Almudi.org
  • Inicio
  • Libros
  • Películas
    • Estrenos de CINE
    • Estrenos de DVD - Streaming
    • Series de TV
  • Recursos
    • Oración y predicación
    • La voz del Papa
    • Infantil
    • Documentos y libros
    • Opus Dei
    • Virtudes
    • Kid's Corner
  • Liturgia
    • Misal Romano
    • Liturgia Horarum
    • Otros Misales Romanos
    • Liturgia de las Horas
    • Calendario Liturgico
    • Homilías de Santa Marta
  • Noticias
  • Almudi
    • Quiénes somos
    • Enlaces
    • Voluntariado
    • Diálogos de Teología
    • Biblioteca Almudí
  • Contacto
    • Consultas
    • Colabora
    • Suscripciones
    • Contactar
  • Buscador
  • Noticias
  • Los estados deben garantizar leyes que no aumenten las desigualdades sociales.

Los estados deben garantizar leyes que no aumenten las desigualdades sociales.

  • Imprimir
  • PDF
Escrito por VIS
Publicado: 07 Mayo 2012
Ayuda
En la adiencia a nuevos embajadores acreditados ante la Santa Sede Benedicto XVI les dijo que los estados deben garantizar leyes que no aumenten las desigualdades sociales. Benedicto XVI recibió la mañana del 4 de mayo a cinco nuevos embajadores, no residentes, ante la Santa Sede: Teshome Toga Chanaka (Etiopía); Dato' Ho May Yong (primera representante diplomática de Malasia); David Cooney (Irlanda); Naivakarurubalavu Solo Mara (República de Fiji); y Viguen Tchitetchian (Armenia).

Siguen extractos del discurso que el Santo Padre dirigió, en francés, a los embajadores:


“El desarrollo de los medios de comunicación ha hecho que nuestro planeta sea, de alguna manera, más pequeño (...) La constatación del tremendo sufrimiento que la miseria y la pobreza, tanto material como espiritual, causan en todo el mundo llama a una nueva movilización para hacer frente, en la justicia y la solidaridad, a todo lo que amenaza al ser humano, a la sociedad y al medio ambiente”.


“El éxodo hacia las grandes ciudades, los conflictos armados, el hambre y las pandemias, que afectan a tantas poblaciones, desatan una pobreza que en nuestros días ha asumido nuevas formas. La crisis económica mundial hace que cada vez más familias vivan con precariedad. Y cuando la creación y la multiplicación de las necesidades induce a creer en la posibilidad del disfrute ilimitado y del consumo, la carencia de medios necesarios para lograrlo desemboca en la frustración (...) Cuando la pobreza coexiste con una enorme riqueza, brota la percepción de una injusticia que puede convertirse en fuente de rebelión. Por tanto, es necesario que los Estados garanticen que las leyes no aumentan las desigualdades sociales y que las personas puedan vivir decentemente”.


“El desarrollo al que aspiran todas las naciones tiene que concernir a la persona en su integridad y no solamente al factor económico (...) Experiencias tales como el microcrédito y las iniciativas para crear asociaciones equitativas, demuestran que es posible armonizar los objetivos económicos con los vínculos sociales, la gobernabilidad democrática y el respeto por la naturaleza. También es aconsejable, devolviéndoles la nobleza que se merecen, el fomento del trabajo manual y la promoción de una agricultura que redunde en beneficio de la población local”.


“Para fortalecer el factor humano en la realidad socio-política, es necesario prestar atención a otro tipo de miseria: la que se refiere a la pérdida de referencia a los valores espirituales, a Dios. Este vacío hace más difícil el discernimiento entre el bien y el mal y la superación de los intereses personales en favor del bien común (...) Los Estados tienen el deber de promover su patrimonio cultural y religioso, que contribuye al desarrollo de una nación, y de facilitar el acceso a todos, porque familiarizándose con su historia, cada uno llega a descubrir las raíces de su propia existencia”.


“La religión lleva a reconocer al otro como a un hermano en la humanidad. Dar a todos la oportunidad de conocer a Dios, con plena libertad, es ayudarles a forjarse una personalidad fuerte que los capacitará para dar testimonio del bien y de llevarlo a cabo, aunque cueste. Se podrá así construir una sociedad donde la sobriedad y la fraternidad triunfen sobre la miseria, sobre la indiferencia y el egoísmo, sobre la explotación y el derroche y, ante todo, sobre la exclusión”.
  • Anterior
  • Siguiente

Colabora con Almudi

Quiero ayudar
ARTÍCULOS
  • La Pedagogía del Amor y la Ternura: Una Práctica Humana del Docente de Educación Primaria
    César Enrique López Arrillaga
  • Mons. Álvaro del Portillo y el Concilio Vaticano
    Card. Julián Herranz
  • Una nueva primavera para la Iglesia
    Benedictus.XVI
  • El mensaje y legado social de san Josemaría a 50 años de su paso por América
    Mariano Fazio
  • El pecado: Negación consciente, libre y responsable al o(O)tro una interpretación desde la filosofía de Byung-Chul Han
    Juan Pablo Espinosa Arce
  • El culto a la Virgen, santa María
    Gaspar Calvo Moralejo
  • Ecumenismo y paz
    José Carlos Martín de la Hoz
  • Verdad y libertad I
    Eudaldo Forment
  • La razón, bajo sospecha. Panorámica de las corrientes ideológicas dominantes
    Benigno Blanco
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis IV
    Mª Dolores Odero
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis III
    Mª Dolores Odero
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis II
    Mª Dolores Odero
  • La «experiencia» como lugar antropológico en C. S. Lewis I
    Mª Dolores Odero
  • En torno a la ideología de género
    Benigno Blanco
  • El matrimonio, una vocación a la santidad
    Augusto Sarmiento
MÁS ARTÍCULOS

Copyright © Almudí 2014
Asociación Almudí, Pza. Mariano Benlliure 5, entresuelo, 46002, Valencia. España

  • Aviso legal
  • Política de privacidad