Almudi.org
  • Inicio
  • Libros
  • Películas
    • Estrenos de CINE
    • Estrenos de DVD - Streaming
    • Series de TV
  • Recursos
    • Oración y predicación
    • La voz del Papa
    • Infantil
    • Documentos y libros
    • Opus Dei
    • Virtudes
    • Kid's Corner
  • Liturgia
    • Misal Romano
    • Liturgia Horarum
    • Otros Misales Romanos
    • Liturgia de las Horas
    • Calendario Liturgico
    • Homilías de Santa Marta
  • Noticias
  • Almudi
    • Quiénes somos
    • Enlaces
    • Voluntariado
    • Diálogos de Teología
    • Biblioteca Almudí
  • Contacto
    • Consultas
    • Colabora
    • Suscripciones
    • Contactar
  • Buscador
  • Noticias
  • Un libro imborrable del siglo XX

Un libro imborrable del siglo XX

  • Imprimir
  • PDF
Escrito por Jaime Nubiola
Publicado: 13 Marzo 2015
Almudi.org - Un libro imborrable del siglo XX
Cuando veo los muros que protegen los países ricos de sus vecinos pienso siempre en este libro

El lector no puede reprimir las lágrimas al caer en la cuenta de que aquel horror puede volver a repetirse

Mi buen amigo Joseluís González me pidió para la revista Nuestro Tiempo un comentario de 3.000 caracteres con espacios sobre un libro imborrable del siglo XX. Mi maestro Alejandro Llano en el número anterior había escrito sobre El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad. Yo me decidí por Si esto es un hombre de Primo Levi. Acaba de aparecer en Nuestro Tiempo, nº 686, invierno 2015, p. 89 y aquí lo reproduzco [con algunas ilustraciones].

“Tuve la suerte de no ser deportado a Auschwitz hasta 1944″. Así comienza el lúcido testimonio del químico piamontés Primo Levi (1919-1987), de origen judío sefardí. En este libro Levi describe su captura por la milicia fascista en diciembre de 1943, su traslado en tren a Auschwitz en febrero de 1944 y su asignación al campo de trabajo de Monowitz, donde cerca de diez mil prisioneros construían una fábrica de goma. Al despertar el primer día en el campo, “por primera vez nos damos cuenta de que nuestra lengua no tiene palabras para expresar esta ofensa, la destrucción de un hombre. En un instante, con intuición casi profética, se nos ha revelado la realidad: hemos llegado al fondo. Más bajo no puede llegarse” (p. 20).

La suerte era que el gobierno alemán había decidido prolongar la vida media de los prisioneros ante la escasez de mano de obra. Levi sería asignado al laboratorio de la fábrica y en enero de 1945 vería entrar el ejército ruso en el campo. En total, once meses que va describiendo con trazos rápidos y significativos, sin apenas añadir valoraciones: “Este libro mío, por lo que se refiere a detalles atroces, no añade nada a lo ya sabido por los lectores de todo el mundo (…). No lo he escrito con intención de formular nuevos cargos; sino más bien de proporcionar documentación para un estudio sereno de algunos aspectos del alma humana” (p. 7).

En los últimos años he leído docenas de testimonios del Holocausto. Me parece que Levi es la voz más penetrante de todos ellos. Comenzó a redactar este libro allí: “Apenas me sustraigo por la mañana a la rabia del viento y traspaso el umbral del laboratorio (…), el dolor del recuerdo, la vieja y feroz desazón de sentirme hombre, me asalta como un perro en el instante en que la conciencia emerge de la oscuridad. Entonces tomo el lápiz y el cuaderno y escribo aquello que no sabría decirle a nadie” (p. 153).

Lo completó pocos meses después de su regreso. Con el paso de los años añadiría dos volúmenes más, La tregua (1963) y Los hundidos y los salvados (1986), publicados conjuntamente como Trilogía de Auschwitz. En el prólogo a esta edición escribe Muñoz Molina: “Casi nadie ha contado el infierno con tanta claridad y hondura como Primo Levi: casi nadie, al menos en el sombrío siglo en el que vivió, ha resaltado como él la sagrada dignidad de la vida, el impulso de inteligencia y piedad que incluso en medio del horror nos da la oportunidad de seguir siendo plenamente humanos”.

El lector de Si esto es un hombre no puede reprimir las lágrimas al caer en la cuenta de que aquel horror puede volver a repetirse. A juicio de Levi, brota de la convicción −como una infección latente en el fondo de tantas almas− de que todo extranjero es un enemigo. Cuando veo los muros que protegen los países ricos de sus vecinos −sea entre Estados Unidos y México o entre Israel y Palestina, sea los pobres subsaharianos encaramados en las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla reforzadas con cuchillas− pienso siempre en este libro.

Jaime Nubiola

 

  • Anterior
  • Siguiente

Colabora con Almudi

Quiero ayudar
ARTÍCULOS
  • Aprender a amar: amor y libertad
    Teresa Cid
  • Cristo hombre perfecto. Naturaleza y gracia en la Persona Divina de Cristo
    Ignacio Andereggen
  • Revolución de la ternura: un nuevo paradigma eclesial en el pontificado de Francisco
    Amparo Alvarado Palacios
  • La confesión sacramental, un camino de libertad y de amor a Dios
    Redaccion opusdei.org
  • El hombre como relación a Dios según Kierkegaard
    Juan F. Sellés
  • El juicio final en la teología de santo Tomás de Aquino
    Leo Elders
  • La «cooperación orgánica» del sacerdocio común y del sacerdocio ministerial en las Prelaturas personales
    José R. Villar
  • Eucaristía y sacerdocio
    Fernando Ocáriz
  • La Pedagogía del Amor y la Ternura: Una Práctica Humana del Docente de Educación Primaria
    César Enrique López Arrillaga
  • Mons. Álvaro del Portillo y el Concilio Vaticano
    Card. Julián Herranz
  • Una nueva primavera para la Iglesia
    Benedictus.XVI
  • El mensaje y legado social de san Josemaría a 50 años de su paso por América
    Mariano Fazio
  • El pecado: Negación consciente, libre y responsable al o(O)tro una interpretación desde la filosofía de Byung-Chul Han
    Juan Pablo Espinosa Arce
  • El culto a la Virgen, santa María
    Gaspar Calvo Moralejo
  • Ecumenismo y paz
    José Carlos Martín de la Hoz
MÁS ARTÍCULOS

Copyright © Almudí 2014
Asociación Almudí, Pza. Mariano Benlliure 5, entresuelo, 46002, Valencia. España

  • Aviso legal
  • Política de privacidad