Espejito mágico

Higinio Marín

La vanidad es una especie de orgullo infantilizado, un chocheo del yo cargante y untuoso, pero que merece más condescendencia que reprobación

Felicidad y salvación

Ramiro Pellitero

Precisamente porque el hombre no se perfecciona ni se salva de modo individualista ni desencarnado, Cristo quiso la salvación por la mediación de la Iglesia y en comunión con ella

Francisco: 5 años, 5 grandes (y pequeños) gestos

romereports.com

De un Papa dicen mucho sus grandes escritos y homilías. También dice mucho qué ha hecho en la esfera internacional y dentro del Vaticano, como Francisco, con la reforma de la Curia

Mi jornada laboral

Kika Tomás

Mi principal jornada laboral ha estado marcada por ser madre y ahora, abuela de familia numerosa. ¿Qué quieren que les diga?… ¡Que sigue mereciendo la pena!… Pueden preguntar a mi ‘socio’

La dependencia de los videojuegos es declarada enfermedad por la OMS

Lucrezia Scotellaro

No hay que demonizarlos, sino más bien saber usarlos; el verdadero desafío no es prohibir sino educar

¿Es la ‘Humanae Vitae’ imposible de cumplir?

Jokin de Irala

La reflexión de un miembro de la Pontificia Academia por la Vida sobre la vigencia de la encíclica de Pablo VI, a 50 años de su publicación

Optimismo a pesar de todo

Enrique Rojas

Es un misterio cómo algunas personas parecen inmunes al desastre, al contratiempo, a las dificultades, mientras que otras se ahogan en un vaso de agua

Cristianos de Irak rezan por Occidente

Javier Menéndez Ros

“Estamos muy preocupados por vosotros, estamos preocupados por vuestra fe y rezamos por vosotros”

‘Dejémonos amar y purificar por el amor gratuito de Dios’

Francisco

El Santo Padre ha presidido hoy la Celebración Penitencial, en el marco de la Jornada “24 Horas para el Señor”, organizado por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización

La doctrina social de la Iglesia está más cerca de la globalización que de los populismos

Salvador Bernal

La primacía de la persona, núcleo de la doctrina social de la Iglesia, no comporta ningún individualismo, porque afirma a la vez el carácter social y solidario de la condición humana