buenoslibrosnosdedios.blogspot.com
«También los demonios creen», se lee en la Biblia a propósito de la necesidad de las obras para la salvación
En este año consagrado como Año de la Fe, proponer la lectura de La fe de los demonios, de Fabrice Hadjadj (Nuevo Inicio, 2011), no es una provocación: simplemente, hasta ahora no lo había leído y no había podido recomendarlo.
La fe de los demonios parte de la constatación de que los demonios, por malos que sean, creen en Dios: “También los demonios creen”, se lee en la Biblia a propósito de la necesidad de las obras para la salvación.
Hadjadj, converso, no solo cree en Dios: evidentemente, también cree en los demonios. Como esto no es algo demasiado común, aclaro que también la Iglesia cree en ellos (véanse, en el Catecismo de la Iglesia Católica, los puntos 391 y siguientes). Hadjadj se los toma muy en serio, lo que no está reñido con el buen humor. También cosas tan tremendas como el combate entre ángeles y demonios del que cada alma es objeto se pueden tratar con socarronería: «Si viéramos en frente de nosotros, escribe Hadjadj, lo que se trama por encima de la permanente de una portera quedaríamos mucho más sobrecogidos que por la mayor superproducción de Hollywood».
Fabrice Hadjadj, brillante, todavía joven, es un Maritain del siglo XXI. Lástima que a veces le traicione un gusto excesivo por la paradoja. Por ejemplo, su discurso sobre la fe de los demonios incluye la crítica de ciertos creyentes muy seguros de sí mismos, pero esa crítica puede resultar en ocasiones un tanto maximalista: «Entonar “Creo en Dios” sin abandonarse a Dios personalmente, sin ofrecerse por entero, como el ruiseñor que pone todo su pequeño ser en cantar sus trinos durante la noche, es correr el riesgo de la más grave falsedad», dice. De acuerdo, pero ¿quién puede decir honestamente que se ha ofrecido “por entero”, que realmente se ha abandonado del todo en Dios? En vez de imponer el logro de esas metas so pena de incurrir en “la más grave falsedad”, ¿no sería más realista animar a esforzarse, a bregar por alcanzarlas?
El libro toca muchos temas. Es interesante, por ejemplo, la reflexión sobre la aversión de los demonios, espíritus puros, a la fisicidad, en contraposición con el apoyo que parece buscar siempre la gracia en lo material. En relación con la inevitable figura del “cura gordo” que administra los sacramentos, Hadjadj advierte juiciosamente sobre los límites de lo virtual y, más en general, de los medios de comunicación de masas: «esos medios pesados, superiores cuando se trata de vender una mercancía, son inferiores cuando se trata del testimonio de la fe». Paradójicamente, dice Hadjadj, es en el orden espiritual donde más importancia tiene la presencia física.
La fe de los demonios termina con un estimulante apartado final, “Que se cante el Credo” (pp. 271-274): lo aconsejo, especialmente en este Año de la Fe, como introducción al Credo (no a su contenido, sino a su espíritu). Ahí los demonios han desaparecido: ahí somos nosotros, pobres criaturas de carne y hueso, quienes nos confrontamos con la fe.
Alfredo Méndiz
José Antonio García-Prieto Segura
Una nubecilla pequeña como la mano de un hombre está subiendo del mar (…) En un momento el cielo se oscureció con nubes y viento y sobrevino una fuerte lluvia” (1R 18, 44).
Rodrigo Díez Manceñido
Desde la Confederación Española de Centros de Enseñanza consideran que, en lugar de «introducir ideología en las aulas», se debería dejar que las familias «marquen el rumbo»
Juan Luis Selma
Nuestras muchas obligaciones nos impiden ver las necesidades de los demás, incluso las de los más cercanos, nuestra familia
Jaume Vives
Este fin de semana hemos tenido ocasión de observar dos maneras de estar y manejarse en la vida. Dos maneras radicalmente distintas. Una, que es muy evangélica y la otra que nos recuerda cuál fue el pecado del primer hombre, el que nos condenó a vivir en un mundo en desorden
José María Contreras Luzón
Tener paz antes que tener razón
Ángel Vivas
Una lectura de Tolkien desde una perspectiva cristiana
Legalidad y legitimidad |
Eficacia de la Sagrada Escritura en la configuración de la vida cristiana |
Aprender a amar: amor y libertad |
Cristo hombre perfecto. Naturaleza y gracia en la Persona Divina de Cristo |
Revolución de la ternura: un nuevo paradigma eclesial en el pontificado de Francisco |
La confesión sacramental, un camino de libertad y de amor a Dios |
El hombre como relación a Dios según Kierkegaard |
El juicio final en la teología de santo Tomás de Aquino |
La «cooperación orgánica» del sacerdocio común y del sacerdocio ministerial en las Prelaturas personales |
Eucaristía y sacerdocio |
La Pedagogía del Amor y la Ternura: Una Práctica Humana del Docente de Educación Primaria |
Mons. Álvaro del Portillo y el Concilio Vaticano |
Una nueva primavera para la Iglesia |
El mensaje y legado social de san Josemaría a 50 años de su paso por América |
El pecado: Negación consciente, libre y responsable al o(O)tro una interpretación desde la filosofía de Byung-Chul Han |