Almudi.org
  • Inicio
  • Libros
  • Películas
    • Estrenos de CINE
    • Estrenos de DVD - Streaming
    • Series de TV
  • Recursos
    • Oración y predicación
    • La voz del Papa
    • Infantil
    • Documentos y libros
    • Opus Dei
    • Virtudes
    • Kid's Corner
  • Liturgia
    • Misal Romano
    • Liturgia Horarum
    • Otros Misales Romanos
    • Liturgia de las Horas
    • Calendario Liturgico
    • Homilías de Santa Marta
  • Noticias
  • Almudi
    • Quiénes somos
    • Enlaces
    • Voluntariado
    • Diálogos de Teología
    • Biblioteca Almudí
  • Contacto
    • Consultas
    • Colabora
    • Suscripciones
    • Contactar
  • Buscador
  • Noticias antiguas
  • Los valores dislocados

Noticias antiguas

Los valores dislocados

  • Imprimir
  • PDF
Es necesaria una reforma legal, pero mucho más una reforma educativa y moral

Gaceta de los Negocios

El aumento de los crímenes pasionales (o, para sucumbir a la ideología, de la violencia de género) y, sobre todo, de las violaciones perpetradas por adolescentes sobre adolescentes, han creado un ambiente de alarma social y un debate jurídico y, en algún caso, moral.

Algo fundamental lleva tiempo fallando. Siempre ha existido lo perverso y lo patológico. La diferencia es que lo que antes quedaba recluido en la marginalidad, ahora incrementa su número y su presencia en la vida social. Existen ahora más casos y, sobre todo, afectan con muchaAlmudi.org - Ignacio Sánchez Cámara mayor frecuencia a menores de edad.

Opiniones sensatas se manifiestan a favor de una reforma penal, especialmente de la Ley del Menor, y de un endurecimiento de las penas, acompañado de una reducción de la mayoría de edad penal. Los argumentos que se oponen, invocando la inconveniencia de “legislar en caliente”, son muy débiles.

Por un lado, la frecuencia de los delitos dificulta la posibilidad de la “legislación en frío”. Por otro, el proceso legislativo lleva su tiempo y sus requisitos, que impiden hablar de precipitación. Aparte de que a los legisladores cabe presuponerles, aunque no sea evidente, sensatez para no dejarse llevar por la pasión. Lynch no se sienta, que sepamos, en el palacio de la carrera de San Jerónimo.

Otra cosa es que la reforma penal sea suficiente, que no lo es. El Derecho penal es siempre un último recurso paliativo. A veces, carece de eficacia. Hay que distinguir entre delitos. En unos, el endurecimiento de las penas posee eficacia preventiva; en otros, no, o muy escasa.

Este último parece ser el caso de los delitos pasionales y sexuales. No está probado que penas máximas como la capital o la cadena perpetua produzcan la reducción de la comisión de determinados delitos. No obstante, la impunidad o la extrema debilidad penal siempre serán aliadas de la delincuencia.

Pero, si no me equivoco, la raíz del problema no reside fundamentalmente en el ámbito jurídico, sino en el moral, es decir, en el educativo. Si la línea que separa el bien del mal se vuelve relativa, inexistente o porosa; si el supremo bien es el logro del propio placer o, en el menos malo de los malos casos, del placer de la mayoría; si la persona posee derechos pero no deberes; si el hombre pretende erigirse en la realidad suprema; entonces, los límites a la arbitrariedad (que no libertad) se desvanecen.

Una profunda verdad encierran las palabras del personaje de Dostoievsky: “Si Dios no existe, todo está permitido”. No creo que la cultura progre sea absolutamente dominante, pero sí que está muy extendida y está haciendo un gran daño. Muchos “progresistas” lamentan lo que sucede, mientras favorecen todo lo que hace posible el mal que lamentan, y repudian lo que sería su remedio natural. Siempre se recoge lo que se siembra.

De una ética mínima hemos pasado a una ética nula. No es que los valores sean despreciados. Sólo los perversos eligen los contravalores por sí mismos. En la mayoría de los casos, lo que sucede es que se prefieren los valores inferiores a los superiores (por ejemplo, el placer a la justicia). No se trata, pues, tanto de que los valores anden dislocados. La que anda dislocada es su jerarquía natural.

Es necesaria una reforma legal. Pero mucho más lo es una profunda reforma educativa y moral. El progresismo quiere salir del pozo, como el célebre barón del cuento, tirándose de los pelos. Acabará por quedarse calvo, pero nunca saldrá del pozo.

Colabora con Almudi

Quiero ayudar
ARTÍCULOS
  • Eucaristía y sacerdocio
    Fernando Ocáriz
  • La Pedagogía del Amor y la Ternura: Una Práctica Humana del Docente de Educación Primaria
    César Enrique López Arrillaga
  • Mons. Álvaro del Portillo y el Concilio Vaticano
    Card. Julián Herranz
  • Una nueva primavera para la Iglesia
    Benedictus.XVI
  • El mensaje y legado social de san Josemaría a 50 años de su paso por América
    Mariano Fazio
  • El pecado: Negación consciente, libre y responsable al o(O)tro una interpretación desde la filosofía de Byung-Chul Han
    Juan Pablo Espinosa Arce
  • El culto a la Virgen, santa María
    Gaspar Calvo Moralejo
  • Ecumenismo y paz
    José Carlos Martín de la Hoz
  • Verdad y libertad I
    Eudaldo Forment
  • La razón, bajo sospecha. Panorámica de las corrientes ideológicas dominantes
    Benigno Blanco
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis IV
    Mª Dolores Odero
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis III
    Mª Dolores Odero
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis II
    Mª Dolores Odero
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis I
    Mª Dolores Odero
  • En torno a la ideología de género
    Benigno Blanco
MÁS ARTÍCULOS

Copyright © Almudí 2014
Asociación Almudí, Pza. Mariano Benlliure 5, entresuelo, 46002, Valencia. España

  • Aviso legal
  • Política de privacidad