Almudi.org
  • Inicio
  • Libros
  • Películas
    • Estrenos de CINE
    • Estrenos de DVD - Streaming
    • Series de TV
  • Recursos
    • Oración y predicación
    • La voz del Papa
    • Infantil
    • Documentos y libros
    • Opus Dei
    • Virtudes
    • Kid's Corner
  • Liturgia
    • Misal Romano
    • Liturgia Horarum
    • Otros Misales Romanos
    • Liturgia de las Horas
    • Calendario Liturgico
    • Homilías de Santa Marta
  • Noticias
  • Almudi
    • Quiénes somos
    • Enlaces
    • Voluntariado
    • Diálogos de Teología
    • Biblioteca Almudí
  • Contacto
    • Consultas
    • Colabora
    • Suscripciones
    • Contactar
  • Buscador
  • Noticias
  • No es razón para casarse

No es razón para casarse

  • Imprimir
  • PDF
Escrito por José María Contreras Luzón
Publicado: 30 Mayo 2025

Un noviazgo que solo se basa en la sexualidad no es una relación de novios, sino una relación de amantes. Si no hay sexo, no hay relación. ¿Y cómo saber si un noviazgo está basado en el sexo?

Una de las razones por la que muchas veces falla el matrimonio está relacionada con que el noviazgo no ha sido el adecuado para averiguar si uno puede compartir su vida afectiva con una determinada persona. La afectividad y la sexualidad tienen un papel importante en ello.

Muchas personas compaginan un noviazgo con una carencia de hábitos afectivos y una sobreabundancia de sexualidad que hacen imposible el conocimiento real del otro.

Un noviazgo que solo se basa en la sexualidad no es una relación de novios, sino una relación de amantes. Si no hay sexo, no hay relación. ¿Cómo saber si un noviazgo está basado en el sexo?

Pídele al otro dejar de tener relaciones hasta que os caséis.

Si te dice de dejar el compromiso, es una señal de que esa relación está basada en el sexo: si desaparece este, la relación se acaba.

Por otra parte, la pornografía está haciendo que muchas relaciones se desarrollen en un ambiente donde es difícil que crezca un amor sano. Una persona que vea contenidos pornográficos de forma habitual está incapacitada para llevar un noviazgo.

El conocimiento del otro y la evaluación de la posibilidad de compartir mi vida con él estarán muy nublados por la desasosegante ansiedad que genera la pornografía.

Además, si no se deja esa costumbre, termina en adicción en poco tiempo. Se pierde la libertad para dejarlo. Lo cual quiere decir que se pierde la voluntad.

El órgano del amor es la voluntad. Una persona sin voluntad no puede amar. Véase en una persona con demencia.

La adicción a la pornografía, según muchos científicos, hace perder la capacidad de amar.

La sexualidad mal vivida, obsesiona, descentra, imposibilita para la ternura y la delicadeza, tan necesarias en una relación de pareja. Hace imposible ver la relación proyectada en el futuro. La pornografía centra el noviazgo en la sexualidad.

Es verdad, que las mujeres ven menos pornografía que los hombres. La visión de esas imágenes les puede resultar molesta. La mujer no se excita con la vista.

Pero también es verdad que, a pesar de ello, un alto porcentaje también la ven, aunque quizás sean más proclives a la pornografía escrita, al relato pornográfico. Tienden a no darle la importancia que tiene que su novio vea pornografía, lo cual es un error grande.

Así nos encontramos con muchos noviazgos focalizados en la sexualidad. Muchas veces se intenta mejorar la relación de pareja. Dar más dignidad a su noviazgo. En muchos casos es tarde.

La pornografía lleva a las relaciones sexuales y a la infidelidad muy fácilmente. Genera relaciones muy poco maduras, focalizadas solamente en los sentidos y las emociones.

Son noviazgos en los que el compromiso es solamente un estado de ánimo positivo. No pueden durar.

La vida es compleja, necesita otras agarraderas más fuertes. No olvidemos que todo lo que emocionalmente se crea, emocionalmente se destruye. Son vidas veleta llevadas por la variabilidad del estado de ánimo.

Del cual, del estado de ánimo, uno no es dueño, al no serlo, el compromiso se hace imposible.

No es fácil reconducir una pareja en la que se ha vivido la sexualidad sin un cierto control. El sexo ata de manera indiscriminada. Si no se consigue el cambio de comportamientos, hay que saber desatarse.

Aunque cueste.

Estar enamorado, en un caso como el que venimos diciendo, no es razón para casarse.

José María Contreras Luzón en eldebate.com

  • Anterior
  • Siguiente

Colabora con Almudi

Quiero ayudar
ARTÍCULOS
  • El hombre como relación a Dios según Kierkegaard
    Juan F. Sellés
  • El juicio final en la teología de santo Tomás de Aquino
    Leo Elders
  • La «cooperación orgánica» del sacerdocio común y del sacerdocio ministerial en las Prelaturas personales
    José R. Villar
  • Eucaristía y sacerdocio
    Fernando Ocáriz
  • La Pedagogía del Amor y la Ternura: Una Práctica Humana del Docente de Educación Primaria
    César Enrique López Arrillaga
  • Mons. Álvaro del Portillo y el Concilio Vaticano
    Card. Julián Herranz
  • Una nueva primavera para la Iglesia
    Benedictus.XVI
  • El mensaje y legado social de san Josemaría a 50 años de su paso por América
    Mariano Fazio
  • El pecado: Negación consciente, libre y responsable al o(O)tro una interpretación desde la filosofía de Byung-Chul Han
    Juan Pablo Espinosa Arce
  • El culto a la Virgen, santa María
    Gaspar Calvo Moralejo
  • Ecumenismo y paz
    José Carlos Martín de la Hoz
  • Verdad y libertad I
    Eudaldo Forment
  • La razón, bajo sospecha. Panorámica de las corrientes ideológicas dominantes
    Benigno Blanco
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis IV
    Mª Dolores Odero
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis III
    Mª Dolores Odero
MÁS ARTÍCULOS

Copyright © Almudí 2014
Asociación Almudí, Pza. Mariano Benlliure 5, entresuelo, 46002, Valencia. España

  • Aviso legal
  • Política de privacidad