Almudi.org
  • Inicio
  • Libros
  • Películas
    • Estrenos de CINE
    • Estrenos de DVD - Streaming
    • Series de TV
  • Recursos
    • Oración y predicación
    • La voz del Papa
    • Infantil
    • Documentos y libros
    • Opus Dei
    • Virtudes
    • Kid's Corner
  • Liturgia
    • Misal Romano
    • Liturgia Horarum
    • Otros Misales Romanos
    • Liturgia de las Horas
    • Calendario Liturgico
    • Homilías de Santa Marta
  • Noticias
  • Almudi
    • Quiénes somos
    • Enlaces
    • Voluntariado
    • Diálogos de Teología
    • Biblioteca Almudí
  • Contacto
    • Consultas
    • Colabora
    • Suscripciones
    • Contactar
  • Buscador
  • Noticias
  • Calumnias y buena fama

Calumnias y buena fama

  • Imprimir
  • PDF
Escrito por Miguel Ángel Ariño
Publicado: 23 Noviembre 2020

Los errores hay que corregirlos, y por tanto hay que decirlos a aquellas personas que pueden ayudar, facilitar u obligar a corregir esos errores. Pero cuidado con dañar la buena fama de la gente

A veces, en las redes sociales, cuando uno lee una noticia con la que no está de acuerdo, en vez de exponer su opinión, empieza a insultar gratuitamente al autor de la noticia, al protagonista de lo que se cuenta o a un colectivo de personas sobre las que se habla. Hay que tener mucho cuidado con esto. Insultar no ayuda nadie, solo envilece al que insulta y daña al insultado.

Hay que tener mucho cuidado, pues si lo que se dice de alguien es mentira se está calumniando, y esto es una falta muy grave contra las personas. Si lo que se dice es verdad, también hay que tener mucho cuidado, pues se está difamando a esa persona y todos tenemos derecho a la buena fama. No somos perfectos. Todo el mundo mete la pata una vez u otra, y los errores no hay que exponerlos al escrutinio público.

¿Significa esto que hay de pasar por alto los errores de la gente y dejar que los siga cometiendo? No, ni mucho menos, los errores hay que corregirlos, y por tanto hay que decirlos a aquellas personas que pueden ayudar, facilitar u obligar a corregir esos errores. Pero cuidado con dañar la buena fama de la gente.

Si siempre hablas bien de todo el mundo, si evitas airear los errores serás una persona en la que se puede confiar. La gente acudirá a ti a pedir consejo, pues confiarán en ti, y podrás hacer mucho bien.

Miguel Ángel Ariño, en miguelarino.com.

  • Anterior
  • Siguiente

Colabora con Almudi

Quiero ayudar
ARTÍCULOS
  • Cristo hombre perfecto. Naturaleza y gracia en la Persona Divina de Cristo
    Ignacio Andereggen
  • Revolución de la ternura: un nuevo paradigma eclesial en el pontificado de Francisco
    Amparo Alvarado Palacios
  • La confesión sacramental, un camino de libertad y de amor a Dios
    Redaccion opusdei.org
  • El hombre como relación a Dios según Kierkegaard
    Juan F. Sellés
  • El juicio final en la teología de santo Tomás de Aquino
    Leo Elders
  • La «cooperación orgánica» del sacerdocio común y del sacerdocio ministerial en las Prelaturas personales
    José R. Villar
  • Eucaristía y sacerdocio
    Fernando Ocáriz
  • La Pedagogía del Amor y la Ternura: Una Práctica Humana del Docente de Educación Primaria
    César Enrique López Arrillaga
  • Mons. Álvaro del Portillo y el Concilio Vaticano
    Card. Julián Herranz
  • Una nueva primavera para la Iglesia
    Benedictus.XVI
  • El mensaje y legado social de san Josemaría a 50 años de su paso por América
    Mariano Fazio
  • El pecado: Negación consciente, libre y responsable al o(O)tro una interpretación desde la filosofía de Byung-Chul Han
    Juan Pablo Espinosa Arce
  • El culto a la Virgen, santa María
    Gaspar Calvo Moralejo
  • Ecumenismo y paz
    José Carlos Martín de la Hoz
  • Verdad y libertad I
    Eudaldo Forment
MÁS ARTÍCULOS

Copyright © Almudí 2014
Asociación Almudí, Pza. Mariano Benlliure 5, entresuelo, 46002, Valencia. España

  • Aviso legal
  • Política de privacidad