Almudi.org
  • Inicio
  • Libros
  • Películas
    • Estrenos de CINE
    • Estrenos de DVD - Streaming
    • Series de TV
  • Recursos
    • Oración y predicación
    • La voz del Papa
    • Infantil
    • Documentos y libros
    • Opus Dei
    • Virtudes
    • Kid's Corner
  • Liturgia
    • Misal Romano
    • Liturgia Horarum
    • Otros Misales Romanos
    • Liturgia de las Horas
    • Calendario Liturgico
    • Homilías de Santa Marta
  • Noticias
  • Almudi
    • Quiénes somos
    • Enlaces
    • Voluntariado
    • Diálogos de Teología
    • Biblioteca Almudí
  • Contacto
    • Consultas
    • Colabora
    • Suscripciones
    • Contactar
  • Buscador
  • Noticias antiguas
  • Es bueno que tú existas

Noticias antiguas

Es bueno que tú existas

  • Imprimir
  • PDF
No estamos ante una cortina de humo. Estamos ante un proyecto de abolición de la persona

Gaceta de los Negocios

El Ministerio de Sanidad se propone regular durante esta legislatura el suicidio asistido, es decir, la eutanasia, o, si se prefiere huir del eufemismo, el asesinato consentido. Cualquier enfermo podrá exigir que se ponga fin a su vida. A tal efecto mortuorio, se creará una comisión de expertos, que corroborará las tesis del Gobierno que lo nombró.

El ministro ha declarado: “esta sociedad es moderna y está preparada” para el debate. Y si no lo está, ya será convenientemente adiestrada. El aborto y la eutanasia van de la mano. Si hay un derAlmudi.org - Ignacio Sánchez Cámaraecho a matar, ¿cómo no va a haber un derecho a morir? Así como existe una bioética y un bioderecho, también tendremos una “tanatoética” y un “tanatoderecho”. Ética y Derecho de la muerte.

Uno de los momentos más patéticos de las declaraciones periodísticas del ministro Soria fue en el que afirmó: “La batalla contra la muerte no la vamos a ganar, pero la batalla contra el dolor, sí”. Al parecer, matando a quien empiece a sufrir. Una ley no puede suprimir el dolor; eso sólo puede hacerlo el amor. No hay desvarío contemporáneo que no invoque, en vano, el nombre del progreso. La eutanasia no es un fin ideal que se encuentre en el futuro. Pertenece, como la esclavitud, a un pasado (aunque no del todo) superado, que se resiste a desaparecer.

Hace unos meses, concretamente el pasado 12 de marzo, publicaba Ignacio García de Leániz un magistral artículo en estas páginas de Opinión de La Gaceta, titulado Al rescate del tesoro “mar adentro”, en el que pronosticaba, a partir de la presencia gubernamental en el estreno de Mar Adentro en septiembre de 2004, este asalto a la ciudadela de la persona en que consiste la eutanasia.

Y oponía la película española, la pasmosa La escafandra y la mariposa, de Julian Schnabel, basada en el testimonio personal redactado por Jean-Dominique Bauby, quien fuera redactor-jefe de la revista Elle. A los 43 años, en plena madurez y éxito profesional, sufrió una hemorragia cerebral que lo dejó inmovilizado de por vida en una cama. Su empeño personal y el de su equipo médico consiguieron que se comunicara a través de un código binario, utilizando el parpadeo de un ojo. No sólo logró sobrevivir, sino también, de este modo, redactar sus memorias. Es sólo un ejemplo, pero heroico y perdurable.

No estamos ante una cortina de humo o ante un debate ficticio o interesado electoralmente. Estamos ante un proyecto de abolición de la persona. Cuando ya no queden personas, la tarea del socialismo será fácil, imparable. El sufrimiento del enfermo muchas veces no proviene tanto de su mal, como de la soledad, de la falta de estima. El entorno clínico de Bauby restauró su autoestima mediante el mensaje: “Es bueno que tú existas”. Nadie a quien se le transmita ese mensaje, deseará acabar con su vida. A partir de esta experiencia, comenzó a restaurar su vida afectiva, a comunicarse con sus familiares, a querer y a ser querido. Es decir, a querer vivir.

Sólo quien está absolutamente desesperado desea morir. Y alguien que ama y es amado nunca está absolutamente desesperado. Lo terrible de la eutanasia no es tanto su legalización, como el hecho de que alguien opte por la muerte, es decir, que alguien no consiga convencerse de que, a pesar de todo, es bueno que exista.

Colabora con Almudi

Quiero ayudar
ARTÍCULOS
  • La «cooperación orgánica» del sacerdocio común y del sacerdocio ministerial en las Prelaturas personales
    José R. Villar
  • Eucaristía y sacerdocio
    Fernando Ocáriz
  • La Pedagogía del Amor y la Ternura: Una Práctica Humana del Docente de Educación Primaria
    César Enrique López Arrillaga
  • Mons. Álvaro del Portillo y el Concilio Vaticano
    Card. Julián Herranz
  • Una nueva primavera para la Iglesia
    Benedictus.XVI
  • El mensaje y legado social de san Josemaría a 50 años de su paso por América
    Mariano Fazio
  • El pecado: Negación consciente, libre y responsable al o(O)tro una interpretación desde la filosofía de Byung-Chul Han
    Juan Pablo Espinosa Arce
  • El culto a la Virgen, santa María
    Gaspar Calvo Moralejo
  • Ecumenismo y paz
    José Carlos Martín de la Hoz
  • Verdad y libertad I
    Eudaldo Forment
  • La razón, bajo sospecha. Panorámica de las corrientes ideológicas dominantes
    Benigno Blanco
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis IV
    Mª Dolores Odero
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis III
    Mª Dolores Odero
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis II
    Mª Dolores Odero
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis I
    Mª Dolores Odero
MÁS ARTÍCULOS

Copyright © Almudí 2014
Asociación Almudí, Pza. Mariano Benlliure 5, entresuelo, 46002, Valencia. España

  • Aviso legal
  • Política de privacidad