Antes de recibir a Jesús, hay que limpiar el alma de todo pecado. ¿Y cómo se hace?En el Sacramento de la confesión: Vas al confesionario, te pones de rodillas y dices tus pecados al sacerdote.
En ese momento es Jesús quien te recibe con los brazos abiertos y te perdona.
El sacerdote te da la absolución y se te perdonan todos los pecados. También los que se te hayan olvidado.
Cuando doña Dolores vio que Josemaría ya se estaba haciendo mayor y que podía confesarse lo invitó a hacerlo con su confesor. Josemaría aprendió que la confesión es un encuentro con Jesús, y que Jesús, por medio del sacerdote, nos perdona todos los pecados que hemos cometido después del Bautismo.
Pero, ¿nos perdona todos los pecados o sólo algunos?
Todos, si estamos arrepentidos de verdad.
¿Y cuantas veces nos perdona Jesús?
Siempre que le pedimos perdón y nos esforzamos para no volver a cometerlos.
¿Porqué nos perdona siempre?
Porque nos quiere más que todas las madres y todos los padres juntos.
¿Tanto?Sí, ¡tanto! Por eso ha muerto en la Cruz: para salvarnos del pecado
Pero no cometer pecados es muy difícil.
¡Claro! Nosotros solos no podemos. Por eso debemos pedir ayuda a Jesús y a la Virgen María.
Josemaría estaba un poco nervioso en su primera confesión. Pero el sacerdote era muy simpático. Y le puso como penitencia que se comiera un huevo frito.
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