(Gen 18,1-10a) "Cuando vuelva a ti, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo"
(Col 1,24-28) "Cristo es para vosotros la esperanza de la gloria"
(Lc 10,38-42) "María ha escogido la mejor parte, y no se la quitarán"
Homilía en la Misa a los empleados de las villas pontificias en Castelgandolfo (17-VII-1983)
--- Sentido sobrenatural en lo ordinario
--- Marta y María
--- Necesidad de la vida interior
--- Sentido sobrenatural en lo ordinario
Si San Pablo exhorta a los cristianos a hacerlo “todo para gloria de Dios” (1 Cor 10,31), esto vale también para vosotros. El cristiano debe comportarse como tal siempre, en cualquier ocasión, en cualquier trabajo, cualquiera que sea la actividad que desempeñe. A todas partes debe llevar el fermento y el estímulo de la propia fe. Por este motivo, también vuestra vida debe ser guiada por la Palabra de Dios, y a su luz debe desarrollarse, crecer y madurar.
--- Marta y María
Hemos escuchado en la lectura del Evangelio según San Lucas el conocido e instructivo episodio de las dos hermanas, Marta y María, que un día acogieron a Jesús en su casa. Una de ellas, Marta, “se multiplicaba para dar abasto con el servicio” (Lc 10,40), hasta el punto de desentenderse casi de la presencia tan cercana del Maestro: un ejemplo de excesiva generosidad, que se preocupa más de las actividades externas que de sensibilizarse ante el significado transformador de Aquel que está presente para hacerse escuchar y para interrogarnos a cada uno de nosotros.
María, en cambio, “sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra” (ib., 10,39). Y es precisamente esta actitud, contrapuesta ante todo a la anterior, la que recibe el elogio de Jesús. En María está personificado, en efecto, el discípulo atento y vigilante: no tanto el que se vigila a sí mismo, lo que sería aún un modo de replegarse sobre la propia personalidad, cuanto el que se siente captado por la presencia y la Palabra del Señor, hasta el punto de olvidarse de sí mismo. Porque el verdadero discípulo no piensa en sí mismo, sino que enseguida y ante todo se vuelve a su Maestro y se siente como transportado hacia Él, según un movimiento que le hace como salir de sí mismo; subyugado con su palabra, forma parte de aquellos que Jesús proclama “dichosos”, porque “oyen la Palabra de Dios y la guardan” (ib., 11,28).
--- Necesidad de la vida interior
Por ello Jesús advierte amorosamente a Marta: “Sólo una cosa es necesaria. María ha escogido la mejor parte, y no se la quitarán” (ib., 10,42). Esta frase debe ser entendida en un doble nivel: por una parte, alude a la exigencia de una sobriedad en la mesa, que Jesús en aquella ocasión no quería excesivamente abastecida; por otra, verifica el tránsito o un significado más profundo, referido a la vida espiritual: también en este ámbito es innecesario y puede ser incluso peligroso, perderse en diversas tentativas y buscar por demasiados caminos la inspiración que unifique la propia vida interior. “Sólo una cosa es necesaria”, y es la actitud de María, hecha a base de escuchar la Palabra de Jesús, teniendo sus ojos y su corazón, vueltos hacia Él, no sólo atentos, sino disponibles para cuanto Él dice. Como ora el Salmista: “Señor, mis ojos están vueltos a Ti; en Ti me refugio, no me dejes indefenso” (Sal 141,8).
Tratemos de llevar a nuestra vida diaria esta lección del Evangelio de San Lucas. Que ninguna otra palabra, venga de donde venga, nos distraiga de nuestra adhesión de fe y de amor al Señor Jesús. Extraigamos de su voz la fuerza necesaria para afrontar y superar todas las dificultades que se interponen en nuestro camino. Para hacerlo así, acojámoslo en nuestra casa, como lo hicieron Marta y María, y reconozcámosle el puesto de honor que le corresponde. De su presencia y de su disponibilidad nace y se consolida el sentido de nuestra existencia, y dimana la alegría que siempre necesitamos para hacer más llevadero el camino de la vida.
DP-206 1983
Aunque siempre será ejemplar ese deseo de Marta de servir al Señor y a la numerosa comitiva que le acompaña, Jesús la reprende cariñosamente cuando ella se incomoda con la actitud de su hermana al no prestarle ayuda. Marta está muy atareada con las cosas que va a poner en la mesa al Señor, pero se está olvidando del Señor de las cosas. Marta, Marta, tú te preocupas e inquietas por muchas cosas... Se advierte en esta repetición de su nombre el tono conciliador de Jesús y el aprecio por su amorosa solicitud, pero, con la defensa que hace de María, le recuerda que el trabajo no debe absorbernos de tal forma que no dispongamos de tiempo para escuchar la Palabra de Dios.
Hemos de trabajar mucho y bien, porque tenemos en nuestras manos los intereses de mucha gente. El médico, la salud y, a veces, la vida de los demás; el abogado, sus derechos; el profesor, el futuro profesional de sus alumnos; el arquitecto, sus viviendas; el ingeniero, el policía, el mecánico... ¡Qué compromiso y qué responsabilidad si no olvidamos tampoco que Jesús ha asegurado: "Lo que hicisteis por uno de estos, mis hermanos más pequeños, por Mí lo hicisteis" (Mt 25, 40).
Con todo, no hay tarea por apremiante que parezca, que justifique el abandono de la atención espiritual y corporal que como seres humanos necesitamos. El desbordamiento en el trabajo se paga siempre, incluso en la eficacia del mismo, que se ve empobrecido tanto en calidad como en cantidad a causa de la fatiga.
Una persona que, como Marta, agobiada por los quehaceres diarios no tuviera tiempo para Dios, para los suyos, para su descanso físico y espiritual, acabará no teniendo tiempo para nada ni para nadie, ni siquiera para hacer bien ese trabajo que tanto le absorbe. Haría muchas cosas, sin duda y por un tiempo, pero no haría lo más importante. Esto es lo que Jesús le da a entender.
La meditación asidua de la Palabra de Dios no nos aleja de quienes nos rodean en la vida y del trabajo, sino que es allí donde el cristiano saca la energía necesaria para que su tato con los demás y su trabajo estén impregnados del espíritu de Cristo, sea más humano y cristiano, porque -como enseña el S. Josemaría Escrivá- "el hombre no debe limitarse a hacer cosas, a construir objetos. El trabajo nace del amor, manifiesta el amor, se ordena al amor".
"María ha escogido la parte mejor". No ha olvidado que el trabajo del alma, su cuidado, es el alma de todo trabajo. El quehacer diario no la domina haciéndole perder la paz, como a Marta. No es esclava de su trabajo sino señora de él.
Homilía III: basada en el Catecismo de la Iglesia Católica
«Hasta le recibió en su casa»
I. LA PALABRA DE DIOS
Gn 18,1-10a: Señor, no pases de largo junto a tu siervo
Sal 14, 2-3ab.3cd-4ab.5: Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?
Col 1,24-28: El misterio que Dios ha tenido escondido, lo ha revelado ahora a su pueblo santo
Lc 10,38-42: Marta lo recibió en su casa. María ha escogido la parte mejor
II. LA FE DE LA IGLESIA
«Adorar a Dios, orar a El, ofrecerle el culto que le corresponde, cumplir las promesas y los votos que se le han hecho, son todos ellos actos de la virtud de la religión que constituye la obediencia al primer mandamiento» (2135).
«Con frecuencia el ateísmo se funda en una concepción de la autonomía humana, llevada hasta el rechazo de toda dependencia respecto a Dios» (2126). «El agnosticismo equivale con mucha frecuencia a un ateísmo práctico» (2128).
«Los actos de fe, esperanza y caridad que ordena el primer mandamiento se realizan en la oración. La elevación del espíritu hacia Dios es una expresión de nuestra adoración a Dios» (2098).
III. TESTIMONIO CRISTIANO
«Un alma abrasada de amor no puede permanecer inactiva. Ciertamente, a imitación de María Magdalena, permanece a los pies de Jesús escuchando su dulce e inflamada palabra. Y parece no dar nada, da mucho más que Marta... Todos los santos la entendieron así» (Sta. Teresa de Lisieux, Historia del alma, cap. XI).
IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA
A. Apunte bíblico-litúrgico
El deber de la hospitalidad está fuertemente tratado entre los pueblos de Oriente Medio desde la antigüedad; de ello fue buena muestra Abraham en el episodio de Mambré, donde contempló a Dios.
Jesús era recibido con frecuencia y agrado en la casa de Marta y de María. Allí enseñó a preferir sobre todas las cosas la relación directa con su Palabra, con su Persona.
El «apóstol» completa en su carne los dolores de Cristo a medida que va anunciando el Evangelio y surgen contradicciones y divisiones: esta buena noticia, escondida anteriormente, es la plena incorporación de los gentiles a la Iglesia.
B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica
La fe:
Adorarás al Señor tu Dios, y le servirás: 2084-2094.
El agnosticismo y el ateismo: 2123-2128.
La respuesta:
A El sólo darás culto: 2095-2109.
C. Otras sugerencias
El Evangelio puede resultar sorprendente. ¿Qué es lo más importante servir o escuchar al Señor, hacer u orar? También entre los cristianos se nota la influencia de una cultura y sociedad pragmática.
El primer mandamiento de Dios es amarle sobre todas las cosas. El es el único importante. La virtud de la religión. Es el mandamiento mas combatido por la actual cultura que fundamenta el ateísmo y el agnosticismo.
Hay que estar vigilantes. No podemos dar a Dios por supuesto, ni este mandamiento como cumplido. Revisión de los momentos de oración y culto a Dios.
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