Almudi.org
  • Inicio
  • Libros
  • Películas
    • Estrenos de CINE
    • Estrenos de DVD - Streaming
    • Series de TV
  • Recursos
    • Oración y predicación
    • La voz del Papa
    • Infantil
    • Documentos y libros
    • Opus Dei
    • Virtudes
    • Kid's Corner
  • Liturgia
    • Misal Romano
    • Liturgia Horarum
    • Otros Misales Romanos
    • Liturgia de las Horas
    • Calendario Liturgico
    • Homilías de Santa Marta
  • Noticias
  • Almudi
    • Quiénes somos
    • Enlaces
    • Voluntariado
    • Diálogos de Teología
    • Biblioteca Almudí
  • Contacto
    • Consultas
    • Colabora
    • Suscripciones
    • Contactar
  • Buscador
  • Noticias antiguas
  • Libertad de expresión

Noticias antiguas

Libertad de expresión

  • Imprimir
  • PDF
Nunca somos más auténticos que cuando usamos la libertad para decir la verdad, y no lo que nos interesa

Las Provincias

El derecho fundamental a la información requiere libertad de expresión para informar. Esto lo sabemos todos. En lo que quizá no estamos tan de acuerdo es en calibrar hasta qué punto se respetan estos derechos aquí y en el mundo en general. Uno percibe cierta desproporción en los juicios, y no se puede tratar como partes iguales lo que es profundamente desigual.

No existe en absoluto libertad de expresión en muchos lugares del planeta. No la hay en China, aún anclada en un comunismo que no admite disidencias. Ni en Cuba, donde no hay libertad ni de expresión política, ni de nada medianamente reticente con el régimen de Almudi.org - Jesús AcereteCastro, una reliquia del cavernario socialismo stalinista. De Corea del Norte ni hablemos. En Venezuela el régimen chavista, inspirado en el comunismo de Castro, aprieta férreamente las gargantas de los opositores, y veremos en qué para si nadie planta cara a sus atropellos.

En la mayor parte de los países de mayoría musulmana uno se juega la vida si pretende hacer uso de su derecho a la libertad de expresión, mayormente de expresión religiosa, que es la libertad fundamental, porque el hombre sin Dios acaba siendo un número sin importancia. Ni siquiera se puede expresar tranquilamente a solas a un musulmán lo que uno piensa en materia religiosa, porque puedes acabar en la cárcel, o expulsado del país, acusado de ‘inquietar al musulmán en su fe’. Muchos musulmanes son perseguidos, incluso hasta la muerte, si manifiestan interés por una religión distinta. No está muy fuerte la libertad de expresión en los países musulmanes.

La libertad de expresión en las democracias occidentales está bastante más desarrollada. Pero es preciso reconocer, que siendo superior, tiene no pocas deficiencias. Hay una fuerte presión contra el que trate de emplear un lenguaje que no coincida con el de la ideología dominante, el laicismo relativista, convertido en la nueva religión oficial. Las frases y expresiones ‘políticamente correctas’ son obligatorias, si uno no quiere sufrir acoso y mobbing. ¿Quién se atreverá ahora, por ejemplo, a recomendar a sus hijos la lectura de Blancanieves y los siete enanitos? El nuevo dogma de la ideología de género tiene su lista negra de lo que no se permite leer. Una lista negra que sigue creciendo día a día.

Tampoco anda muy allá la libertad de expresión en nuestros medios de comunicación. Periodistas y columnistas están con demasiada frecuencia férreamente atados a la batuta de los que mandan en la empresa informativa. Un silencio sepulcral se cierne sobre pautas de conducta impuestas y nunca, o muy pocas veces —porque la valentía no es tan frecuente como algunos se autoatribuyen— denunciadas ni reconocidas.

Y luego están otros temas, que también lesionan la libertad de expresión. Que si esta foto sí porque salgo bien, que si esta no porque salgo peor. Mal hecho. Pero reconozcamos que hay lesiones y lesiones. Es preciso reconocer y denunciar la existencia de gravísimas ‘deficiencias’ de la libertad de expresión, si uno quiere tener autoridad para denunciar otras de orden menor. Y poner cada una en su sitio, ordenadas jerárquicamente. Y reconocer las deficiencias en el propio entorno, antes de denunciarlas en el entorno del contrario. Porque el truco de manipular haciendo ‘partes iguales’ de lo esencial y cuantitativamente diverso, descrito magistralmente por Vladimir Volkoff, ya está muy visto.

Siempre he pensado que deberíamos celebrar, junto a la libertad de expresión, su complemento necesario: la expresión veraz, proporcionada y responsable. Nunca somos más auténticos que cuando usamos la libertad para decir la verdad, y no lo que nos interesa.

Jesús Acerete. Director de Programas de la Fundación COSO

Colabora con Almudi

Quiero ayudar
ARTÍCULOS
  • Eucaristía y sacerdocio
    Fernando Ocáriz
  • La Pedagogía del Amor y la Ternura: Una Práctica Humana del Docente de Educación Primaria
    César Enrique López Arrillaga
  • Mons. Álvaro del Portillo y el Concilio Vaticano
    Card. Julián Herranz
  • Una nueva primavera para la Iglesia
    Benedictus.XVI
  • El mensaje y legado social de san Josemaría a 50 años de su paso por América
    Mariano Fazio
  • El pecado: Negación consciente, libre y responsable al o(O)tro una interpretación desde la filosofía de Byung-Chul Han
    Juan Pablo Espinosa Arce
  • El culto a la Virgen, santa María
    Gaspar Calvo Moralejo
  • Ecumenismo y paz
    José Carlos Martín de la Hoz
  • Verdad y libertad I
    Eudaldo Forment
  • La razón, bajo sospecha. Panorámica de las corrientes ideológicas dominantes
    Benigno Blanco
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis IV
    Mª Dolores Odero
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis III
    Mª Dolores Odero
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis II
    Mª Dolores Odero
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis I
    Mª Dolores Odero
  • En torno a la ideología de género
    Benigno Blanco
MÁS ARTÍCULOS

Copyright © Almudí 2014
Asociación Almudí, Pza. Mariano Benlliure 5, entresuelo, 46002, Valencia. España

  • Aviso legal
  • Política de privacidad