece a ella su permanencia biológica y espiritual. Por el modo cómo se trata a los por nacer, ya nacidos y a los ancianos, según el Papa. podemos definir el nivel de verdadera cultura de una determinada nación; no así por su nivel de riqueza ni de desarrollo, avance tecnológico o artístico. Realmente se ve el nivel espiritual de una sociedad, precisamente por el respeto y honor que se tiene hacia la vida de todos los hombres, incluidos los que ya se encuentran junto al corazón de la madre o se están preparando para cruzar la frontera de la esperanza.

La comunidad de amor que se alcanza en la familia -en opinión de Juan Pablo II- no termina el día de la muerte, permanece en el misterio de la Comunión de los Santos que -tenemos derecho hablar así- tiene el carácter de familia. Por esta razón todas las familias, sobre todo las que agrupan varias generaciones, son la mejor escuela de virtudes humanas. En tales familias la gente tiene ocasión de compartir sus alegrías y sus problemas. En tales familias comprendemos cuánto debemos agradecer a nuestros antepasados y qué importante es lo que nosotros mismos dejamos a los demás.

10. La buena nueva sobre la familia

Cada año de la vida de Juan Pablo II es testimonio de su esfuerzo por anw1ciar, con un profundo carácter sacerdotal, la buena nueva sobre la familia. y con admiración releo los textos pronunciados sobre el tema en todos los continentes. Son centenares. Permitidme que os cite aunque sea solamente el título de alguno de ellos: Italia (1980), "Custodiar la familia, en la cual el amor fructifica como vida"; Nigeria (1982) "Por la familia el hombre se incorpora a la sociedad"; Italia (1983) "El paro, la droga y la soledad, tres plagas que ponen en peligro la familia"; Países Bajos (1985) "Pongo ante vosotros la vida y la muerte"~ India (987) "El hogar lugar del amor de Dios"; Austria (1988) "No esta permitido separar la vida calificando1a según su valor, en valiosa o sin valor"' ~ Angola (1992) "La familia según el plano Divino"; Estados Unidos (1995) "Vida consagrada y familia, dos vocaciones que se complementan";

Brasil (1997) "Santidad de la relación entre el hombre y la mujer"; Polonia (1999) "Como un buen hijo beso el umbral de la casa de mis padres"~ Croacia (2003) "El valor de la familia en la Iglesia y en la sociedad"; y, por fin, Vaticano (2005), dónde el Papa escribió su último mensaje para la Cuaresma bajo el título: "la longevidad como un especial don de Dios".

¿Qué más podría añadir? contemplar lo anteriormente citado, los títulos de la catequesis y los lugares de su celebración, nos dan a entender que Juan Pablo II ha sido un gran apóstol de la Vida en la Familia. Sirvió a estos valores con toda su inteligencia y con todas sus fuerzas. Aún más, podríamos decir que en este tema consiguió involucrar a todo el cielo. Puso a todas y cada una de las familias del mundo, bajo la protección Divina por la intercesión del Inmaculado Corazón de María. Rogó por ellas al Protector de la Familia de Nazaret, San José. El mismo elevó a los altares a muchos cristianos que o bien ayudaron a la familia o bien directamente la fundaron por medio del sacramento del matrimonio. Como ejemplo podemos recordar a José Maímet y Vives, Fundador de los Hijos e Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret, constructor de la Sagrada Familia de Barcelona; el matrimonio Maria Corsini y Luigi Beltrame Quottrocchi, padres de cuatro hijos, miembros del '"Fronte de la familia" en Italia~ Wladyslaw Batthyany-Strttman (Hungría), médico, padre de trece hijos: Maximiliano María Kolbe, religioso, que dió su vida en el campo de concentración de Auschwitz en el lugar de un padre de familia o también Juana Beretta Molla (Italia) médico que no aceptó matar a su hijo, la última mujer que llegó a canonizar Juan Pablo II (su marido e hijos todavía viven).

11. Conclusión

Para concluir querría dejar testimonio de un asunto más. Juan Pablo II era consciente que el mayor enemigo de la familia y de la felicidad de los hombres que la componen es el Mal, Satanás. Un ejemplo: el último día del año 1981, durante la Santa Misa en la Iglesia romana de II Gesu, lo dió a entender cuando afirmaba que estas Oscuridades quieren destruir la vida". Siendo perfectamente consciente de esta realidad, nunca se desanimó. El, al igual que el Papa Benedicto XVI lo ha dicho hace pocos días a los jóvenes en Cracovia, nos fortalecía en el convencimiento de que a pesar de las dificultades, incluso ataques directos a la vida familiar, es necesario hacerles frente. La familia permanecerá siempre, por que es fuerte por la fortaleza de Dios.

En una ocasión, era el año 1987 el Santo Padre visitó la ciudad de Stetin que, al igual que Valencia, se encuentra muy cerca del mar-. Allí afirmó: 'Hay muchas clases de tormentas, como también ataques de nuestra debilidad y concupiscencia. Es necesario hacerles frente! Los que viven en la mar, los marineros, tienen que hacer frente a muchas tormentas para poder salvarse. Por tanto, cuando llegan estos ataques, acuérdate de las inspiraciones del Espíritu Santo, que llevas en tu interior. No para dirigirte en la dirección por la que esos vientos te lleven, sino para poder llegar a puerto, como un buen marinero". Llegar al puerto, es decir, a la casa del Padre dónde nos espera un hogar para toda la familia. Para cada uno nosotros.

Este es el motivo último de nuestra preocupación por la familia y por la vida: la felicidad eterna de cada hombre. Nos referimos a que cada hombre debe llegar a encontrarse con Dios, como hijo Suyo, como en Su familia, en Su casa, preparada para acoger a toda existencia humana. Estoy convencido que este era el modo de pensar del Siervo de Dios Juan Pablo II.

Colabora con Almudi

Quiero ayudar
ARTÍCULOS
  • La Pedagogía del Amor y la Ternura: Una Práctica Humana del Docente de Educación Primaria
    César Enrique López Arrillaga
  • Mons. Álvaro del Portillo y el Concilio Vaticano
    Card. Julián Herranz
  • Una nueva primavera para la Iglesia
    Benedictus.XVI
  • El mensaje y legado social de san Josemaría a 50 años de su paso por América
    Mariano Fazio
  • El pecado: Negación consciente, libre y responsable al o(O)tro una interpretación desde la filosofía de Byung-Chul Han
    Juan Pablo Espinosa Arce
  • El culto a la Virgen, santa María
    Gaspar Calvo Moralejo
  • Ecumenismo y paz
    José Carlos Martín de la Hoz
  • Verdad y libertad I
    Eudaldo Forment
  • La razón, bajo sospecha. Panorámica de las corrientes ideológicas dominantes
    Benigno Blanco
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis IV
    Mª Dolores Odero
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis III
    Mª Dolores Odero
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis II
    Mª Dolores Odero
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis I
    Mª Dolores Odero
  • En torno a la ideología de género
    Benigno Blanco
  • El matrimonio, una vocación a la santidad
    Augusto Sarmiento
MÁS ARTÍCULOS

Copyright © Almudí 2014
Asociación Almudí, Pza. Mariano Benlliure 5, entresuelo, 46002, Valencia. España

  • Aviso legal
  • Política de privacidad