Toda separación empieza por una falta de respeto.
En un libro que estoy leyendo habla de la «infidelidad emocional», es decir, una infidelidad que resiente la relación y que incluso puede matarla, aunque no hay contacto físico. No lo entiendo: ¿soy infiel a mi pareja si sólo flirteo con otra persona, o deseo hacerlo, aunque no llegue a pasar nada más? Es un tema que me parece interesante, pero mi novio me dice que eso es imposible.
Voy a empezar con un ejemplo muy brusco: cuando una mujer es violada, significa que ha tenido relaciones sexuales con una persona en contra de su voluntad. Por eso, lógicamente, a lo que ha hecho no se le puede llamar infidelidad. Ella no ha querido tener relaciones sexuales. Ha sido obligada a tenerlas. Solo faltaría que además de haber sido violada, sea considerada infiel. Sería una injusticia.
Una vez dicho esto, también podemos considerar el caso contrario. Personas que estén deseando de tener relaciones con alguien y no pueden. Si lo anteriormente expuesto no es infidelidad, porque la mujer tuvo relaciones en contra de su voluntad y no tenía intención ni deseos de tenerlas, por la misma razón, cuando se tiene intención, pero no se pueden llegar a tener relaciones por la razón que sea, como hay intención, hay infidelidad.
El famoso «si pudiese lo haría» es una infidelidad.
Y es así precisamente porque se tiene intención de ser infiel. Efectivamente, eso daña mucho una pareja. No digamos ya cuando las personas parece que viven en una infidelidad constante, porque sus conversaciones y los deseos que expresan en ellas van por ese camino. Dan la sensación de que sólo les interesa el sexo infiel y buscan desasosegadamente imágenes o situaciones que les activen el deseo.
De ahí que ver pornografía sea un tipo de infidelidad emocional, porque el sexo hace que cada vez me separe más del otro. Aunque no sea sexo físico.
Esto último, en mayor o menor escala, se hace con frecuencia con el beneplácito de la pareja.
Muchas veces ocurre entre los varones para mostrar a la mujer cómo le gustaría que le tratasen en las relaciones íntimas. Craso error: eso es no valorarse y permitir la falta de respeto. La pornografía mata el amor, debilita la voluntad y muchas veces, cuando llega a la adicción, la hace incapaz de dominarla. Y no olvidemos qué ocurre cuando se anula la voluntad, porque como hemos dicho en otras respuestas, la voluntad es el órgano del amor. Sin voluntad no puede haber amor. Eso termina haciendo la pornografía.
Muchas personas reconocen que el respeto es fundamental en una relación. Pero cuando les pides ejemplos concretos, dan la sensación de no saber muy bien de qué están hablando. Saber conservar la afectividad, es decir, el corazón entero para la persona amada y no ir desparramándolo ante todo el que se cruza por la vida, incluido Internet, es ser respetado y respetar. Es ser fiel. Lo contrario, no.
Ese respeto tiene que estar flotando continuamente en la relación. Es el ambiente en el que el cariño se hace más estable, la atmosfera necesaria para crecer juntos en el amor.
Cuando este respeto no se da, se está poniendo voluntariamente en peligro una relación. No olvidemos que toda separación empieza por una falta de respeto.
Muchas personas ven que eso está ocurriendo en su vida, pero no saben cómo enfrentarse a ello o tratan de restarle importancia. Y en muchas ocasiones, porque la situación viene de lejos.
Hay que hablar, sin discutir, sin enfadarse, pero dejando claro que uno exige ser respetado. Lo contrario es ir por un camino sin salida que termina en el sufrimiento.
Vivir con el corazón fiel, mostrando respeto, y sin flirtear con otros o ver pornografía no es algo imposible. Al contrario: es lo que vive mucha gente, que quizás hacen menos ruido que aquellos que no viven de ese modo.
Estoy de acuerdo con usted en que la fidelidad emocional es un tema importante, porque lleva en sí toda la fuerza e ilusión del amor.
José María Contreras Luzón en eldebate.com
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