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  • 6/16 cartas a Benedicto XVI

6/16 cartas a Benedicto XVI

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Escrito por Marc Argemí
Publicado: 18 Febrero 2013
6/16: El diálogo con el Islam: Ratisbona, Jordania y el Moro de Freising [16 cartas a Benedicto 16]<br />

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6/16: El diálogo con el Islam: Ratisbona, Jordania y el Moro de Freising [16 cartas a Benedicto 16]

      Gracias por apostar por el diálogo sin sacrificar la verdad.

    Querido Benedicto XVI,

      Lo de la unidad dentro de la Iglesia, que le comentaba ayer, tiene su continuidad lógica en el diálogo con otros que no confiesan a Cristo, sino que pertenecen a otros credos. El diálogo intereligioso ha tenido también sus vaivenes, durante estos años. ¿Se acuerda de la polvareda que levantó su discurso en Ratisbona el 2006? ¡Dios mío! aquello parecía dar razón al choque de civilizaciones que auguraba Samuel Huntington…

      La frase −siempre hay una chispa que enciende la mecha− fue una cita prestada del emperador Manuel II el Paleólogo, que decía: «Muéstrame también lo que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malas e inhumanas, como su disposición de difundir por medio de la espada la fe que predicaba». En la versión que finalmente se publicó en la web del Vaticano, usted añadió esta aclaración: «Lamentablemente, esta cita ha sido considerada en el mundo musulmán como expresión de mi posición personal, suscitando así una comprensible indignación. Espero que el lector de mi texto comprenda inmediatamente que esta frase no expresa mi valoración personal con respecto al Corán, hacia el cual siento el respeto que se debe al libro sagrado de una gran religión. Al citar el texto del emperador Manuel II sólo quería poner de relieve la relación esencial que existe entre la fe y la razón. En este punto estoy de acuerdo con Manuel II, pero sin hacer mía su polémica».

      Siempre yendo a lo esencial. Siempre de frente, con una honestidad intelectual que no digieren todos los estómagos. Con la verdad por delante, aunque acarree antipatías. Y, en efecto, aquello levantó mucha polvareda. No obstante, con el paso de los días se tornó en una oportunidad para ahondar en el diálogo. Queda como muestra la carta de 138 líderes musulmanes en 2007 y el posterior foro católico-musulmán de 2008.

      En Jordania, a modo de epílogo de Ratisbona, usted remarcaba lo que une a los cristianos con los seguidores de Mahoma: «Musulmanes y cristianos, precisamente a causa del peso de nuestra historia común a menudo marcada por incomprensiones, tienen que esforzarse hoy por ser conocidos y reconocidos como adoradores de Dios, fieles a la oración, deseosos de comportarse y vivir según las disposiciones del Omnipotente, misericordiosos y compasivos, coherentes para dar testimonio de todo lo que es verdadero y bueno, recordando siempre el origen común y la dignidad de toda persona humana, que constituye la cumbre del designio creador de Dios para el mundo y para la historia».

      Callado, pero sin perder detalle, ha estado durante todos estos años el moro de Freising que aparece en su escudo papal. Esa cabeza quedará en la historia, para recordar estas incomprensiones. Se trata de un blasón de los obispos de este lugar de Alemania, presente desde hace unos mil años. Su significado se desconoce. Usted lo interpretaba como «expresión de la universalidad de la Iglesia, que no conoce ninguna distinción de raza ni de clase porque todos nosotros “somos uno” en Cristo».

      Gracias por apostar por el diálogo sin sacrificar la verdad.

      Hasta mañana,

                                                                                                 Marc

                                                                                                            Barcelona, 18 de febrero de 2013

Marc Argemí

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