Almudi.org
  • Inicio
  • Libros
  • Películas
    • Estrenos de CINE
    • Estrenos de DVD - Streaming
    • Series de TV
  • Recursos
    • Oración y predicación
    • La voz del Papa
    • Infantil
    • Documentos y libros
    • Opus Dei
    • Virtudes
    • Kid's Corner
  • Liturgia
    • Misal Romano
    • Liturgia Horarum
    • Otros Misales Romanos
    • Liturgia de las Horas
    • Calendario Liturgico
    • Homilías de Santa Marta
  • Noticias
  • Almudi
    • Quiénes somos
    • Enlaces
    • Voluntariado
    • Diálogos de Teología
    • Biblioteca Almudí
  • Contacto
    • Consultas
    • Colabora
    • Suscripciones
    • Contactar
  • Buscador
  • Noticias
  • Soy una víctima de la educación sexista y discriminadora

Soy una víctima de la educación sexista y discriminadora

  • Imprimir
  • PDF
Escrito por Montse Doval
Publicado: 31 Agosto 2012
Una profesora universitaria, ex alumna de la enseñanza diferenciada, cuenta las repercusiones del tipo de educación recibida

internetpolitica.com

«No pretendo convencer a nadie de las bondades de la educación diferenciada −no soy experta en educación− pero tildar de segregacionista y sexista una educación en la que se diferencian las distintas etapas de desarrollo y las distintas necesidades de niños y niñas es una manipulación grosera, embrutecedora y partidista»

      Montse Doval, Profesora de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la Universidad de Vigo, escribe en su blog internetpolitica.com sobre su experiencia como ex alumna de un colegio de enseñanza diferenciada:

      Hoy es un día para hacer confidencias en voz alta, hoy voy a desvelar una parte de mí que no había salido nunca a la luz pública. Esto es una especie de outing que hago con una finalidad social: que todas las mujeres que, como yo, han pasado por la educación sexista y segregadora tengan el valor de mirarse al espejo y admitir: «sí, soy una privilegiada».

      Desde los 2 años hasta los 18 asistí a un colegio de sólo niñas. Nací en 1964, estuve allí desde 1966 hasta 1983. Mi segregación sexista consistió en que en mi colegio, en donde estaba desde las 9 a las 13:30 y de las 16:00 a las 18:00, sólo había profesoras y alumnas. Había un cura, hombre, que andaba por allí haciendo lo que podía. El resto del día lo combinaba con mis hermanos, cuatro niños y una niña. También tenía padre y madre. También tenía amigos, desde muy pequeña, me divertía más irme con los niños a andar en bici. O sea, que lo de separar lo que en la vida está junto, no. Mi vida era mixta, mi colegio, no.

      En España, en aquel momento, era muy habitual que hubiera colegios sólo para niñas y sólo para niños. Ojo, pero no nos equivoquemos: también los había mixtos, públicos y privados.

      Bien, transcurrieron muchos años en los que nunca fui consciente de ser una persona extraña, segregada por mi sexo. Fui a la Universidad, estudié Periodismo y acto seguido me puse a trabajar en varios puestos irrelevantes y asquerosos, los típicos de una recién licenciada. Lo mismo les pasaba a mis compañeros de promoción.

      Luego, me fui a EE.UU. Allí me enteré de algo que viene al caso para lo que nos ocupa. Por supuesto, hay colegios segregadores y sexistas allí también, pero la rareza es que hay Universidades sólo para mujeres promovidas por las feministas. Me lo explicó una vecina que asistía a una: la idea es que en un ámbito sólo de mujeres es fácil que los temas gender oriented se traten desde una perspectiva femenina sin la intrusión de los hombres.

      Luego volví a España y, para lo que nos ocupa, me ocurrió otra cosa interesante. De 2003 hasta 2007, con interrupciones, estuve trabajando en comunicación en dos proyectos de la iniciativa Equal de la Unión Europea. El primero, estaba más orientado a favorecer la igualdad de oportunidades en el mercado de trabajo para gente con minusvalía, condiciones sociales o educativas inferiores, etc. El segundo, se focalizaba en la diferencia entre hombres y mujeres. Para salvar la diferencia, se pensó en cursos, seminarios y talleres destinados exclusivamente a las mujeres, destinatarias exclusivas de las acciones de nuestro proyecto. Incluso teníamos un portal de empleo online con ofertas sólo para mujeres.

      El patronato que regía el proyecto se había constituido con los tres sindicatos mayoritarios en Galicia (UGT, CCOO y CIG) entre otras entidades y lo presidieron alcaldes del BNG, PSOE y PP, ya que los tres partidos estuvieron en la alcaldía de Vigo durante esos años. Ni uno —todo lo contrario— pensó que hubiera ningún sexismo ni discriminación al limitar a mujeres la acción formativa.

      No pretendo convencer a nadie de las bondades de la educación diferenciada —no soy experta en educación— pero tildar de segregacionista y sexista una educación en la que se diferencian las distintas etapas de desarrollo y las distintas necesidades de niños y niñas es una manipulación grosera, embrutecedora y partidista.

      Miles de mujeres educadas en ese sistema sexista y segregado somos licenciadas universitarias, algunas incluso somos doctoras y profesoras de Universidad. No necesitamos un periódico paternalista para protegernos de las segregaciones y los sexismos.

Montse Doval

  • Anterior
  • Siguiente

Colabora con Almudi

Quiero ayudar
ARTÍCULOS
  • La inculturación de la fe, desafío para una educación cristiana de calidad
    José María Barrio Maestre
  • Catolicismo y conquista del nuevo mundo. Función, apogeo y decadencia
    Felipe Pérez Valencia
  • El problema de la debilidad del espíritu
    Rafael Alvira
  • La ignorancia responsable en Aristóteles
    Mario Spangenberg Bolívar
  • EL VALOR DE LA AMISTAD EN LA VIDA DEL HOMBRE La libertad de ser uno mismo con el otro
    Melisa Brioso, Blanca Llamas, Teresa Ozcáriz, Arantxa Pérez-Miranda Alejandra Serrano
  • La guerra de Rusia contra Ucrania: ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
    Javier Morales Hernández
  • El deseo en la cultura de la seducción
    Manuel Cruz Ortiz de Landázuri
  • Tolkien, maestro de la esperanza
    Benigno Blanco Rodríguez
  • La educación democrática en el contexto de la deliberación y el agonismo político
    Sergio Luis Caro Arroyo
  • La Virgen María y el culto mariano en el arte y la literatura de la España de la edad de plata
    Javier García-Luengo Manchado
  • La Asunción de María
    José Ignacio Munilla
  • La familia de Dios padre: la fraternidad de los hijos de Dios
    Jean-Louis Brugues
  • La educación emocional, el auto-concepto, la autoestima y su importancia en la infancia
    Ana Roa García
  • El problema de la prohibición en la ética
    Roberto Gutiérrez Laboy
  • Legalidad y legitimidad
    Luis Legaz Lacambra
MÁS ARTÍCULOS

Copyright © Almudí 2014
Asociación Almudí, Pza. Mariano Benlliure 5, entresuelo, 46002, Valencia. España

  • Aviso legal
  • Política de privacidad