Almudi.org
  • Inicio
  • Libros
  • Películas
    • Estrenos de CINE
    • Estrenos de DVD - Streaming
    • Series de TV
  • Recursos
    • Oración y predicación
    • La voz del Papa
    • Infantil
    • Documentos y libros
    • Opus Dei
    • Virtudes
    • Kid's Corner
  • Liturgia
    • Misal Romano
    • Liturgia Horarum
    • Otros Misales Romanos
    • Liturgia de las Horas
    • Calendario Liturgico
    • Homilías de Santa Marta
  • Noticias
  • Almudi
    • Quiénes somos
    • Enlaces
    • Voluntariado
    • Diálogos de Teología
    • Biblioteca Almudí
  • Contacto
    • Consultas
    • Colabora
    • Suscripciones
    • Contactar
  • Buscador
  • Noticias antiguas
  • La misa, una cuestión de amor

Noticias antiguas

La misa, una cuestión de amor

  • Imprimir
  • PDF
Entrevista a Mons. Javier Echevarría, Prelado del Opus Dei

ZENIT.org (Entrevista de Jesús Colina)

La Santa Misa es una cuestión de amor, responde monseñor Javier Echevarría, prelado del Opus Dei, cuando se le pide un consejo para todos aquellos que alguna vez se han aburrido en la celebración eucarística.

A este sacramento, monseñor Echevarría, que junto a monseñor Álvaro del Portillo fue la persona más cercana a san Josemaría Escrivá de Balaguer, dedica su último libro, que Almudi.org - Mons. Javier Echevarría, Prelado del Opus Deilleva por título Vivir la Santa Misa (RIALP, 2010, 196 páginas).

Monseñor Echevarría, miembro de la Congregación vaticana para las Causas de los Santos y del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica, consultor de la Congregación vaticana para el Clero y miembro honorario de la Academia Pontificia de Santo Tomás de Aquino, busca con este libro redescubrir el amor a la Eucaristía, “que debe ser el centro de nuestra vida”, según explica en esta entrevista concedida a ZENIT.

¿Qué recomendaría a los católicos que dicen que se “aburren” en misa?

Yo les recomendaría que participaran con sinceridad en la misa, buscando y amando a Jesús. Escribió san Josemaría en Camino: “La Misa es larga, dices, y añado yo: porque tu amor es corto”.

No hay que dar demasiada importancia al sentimiento: entusiasmo o apatía, ganas o desgana. La misa es sacrificio: Cristo se entrega por amor. Es una acción de Dios, y no podemos captar plenamente su grandeza, por nuestra condición limitada de criaturas. Pero hemos de hacer el esfuerzo no sólo de estar en misa, sino de vivir la misa en unión con Cristo y con la Iglesia.

¿Cuándo descubrió usted el misterio que esconde y revela la Eucaristía?

Gracias a Dios, procuro redescubrirlo todos los días: en la liturgia de la palabra —que ayuda a mantener la conversación con Dios durante la jornada— y en la liturgia eucarística. Deberíamos admirarnos siempre de nuevo ante esa realidad que nos supera, pero en la que el Señor nos permite participar, mejor dicho, nos invita a participar.

En la misa no sólo se cumple una comunicación descendente del don redentor de Dios, sino también una mediación ascendente, ofrecimiento del hombre a Dios: su trabajo y sus padecimientos, sus penas y sus alegrías, todo eso unido a Cristo: por Él, con Él y en Él. No puedo callar que ver cómo San Josemaría celebraba el Santo Sacrificio me produjo un serio impacto, al contemplar cómo era su devoción eucarística diaria.

Remueve hondamente la consideración de que en la presentación de las ofrendas, el sacerdote pide a Dios que acoja el pan y el vino, que son “fruto de la tierra (o de la vid) y del trabajo de los hombres”. En cualquier circunstancia puede el hombre ofrecer su trabajo a Dios, pero en la misa esa ofrenda alcanza su pleno sentido y valor, porque Cristo la une a su sacrificio, que ofrece al Padre por la salvación de los hombres.

Cuando la misa es el centro y la raíz de la jornada del cristiano, cuando todo su quehacer está orientado al sacrificio eucarístico, se puede afirmar que todo su día es una misa y que su lugar de trabajo es un altar, donde se entrega plenamente a Dios como amado hijo suyo.

Benedicto XVI, en su pontificado, está impulsando un redescubrimiento de la inmensidad de este Sacramento. ¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de las palabras o gestos del Papa sobre la Eucaristía?

Me parece especialmente importante, en estos momentos, su insistencia en que la liturgia es acción de Dios y, como tal, es recibida en la continuidad de la Iglesia.

El Papa ha escrito que la mejor catequesis sobre la Eucaristía es la Eucaristía misma bien celebrada. Por tanto, el primer deber de piedad del sacerdote que celebra o del fiel que participa en la misa es la observancia atenta, devota, de las prescripciones litúrgicas: la obediencia de la pietas.

Por otro lado, el Papa también insiste en que la Eucaristía es el corazón de la Iglesia: Dios presente en el altar, el Dios cercano, edifica la Iglesia, congrega a los fieles y los envía a todos los hombres.

Algo más personal. Según sus recuerdos, ¿qué era para san Josemaría la Eucaristía? ¿Qué papel tenía en su jornada?

He ayudado a misa a san Josemaría muchas veces. En esas ocasiones me solía pedir que rezara para que no se acostumbrara a celebrar aquella acción tan sublime, tan sagrada. He podido comprobar, en efecto, algo que dijo alguna vez: que experimentaba la misa como trabajo: un esfuerzo a veces extenuante, tal era la intensidad con que la vivía.

A lo largo del día, solía recordar los textos que había leído, en particular el Evangelio, y muchas veces los comentaba, con naturalidad, como un alimento de su vida espiritual y humana.

Era consciente de que en la misa el protagonista es Jesucristo, no el ministro, y de que el cumplimiento fiel de las prescripciones permite al sacerdote “desaparecer”, para que sólo Jesús brille. Muchas personas que asistieron a su misa —incluso en las circunstancias difíciles de la guerra civil española— comentaban luego que su modo de celebrarla poseía algo que les había removido hondamente, y se sentían invitados a crecer en su devoción al Santo Sacrificio. Estoy convencido de que lo que removía a quienes participaban —a quienes participábamos— en su misa era precisamente eso: que dejaba que apareciera Cristo y no su persona.

Colabora con Almudi

Quiero ayudar
ARTÍCULOS
  • EL VALOR DE LA AMISTAD EN LA VIDA DEL HOMBRE La libertad de ser uno mismo con el otro
    Melisa Brioso, Blanca Llamas, Teresa Ozcáriz, Arantxa Pérez-Miranda Alejandra Serrano
  • La guerra de Rusia contra Ucrania: ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
    Javier Morales Hernández
  • El deseo en la cultura de la seducción
    Manuel Cruz Ortiz de Landázuri
  • Tolkien, maestro de la esperanza
    Benigno Blanco Rodríguez
  • La educación democrática en el contexto de la deliberación y el agonismo político
    Sergio Luis Caro Arroyo
  • La Virgen María y el culto mariano en el arte y la literatura de la España de la edad de plata
    Javier García-Luengo Manchado
  • La Asunción de María
    José Ignacio Munilla
  • La familia de Dios padre: la fraternidad de los hijos de Dios
    Jean-Louis Brugues
  • La educación emocional, el auto-concepto, la autoestima y su importancia en la infancia
    Ana Roa García
  • El problema de la prohibición en la ética
    Roberto Gutiérrez Laboy
  • Legalidad y legitimidad
    Luis Legaz Lacambra
  • Eficacia de la Sagrada Escritura en la configuración de la vida cristiana
    Bernardo Estrada
  • Aprender a amar: amor y libertad
    Teresa Cid
  • Cristo hombre perfecto. Naturaleza y gracia en la Persona Divina de Cristo
    Ignacio Andereggen
  • Revolución de la ternura: un nuevo paradigma eclesial en el pontificado de Francisco
    Amparo Alvarado Palacios
MÁS ARTÍCULOS

Copyright © Almudí 2014
Asociación Almudí, Pza. Mariano Benlliure 5, entresuelo, 46002, Valencia. España

  • Aviso legal
  • Política de privacidad