Almudi.org
  • Inicio
  • Libros
  • Películas
    • Estrenos de CINE
    • Estrenos de DVD - Streaming
    • Series de TV
  • Recursos
    • Oración y predicación
    • La voz del Papa
    • Infantil
    • Documentos y libros
    • Opus Dei
    • Virtudes
    • Kid's Corner
  • Liturgia
    • Misal Romano
    • Liturgia Horarum
    • Otros Misales Romanos
    • Liturgia de las Horas
    • Calendario Liturgico
    • Homilías de Santa Marta
  • Noticias
  • Almudi
    • Quiénes somos
    • Enlaces
    • Voluntariado
    • Diálogos de Teología
    • Biblioteca Almudí
  • Contacto
    • Consultas
    • Colabora
    • Suscripciones
    • Contactar
  • Buscador
  • Noticias
  • Es la guerra

Es la guerra

  • Imprimir
  • PDF
Escrito por Pedro López
Publicado: 12 Marzo 2022

La guerra no es ya la continuación de la política por otros medios, sino lo incívico, la barbarie

Clausewitz decía que «la guerra no es simplemente un acto político, sino un verdadero instrumento político, una continuación de las relaciones políticas, una gestión de las mismas por otros medios». Eso lo escribía en 1832, cuando los ejércitos, formados por profesionales en su mayoría, se plantaban cara a cara en una llanura; y el que vencía se quedaba con el poder de las urbes y del territorio. Pero si entonces era dudoso que fuera cierto, hoy es inservible: la guerra no es ya la continuación de la política por otros medios, sino lo incívico, la barbarie.

Las guerras modernas, sin embargo, no son así; sobre todo cuando hay desigualdad y asimetría; pues entonces, lo único posible para no ser arrasado por completo es refugiarse en las ciudades. Pero esto conlleva el enfrentamiento con los no combatientes que son  la inmensa mayoría de la población.

El sufrimiento del pueblo ucraniano es inimaginable y francamente llena de tristeza, porque vemos impotentes destrucciones masivas de fanáticos e intransigentes que han optado por la violencia, tachando de agresivos a los que son sus víctimas. Ante el ataque violento, injusto y mortífero, hay que posicionarse siempre a favor del agredido. No en vano, el papa Francisco, clamaba recientemente contra la guerra, subrayando que  “quien hace la guerra olvida la humanidad, no mira la vida concreta de las personas, sino que coloca delante todos los intereses del poder, se confía a la lógica diabólica de las armas que es la más alejada de la voluntad de Dios y se distancia de la gente común que quiere la paz. En cada conflicto la gente corriente es la verdadera victima que paga con su piel la locura de la guerra”. Es necesario que en las zonas asediadas y bombardeadas se abran urgentemente corredores humanitarios, pues son los ancianos, los niños, las madres quienes padecen especialmente ese sufrimiento.

Los amantes de la paz hemos de implorar con confianza, aunque seamos conscientes de nuestra impotencia para modificar el rumbo de los acontecimientos. Pero no podemos olvidar tampoco, al menos los cristianos, que Dios es Señor de la historia y que la paz es un don y una tarea que se nos encomienda.

Hace años, contemplaba una pintada anarquista en un mural, que decía así: «aunque todo esté perdido siempre queda molestar». Uno, que tiene algo de provocador, simplemente lo traducía por este otro: aunque todo esté perdido, siempre queda rezar. Sí, a veces, solo cabe el recurso de implorar; que muchos amenes al cielo llegan. Este es nuestro caso hoy y ahora, en este tiempo aciago que nos toca vivir. Pues pacificar los corazones, y más después de la barbarie, no es tarea sencilla: se necesita tiempo y una gran capacidad de perdón; pero si cada uno lo intenta en su propio ambiente, con los que están a nuestro lado, comenzamos a enderezar lo torcido.

Pedro López, en levante-emv.com/

  • Anterior
  • Siguiente

Colabora con Almudi

Quiero ayudar
ARTÍCULOS
  • ¿Por qué el hombre occidental se odia a sí mismo?
    Rémi Brague
  • El concilio ecuménico Vaticano II: características de la recepción de un concilio singular (VaticanoII_II)
    Joaquín Perea González
  • El concilio ecuménico Vaticano II: características de la recepción de un concilio singular (I)
    Joaquín Perea González
  • La inculturación de la fe, desafío para una educación cristiana de calidad
    José María Barrio Maestre
  • Catolicismo y conquista del nuevo mundo. Función, apogeo y decadencia
    Felipe Pérez Valencia
  • El problema de la debilidad del espíritu
    Rafael Alvira
  • La ignorancia responsable en Aristóteles
    Mario Spangenberg Bolívar
  • EL VALOR DE LA AMISTAD EN LA VIDA DEL HOMBRE La libertad de ser uno mismo con el otro
    Melisa Brioso, Blanca Llamas, Teresa Ozcáriz, Arantxa Pérez-Miranda Alejandra Serrano
  • La guerra de Rusia contra Ucrania: ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
    Javier Morales Hernández
  • El deseo en la cultura de la seducción
    Manuel Cruz Ortiz de Landázuri
  • Tolkien, maestro de la esperanza
    Benigno Blanco Rodríguez
  • La educación democrática en el contexto de la deliberación y el agonismo político
    Sergio Luis Caro Arroyo
  • La Virgen María y el culto mariano en el arte y la literatura de la España de la edad de plata
    Javier García-Luengo Manchado
  • La Asunción de María
    José Ignacio Munilla
  • La familia de Dios padre: la fraternidad de los hijos de Dios
    Jean-Louis Brugues
MÁS ARTÍCULOS

Copyright © Almudí 2014
Asociación Almudí, Pza. Mariano Benlliure 5, entresuelo, 46002, Valencia. España

  • Aviso legal
  • Política de privacidad