Almudi.org
  • Inicio
  • Libros
  • Películas
    • Estrenos de CINE
    • Estrenos de DVD - Streaming
    • Series de TV
  • Recursos
    • Oración y predicación
    • La voz del Papa
    • Infantil
    • Documentos y libros
    • Opus Dei
    • Virtudes
    • Kid's Corner
  • Liturgia
    • Misal Romano
    • Liturgia Horarum
    • Otros Misales Romanos
    • Liturgia de las Horas
    • Calendario Liturgico
    • Homilías de Santa Marta
  • Noticias
  • Almudi
    • Quiénes somos
    • Enlaces
    • Voluntariado
    • Diálogos de Teología
    • Biblioteca Almudí
  • Contacto
    • Consultas
    • Colabora
    • Suscripciones
    • Contactar
  • Buscador
  • Noticias
  • ¿Qué hace hermosa a una mujer?

¿Qué hace hermosa a una mujer?

  • Imprimir
  • PDF
Escrito por Vicente Huerta
Publicado: 30 Junio 2015

En muchos casos el concepto de belleza ha quedado reducido al exterior, a la apariencia física: verse bien, estar bien arreglada, maquillarse, estar a la moda, tener las medidas perfectas…

De este modo, tristemente, se ha ido alejando de su verdadero significado, de aquella belleza que viene del alma y brota del corazón.

1. El entusiasmo, alegría y diversión de niña que te hacen tan cercana a los más pequeños. Dejas salir sin miedo y con libertad aquella ternura y sencillez que brota del alma. Dejas salir la inocencia de niña que llevas dentro. Eres una persona libre, capaz de alegrarte y sorprenderte como lo hacen los niños. De alegrarte con lo sencillo y valorar lo esencial de cada cosa.

2. La amistad auténtica, libre, fiel y casi maternal que te hace preocuparte por los demás. Eres una amiga de verdad. Proteges a tus amigos, te preocupas por ellos y buscas siempre su bien. Tu feminidad y amor maternal se expresan en esa apertura servicial hacia los demás, esa capacidad de comprender y de sacrificarte en cualquier situación.

3. La naturalidad que no busca ser el centro de atención. No buscas ser el centro de atención y por eso lo eres. Tu humildad exalta tu belleza. Tu naturalidad demuestra tu sencillez. En tu manera de actuar reflejas tu alma. No tienes que hacer muchos esfuerzos por mostrarla porque ella sola se refleja y llama la atención de los demás.

4. La forma de hablar pero sobre todo, de escuchar. Sabes ponerte en el lugar de los otros, eres empática y te preocupas por escucharlos. Sabes dar un consejo en el momento preciso y callar cuando también es conveniente. Las personas confían en ti porque demuestras interés por cada uno.

5. La fortaleza y confianza porque sabes que actúas con rectitud. Sabes que actúas con rectitud. No tienes miedo de mostrar cómo eres y en qué crees, pues sabes muy bien lo que hay en tu interior. Las decisiones que tomas en tu vida están basadas en tu identidad más profunda y por eso, aunque algunas veces te equivoques, tienes la seguridad de haber buscado hacer lo correcto.

6. El misterio femenino de tus pensamientos y gestos. Actúas con respeto y elegancia. Sabes transmitir silencio y paz con tus actos y en tu manera de hablar. Eres una persona reflexiva e interesante. En todo esto se manifiesta tu feminidad. Delicada, silente y reverente.

7. Tu apertura al encuentro y acogida de los demás. Tratas a las personas con bondad y sabes reconocer en ellas lo mejor de cada una. Eres una persona acogedora, las personas se sienten a gusto cuando se acercan a ti,  porque saben que en tu corazón hay espacio para cada una de ellas.

8. Y la última y la más importante de todas… Tu mundo interior fuerte. Fruto de tu relación con Dios. Eres verdaderamente hermosa cuando reflejas en tus gestos, palabras y acciones la imagen de Dios que llevas dentro. Tu vida busca en todo tener al Señor como fundamento. Hacer que brille el Espíritu que está vivo y actuante en tu interior.

Vicente Huerta, en serpersona.info.

  • Anterior
  • Siguiente

Colabora con Almudi

Quiero ayudar
ARTÍCULOS
  • El concilio ecuménico Vaticano II: características de la recepción de un concilio singular (I)
    Joaquín Perea González
  • La inculturación de la fe, desafío para una educación cristiana de calidad
    José María Barrio Maestre
  • Catolicismo y conquista del nuevo mundo. Función, apogeo y decadencia
    Felipe Pérez Valencia
  • El problema de la debilidad del espíritu
    Rafael Alvira
  • La ignorancia responsable en Aristóteles
    Mario Spangenberg Bolívar
  • EL VALOR DE LA AMISTAD EN LA VIDA DEL HOMBRE La libertad de ser uno mismo con el otro
    Melisa Brioso, Blanca Llamas, Teresa Ozcáriz, Arantxa Pérez-Miranda Alejandra Serrano
  • La guerra de Rusia contra Ucrania: ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
    Javier Morales Hernández
  • El deseo en la cultura de la seducción
    Manuel Cruz Ortiz de Landázuri
  • Tolkien, maestro de la esperanza
    Benigno Blanco Rodríguez
  • La educación democrática en el contexto de la deliberación y el agonismo político
    Sergio Luis Caro Arroyo
  • La Virgen María y el culto mariano en el arte y la literatura de la España de la edad de plata
    Javier García-Luengo Manchado
  • La Asunción de María
    José Ignacio Munilla
  • La familia de Dios padre: la fraternidad de los hijos de Dios
    Jean-Louis Brugues
  • La educación emocional, el auto-concepto, la autoestima y su importancia en la infancia
    Ana Roa García
  • El problema de la prohibición en la ética
    Roberto Gutiérrez Laboy
MÁS ARTÍCULOS

Copyright © Almudí 2014
Asociación Almudí, Pza. Mariano Benlliure 5, entresuelo, 46002, Valencia. España

  • Aviso legal
  • Política de privacidad