Almudi.org
  • Inicio
  • Libros
  • Películas
    • Estrenos de CINE
    • Estrenos de DVD - Streaming
    • Series de TV
  • Recursos
    • Oración y predicación
    • La voz del Papa
    • Infantil
    • Documentos y libros
    • Opus Dei
    • Virtudes
    • Kid's Corner
  • Liturgia
    • Misal Romano
    • Liturgia Horarum
    • Otros Misales Romanos
    • Liturgia de las Horas
    • Calendario Liturgico
    • Homilías de Santa Marta
  • Noticias
  • Almudi
    • Quiénes somos
    • Enlaces
    • Voluntariado
    • Diálogos de Teología
    • Biblioteca Almudí
  • Contacto
    • Consultas
    • Colabora
    • Suscripciones
    • Contactar
  • Buscador
  • Noticias
  • Astronautas

Astronautas

  • Imprimir
  • PDF
Escrito por Paco Sánchez
Publicado: 15 Octubre 2018

Quizá la brutalidad de nuestro tiempo radique en que queremos someter la verdad y la belleza en vez de someternos a ellas

La belleza y la verdad puras enloquecen a las personas. Ya lo decía el pájaro que sale en un poema de T. S. Eliot: los hombres no pueden soportar demasiada realidad. Me volvió esta idea ayer al leer un reportaje sobre los astronautas que llegaron a pisar la luna.

Casi todos sufrieron trastornos, fueron incapaces de continuar con sus vidas anteriores, con sus familias, dejaron la NASA y varios fundaron cultos religiosos o asimilables. Uno se hizo pintor de cierto éxito y se dedicó a intentar reproducir vez tras vez la misma imagen: aquel contraste furioso de negro y blanco que vivió en la Luna, astronautas sin rostro o mejor, con el rostro tapado por el reflejo de su casco, como si no importara.

Se llamaba Alan Bean, del Apolo 12, año 1969. Otros se negaron a hablar nunca de lo que habían visto, como San Pablo cuando volvió de ver el cielo y se limitaba a decir que ni ojo humano vio ni oído oyó las cosas que Dios tiene reservadas para los que le aman. La belleza es inefable, por eso siempre habrá poetas que intenten mostrarla, como en esos cuadros repetidos que pintaba el astronauta. Con la verdad ocurre lo mismo: es inefable en su núcleo. Tomás de Aquino, que fue uno de los grandes filósofos de la historia, se dio cuenta casi al final de su vida, el 6 de diciembre de 1273, después de una fortísima experiencia mística. Y dejó de escribir.

Decía que su obra era paja comparada con lo que había visto. Que ni se había acercado a la verdad ni podía hacerlo, porque en el fondo la Verdad era demasiado grande e incomunicable. Quizá la brutalidad de nuestro tiempo radique en que queremos someter la verdad y la belleza en vez de someternos a ellas.

Paco Sánchez, en lavozdegalicia.es.

  • Anterior
  • Siguiente

Colabora con Almudi

Quiero ayudar
ARTÍCULOS
  • La guerra de Rusia contra Ucrania: ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
    Javier Morales Hernández
  • El deseo en la cultura de la seducción
    Manuel Cruz Ortiz de Landázuri
  • Tolkien, maestro de la esperanza
    Benigno Blanco Rodríguez
  • La educación democrática en el contexto de la deliberación y el agonismo político
    Sergio Luis Caro Arroyo
  • La Virgen María y el culto mariano en el arte y la literatura de la España de la edad de plata
    Javier García-Luengo Manchado
  • La Asunción de María
    José Ignacio Munilla
  • La familia de Dios padre: la fraternidad de los hijos de Dios
    Jean-Louis Brugues
  • La educación emocional, el auto-concepto, la autoestima y su importancia en la infancia
    Ana Roa García
  • El problema de la prohibición en la ética
    Roberto Gutiérrez Laboy
  • Legalidad y legitimidad
    Luis Legaz Lacambra
  • Eficacia de la Sagrada Escritura en la configuración de la vida cristiana
    Bernardo Estrada
  • Aprender a amar: amor y libertad
    Teresa Cid
  • Cristo hombre perfecto. Naturaleza y gracia en la Persona Divina de Cristo
    Ignacio Andereggen
  • Revolución de la ternura: un nuevo paradigma eclesial en el pontificado de Francisco
    Amparo Alvarado Palacios
  • La confesión sacramental, un camino de libertad y de amor a Dios
    Redaccion opusdei.org
MÁS ARTÍCULOS

Copyright © Almudí 2014
Asociación Almudí, Pza. Mariano Benlliure 5, entresuelo, 46002, Valencia. España

  • Aviso legal
  • Política de privacidad