Almudi.org
  • Inicio
  • Libros
  • Películas
    • Estrenos de CINE
    • Estrenos de DVD - Streaming
    • Series de TV
  • Recursos
    • Oración y predicación
    • La voz del Papa
    • Infantil
    • Documentos y libros
    • Opus Dei
    • Virtudes
    • Kid's Corner
  • Liturgia
    • Misal Romano
    • Liturgia Horarum
    • Otros Misales Romanos
    • Liturgia de las Horas
    • Calendario Liturgico
    • Homilías de Santa Marta
  • Noticias
  • Almudi
    • Quiénes somos
    • Enlaces
    • Voluntariado
    • Diálogos de Teología
    • Biblioteca Almudí
  • Contacto
    • Consultas
    • Colabora
    • Suscripciones
    • Contactar
  • Buscador
  • Noticias antiguas
  • Elecciones morales

Noticias antiguas

Elecciones morales

  • Imprimir
  • PDF
Sólo pido a Dios que mi elección moral siga siendo la misma

ABC

En una carta incluída ayer en la sección “ABC y sus lectores”, me censura doña G.F.B. algunas afirmaciones contenidas en mi artículo “Nadadores a contracorriente”, publicado en la Tercera de este periódico el pasado 17 de octubre.

En dicho artículo, comparaba la complicidad sorda de nuestra época ante el crimen del Almudi.org - Juan Manuel de Pradaaborto con la actitud de pretendida ignorancia que una parte nada exigua de la sociedad alemana mantuvo ante los crímenes del régimen nazi; y comparaba el estremecimiento de horror que a las generaciones venideras les provocará conocer la complicidad tácita de nuestra sociedad con el crimen del aborto con la repugnancia que a los soldados ingleses y americanos les provocó la pretendida ignorancia de la población alemana que vivía cerca de los campos de concentración que iban liberando, en su avance hacia Berlín.

Ante el espectáculo dantesco que hallaron en tales campos, los oficiales de las unidades encargadas de su liberación ordenaron que todos los habitantes de las ciudades y pueblos vecinos desfilaran por los campos, para confrontarlos con lo que allí había ocurrido. Esto es una verdad histórica, relatada en sus memorias por centenares de soldados británicos y estadounidenses.

Podemos discutir, desde luego, si los habitantes de las ciudades y pueblos vecinos sabían lo que en esos campos de concentración estaba sucediendo: tal vez no lo supiesen, aunque para ello tuvieron que vivir en la inopia; más probable es que prefiriesen no saberlo. Pero tanto en ese «vivir en la inopia» como en ese «preferir no saberlo» hay ya una elección moral.

En modo alguno pretendí en aquel artículo juzgar las razones de esa elección moral: habría alemanes que aprobarían tales crímenes; pero estoy seguro de que eran más numerosos los que simplemente eligieron «transigir» con el ambiente moral de su época.

Y no sólo por cobardía o indiferencia, sino por puro «instinto de supervivencia»; porque rebelarse contra aquellos crímenes que formaban parte del ambiente moral de la época los habría convertido automáticamente en reos de traición.

Me preguntaba doña G.F. en su carta: «¿Qué hubiera hecho usted entonces?». Y le respondo que, desde la atalaya privilegiada que nos concede el paso del tiempo, hubiese preferido ser uno de esos pocos alemanes heroicos que se rebelaron contra aquellos crímenes. Pero eso puedo responderlo ahora; lo más probable es que hubiese sido uno de esos alemanes menos heroicos que «vivían en la inopia» o que «preferían no saber», por puro instinto de supervivencia.

Aunque me hubiese terminado ocurriendo lo que Martin Niemöller cuenta en aquel célebre poema: «Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, / guardé silencio, / porque yo no era comunista. // Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, / guardé silencio, / porque yo no era socialdemócrata. // Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, / no protesté, / porque yo no era sindicalista. // Cuando vinieron a llevarse a los judíos, / no protesté, / porque yo no era judío // Cuando vinieron a buscarme, / no había nadie más que pudiera protestar».

En aquel artículo, “Nadadores a contracorriente”, trataba de hablar por quienes no pueden protestar. Le concedo a doña G. que las circunstancias en que una persona que hoy se opone al aborto no son exactamente las mismas en que un alemán de hace setenta años tenía que enfrentarse a la realidad de un campo de concentración.

Pero pronto lo serán: el aborto será encumbrado a la categoría de “derecho”, y quienes nos obstinemos en calificarlo de crimen y así lo proclamemos públicamente seremos juzgados peligrosos delincuentes. Para entonces, sólo pido a Dios que mi elección moral siga siendo la misma, que aunque mi carne tiemble mi espíritu se mantenga firme en la defensa de quienes no pueden protestar.

Colabora con Almudi

Quiero ayudar
ARTÍCULOS
  • La guerra de Rusia contra Ucrania: ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
    Javier Morales Hernández
  • El deseo en la cultura de la seducción
    Manuel Cruz Ortiz de Landázuri
  • Tolkien, maestro de la esperanza
    Benigno Blanco Rodríguez
  • La educación democrática en el contexto de la deliberación y el agonismo político
    Sergio Luis Caro Arroyo
  • La Virgen María y el culto mariano en el arte y la literatura de la España de la edad de plata
    Javier García-Luengo Manchado
  • La Asunción de María
    José Ignacio Munilla
  • La familia de Dios padre: la fraternidad de los hijos de Dios
    Jean-Louis Brugues
  • La educación emocional, el auto-concepto, la autoestima y su importancia en la infancia
    Ana Roa García
  • El problema de la prohibición en la ética
    Roberto Gutiérrez Laboy
  • Legalidad y legitimidad
    Luis Legaz Lacambra
  • Eficacia de la Sagrada Escritura en la configuración de la vida cristiana
    Bernardo Estrada
  • Aprender a amar: amor y libertad
    Teresa Cid
  • Cristo hombre perfecto. Naturaleza y gracia en la Persona Divina de Cristo
    Ignacio Andereggen
  • Revolución de la ternura: un nuevo paradigma eclesial en el pontificado de Francisco
    Amparo Alvarado Palacios
  • La confesión sacramental, un camino de libertad y de amor a Dios
    Redaccion opusdei.org
MÁS ARTÍCULOS

Copyright © Almudí 2014
Asociación Almudí, Pza. Mariano Benlliure 5, entresuelo, 46002, Valencia. España

  • Aviso legal
  • Política de privacidad