Almudi.org
  • Inicio
  • Libros
  • Películas
    • Estrenos de CINE
    • Estrenos de DVD - Streaming
    • Series de TV
  • Recursos
    • Oración y predicación
    • La voz del Papa
    • Infantil
    • Documentos y libros
    • Opus Dei
    • Virtudes
    • Kid's Corner
  • Liturgia
    • Misal Romano
    • Liturgia Horarum
    • Otros Misales Romanos
    • Liturgia de las Horas
    • Calendario Liturgico
    • Homilías de Santa Marta
  • Noticias
  • Almudi
    • Quiénes somos
    • Enlaces
    • Voluntariado
    • Diálogos de Teología
    • Biblioteca Almudí
  • Contacto
    • Consultas
    • Colabora
    • Suscripciones
    • Contactar
  • Buscador
  • Noticias
  • Humor pasivo

Humor pasivo

  • Imprimir
  • PDF
Escrito por Enrique García-Máiquez
Publicado: 12 Julio 2019

Una distorsión que me encanta: nos hablan del maravilloso sentido del humor de alguien y cuentan una anécdota suya tronchante; pero ¡donde la gracia la tiene otro!

¿Ejemplo? Están a punto de beatificar a Fulton J. Sheed, arzobispo norteamericano, que ya ha hecho hasta el preceptivo milagro. Nos ilustran acerca de su gracia con esta historia, que él narra en primera persona:

"Iba a dar una conferencia cuando me perdí en las calles de Filadelfia. Entonces, me acerqué a un grupo de niños que estaban jugando, y les pregunté: "¿Podéis decirme cómo se va al Ayuntamiento?" Uno de los mayores me lo indicó, preguntándome a su vez: "¿Qué va a hacer allí?" "Voy a dar una conferencia". "¿Sobre qué?" "Sobre el modo de ir al cielo. ¿Te gustaría oírla?" "¿Sobre el modo de ir al cielo? ¡Pero si ni siquiera sabe ir al Ayuntamiento!".

El sentido del humor es del niño, y bien fino, con un puntito justo de irreverencia al Sr. Arzobispo, pero guiñándole un ojo. Sin embargo, en efecto, la anécdota demuestra muy bien el sentido del humor de Sheen. Porque el sentido del humor depende, más que de tener gracia, de verla.

También de Chesterton, que tenía gracia por activa y por pasiva, se cuenta una anécdota donde el punto fue de Bernard Shaw. El gran gordo inglés estaba en un debate público con Shaw, socialista y vegetariano, hombre delgadísimo. Chesterton le espetó: «Viéndole, los extranjeros pensarían que en Inglaterra pasamos hambre». Shaw replicó: «Y viéndole a usted, entenderían por qué». Está en todos los anecdotarios del humor de Chesterton y con razón, porque él se reiría como nadie de aquel zasca diétetico-social.

Tampoco hay que extrañarse demasiado. Aquí siempre hemos considerado que uno que cuenta chistes, si lo hace con ángel, puede ser realmente gracioso, aunque repita historias proverbiales o salidas del magín de otro humorista anónimo. La gracia, por suerte, está muy repartida y repartirla es una parte de su gracia.

Un experto en la materia, Santo Tomás Moro, dedicó una oración de súplica al humor, en la que empieza por lo importante: «No permitas que me tome demasiado en serio esa cosa tan invasora que se llama "yo"». Contar historias donde el yo está ausente o, al menos, no tiene el papel protagonista o incluso donde queda fatal es buen un método de embridar el egocentrismo. Casi al final pide: «Concédeme la gracia de comprender una broma». Eso es la clave: Moro sabía.

Enrique García Máiquez, en diariodejerez.es.

  • Anterior
  • Siguiente

Colabora con Almudi

Quiero ayudar
ARTÍCULOS
  • Catolicismo y conquista del nuevo mundo. Función, apogeo y decadencia
    Felipe Pérez Valencia
  • El problema de la debilidad del espíritu
    Rafael Alvira
  • La ignorancia responsable en Aristóteles
    Mario Spangenberg Bolívar
  • EL VALOR DE LA AMISTAD EN LA VIDA DEL HOMBRE La libertad de ser uno mismo con el otro
    Melisa Brioso, Blanca Llamas, Teresa Ozcáriz, Arantxa Pérez-Miranda Alejandra Serrano
  • La guerra de Rusia contra Ucrania: ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
    Javier Morales Hernández
  • El deseo en la cultura de la seducción
    Manuel Cruz Ortiz de Landázuri
  • Tolkien, maestro de la esperanza
    Benigno Blanco Rodríguez
  • La educación democrática en el contexto de la deliberación y el agonismo político
    Sergio Luis Caro Arroyo
  • La Virgen María y el culto mariano en el arte y la literatura de la España de la edad de plata
    Javier García-Luengo Manchado
  • La Asunción de María
    José Ignacio Munilla
  • La familia de Dios padre: la fraternidad de los hijos de Dios
    Jean-Louis Brugues
  • La educación emocional, el auto-concepto, la autoestima y su importancia en la infancia
    Ana Roa García
  • El problema de la prohibición en la ética
    Roberto Gutiérrez Laboy
  • Legalidad y legitimidad
    Luis Legaz Lacambra
  • Eficacia de la Sagrada Escritura en la configuración de la vida cristiana
    Bernardo Estrada
MÁS ARTÍCULOS

Copyright © Almudí 2014
Asociación Almudí, Pza. Mariano Benlliure 5, entresuelo, 46002, Valencia. España

  • Aviso legal
  • Política de privacidad