vaticaninsider.lastampa.it (Entrevista de Andrea Tornielli)
«Estoy más convencido que nunca, y he tenido tantos ejemplos ante mis ojos durante estos meses de que el elemento fundamental para la nueva evangelización es el testimonio personal…».
El arzobispo Rino Fisichella ha trabajado desde hace un año para hacer que nazca el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, el nuevo dicasterio que quería Benedicto XVI. Tras haber reunido a los integrantes de la primera ‘plenaria’, Fisichella ha echado a andar una iniciativa que involucra a 12 metrópolis del Viejo continente.
¿Cómo nació la idea?
Pensamos echar a andar la nueva evangelización desde las grandes metrópolis. Para los que nos seguirán (gracias al trabajo común que han empezado los arzobispos de Barcelona, Esztergom-Budapest, Mechelen-Bruselas, Bublín, Colonia, Lisboa, Liverpool, París, Turín, Varsovia y Viena —ciudades que comparten problemas similares relacionados con la secularización—), hemos identificado un camino por recorrer juntos. Para sostenernos los unos a los otros. Esperamos que se extienda a otras ciudades y a otras diócesis.
¿Puede explicarnos de qué se trata, exactamente?
Se trata, sobre todo, de un proyecto a largo plazo, que se centra en la formación. Hay que insistir en la formación de los seminaristas, de los laicos, de los catequistas, para ayudarlos a ser cada vez más conscientes de los retos de nuestro tiempo y de la urgencia de una respuesta. Luego, hay también una iniciativa más específica, que prevé algunas señales y que pondrá al centro de las actividades las catedrales de las ciudades involucradas.
¿Por qué habéis decidido partir de la catedral?
Es el lugar en donde la Iglesia genera la fe, es el lugar en donde se encuentra la cátedra del obispo, que es el primer evangelizador. Por eso hemos pensado empezar desde las catedrales...
¿Qué se hará concretamente?
Pondremos al centro la Palabra de Dios, con una lectura continua del Evangelio de Marcos, por dos o tres horas. Y habrá un momento de catequesis dirigido por el obispo. Otro elemento importante será el sacramento de la reconciliación.
¿Qué tiene que ver la confesión con la nueva evangelización?
Tiene que ver. Queremos volver a poner en el corazón de las actividades pastorales el sacramento de la confesión, porque en ella, en el encuentro con Dios misericordioso que abre los brazos, que acoge y perdona, las mujeres y los hombres vuelven a encontrarse a sí mismos verdaderamente. Se reencuentran verdaderamente acogidos y amados, todo lo contrario de lo que sucede con toda la cultura ilusoria que nos circunda, y que, tras habernos atraído con sus imágenes y sus promesas de felicidad, nos deja siempre desilusionados. Por ello, junto al sacramento de la reconciliación, difundiremos otro gesto cultural y espiritual al mismo tiempo: la lectura de pasajes de las Confesiones de San Agustín.
Un hombre atormentado, que se identificaba con el libertinaje que caracterizaba muchos ambientes de su tiempo y que, al final, cambió de vida al encontrar a Dios...
Su historia es un ejemplo muy interesante para nosotros. Creo que muchos hombres y muchas mujeres de la Europa secularizada, más allá de las apariencias, están buscando, están esperando una respuesta, están aspirando a la plenitud y a la felicidad.
¿Cómo se puede volver hoy a evangelizar a una sociedad que parece impermeable al mensaje cristiano?
Estoy más convencido que nunca, y he tenido tantos ejemplos ante mis ojos durante estos meses de que el elemento fundamental para la nueva evangelización es el testimonio personal. Lo que necesita el hombre de hoy es ver y encontrar a hombres y mujeres que han dejado que Dios les iluminara los corazones y las mentes, que siguen a Jesucristo y que lo atestiguan, en la vida cotidiana, en cualquier circunstancia, con sus vivencias más que con sus palabras; que muestran que existe la posibilidad de dar un sentido a la propia vida. La fe se ha transmitido desde siempre, durante dos mil años, mediante el encuentro personal. Hay que volver a entusiasmar y hay que volver a ofrecer un profundo sentimiento de identidad y de pertenencia a las comunidades cristianas. El testimonio de la fe se da de persona en persona, pero no estamos solos en este camino.
¿El Papa apoya esta iniciativa?
Cuando le hablé de ella se quedó muy entusiasmado, y la sostiene con fuerza.
Verdad y libertad |
El Magisterio Pontificio sobre el Rosario y la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae |
El marco moral y el sentido del amor humano |
¿Qué es la Justicia Restaurativa? |
“Combate, cercanía, misión” (6): «Más grande que tu corazón»: Contrición y reconciliación |
Combate, cercanía, misión (5): «No te soltaré hasta que me bendigas»: la oración contemplativa |
Combate, cercanía, misión (4) «No entristezcáis al Espíritu Santo» La tibieza |
Combate, cercanía, misión (3): Todo es nuestro y todo es de Dios |
Combate, cercanía, misión (2): «Se hace camino al andar» |
Combate, cercanía, misión I: «Elige la Vida» |
La intervención estatal, la regulación económica y el poder de policía II |
La intervención estatal, la regulación económica y el poder de policía I |
El trabajo como quicio de la santificación en medio del mundo. Reflexiones antropológicas |
El islam regresa a España |
El trabajo como agente de la transformación social según san Josemaría |